Exguerrillero y militar secuestrado apuestan con cautela por proceso de paz

  • Un exguerrillero de las FARC y un militar el Ejército colombiano expresaron hoy su respaldo al actual proceso de paz en su país, aunque se mostraron cautos respecto al resultado que pueda tener.

Madrid, 28 jun.- Un exguerrillero de las FARC y un militar el Ejército colombiano expresaron hoy su respaldo al actual proceso de paz en su país, aunque se mostraron cautos respecto al resultado que pueda tener.

El sargento William Humberto Pérez Medina, que estuvo diez años secuestrado por las FARC, y el antiguo guerrillero Reinel Alfredo Úsuga, que pasó trece años en la organización, debatieron hoy acerca del conflicto en Colombia y el proceso de paz en un acto de la Casa de América de Madrid.

El militar, que fue secuestrado a los veintidós años de edad, dijo que, a pesar de su experiencia, es posible dejar a un lado el rencor y reconciliarse y que esa actitud permite tener "estabilidad emocional".

Por su parte, Reinel entró en la guerrilla a los trece años, estuvo dentro dieciocho y hace dos meses desertó y se integró en un programa de desmovilización y reinserción dispuesto por el Gobierno colombiano.

Desde hace unos meses el Ejecutivo de Bogotá y representantes de las FARC negocian, primero en Oslo y ahora en La Habana, varios puntos para alcanzar la pacificación del país.

Sobre las perspectivas de ese proceso, el militar aseguró: "todos esperamos la paz" que se podrá conseguir "mientras se mantengan en la línea del preacuerdo" con el que se iniciaron los contactos".

Un punto más escéptico se mostró el exguerrillero quien, con su experiencia en la organización, afirmó que "hasta que no esté todo firmado no hay esperanza. Las FARC siempre tuvieron sus puntos de vista y si no son favorables no habrá" firma de un acuerdo.

Reinel Úsuga dijo sentirse culpable por sus trece años en la guerrilla: "uno lleva ese peso y sabe que la sociedad lo va a mirar como criminal".

Para este guerrillero el momento más duro fue cuando tuvieron que hacer un aborto a una mujer embarazada de siete meses, mientras que para el militar fue la primera noche pasada en cautividad y el momento de saber la muerte de su padre, fallecido un mes y medio antes de ser liberado.

El sargento Pérez, que ahora trabaja en la reinserción de los guerrilleros, tiene análisis psicológicos periódicos, pero se encuentra bien, mientras que el exguerrillero confesó que perdió la motivación después de años de pensar que con las FARC iba a cambiar la suerte de su país.

"Se acabó la mística de las FARC. Ahora los jefes se dedican al negocio del narcotráfico", señaló Úsuga.

El militar manifestó que las víctimas desean que se les reconozca el daño recibido y,en concreto, algunos quieren recuperar a sus desaparecidos, aunque sea el cadáver.

El exguerrillero, que está en un programa de reinserción, desearía poder cursar el bachillerato y después trabajar en la vida civil, para lo cual, añadió Pérez, el Estado puede suministrar ayudas si percibe que hay una voluntad clara de desmovilizarse y renunciar al pasado violento.

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