Pedro Sánchez celebra que el Valle de los Caídos vaya a simbolizar "algo muy distinto" tras la exhumación de Francisco Franco, ya que allí desde ahora "solo yacen víctimas". Así lo ha asegurado en una declaración institucional pronunciada en Moncloa este miércoles, apenas una hora después de que se trasladasen los restos del caudillo a Mingorrubio. En la que ha asegurado que buscará que termine la "infamia" de los miles de desaparecidos y presos políticos que permanecen en fosas comunes. Muchos de ellos, precisamente en la basílica en la que hasta hoy estaba el dictador. Y que supone cumplir su primera gran promesa desde que llegó a la Moncloa.
Sánchez ha defendido en su intervención que ha culminado un proceso "que ha contado con el pronunciamiento de los tres poderes del Estado". El primero fue el que él representa, el Ejecutivo, cuando prometió nada más llegar al cargo que impulsaría la salida de Franco del mausoleo en su honor. Después, el del legislativo, cuando el Congreso aprobó el proceso "sin ni un voto en contra", como ha recordado el presidente. Y por último con el aval del poder judicial, una vez que el Tribunal Supremo rechazó los recursos de la familia y que ha supuesto que todo el plan "cuente con las máximas garantías".
Para el presidente, que se haya culminado el proceso de sacar al dictador supone "que España cumpla consigo misma". Algo que se explica con que se ponga fin "a una afrenta moral como el enaltecimiento de un dictador en un espacio público", lo que ahora permite que "nuestro país se prestigie no solo ante nuestros ojos, sino ante los de todo el mundo". "Nos costó mucho deshacernos de un régimen represor, y casi lo mismo ha costado apartar los restos de su artífice", ha añadido Sánchez.
Sánchez ha tenido un recuerdo especial para los "presos políticos" de los que se valió la dictadura para construir el mausoleo. "Se sacrificaron para ello, y más de un tercio permanecen sin identificar. Y muchos de ellos reposan en el Valle, a donde se les llevó sin el consentimiento de sus familias", ha asegurado el jefe del Ejecutivo, que ha celebrado que "cuando reabra el Valle, se verá un lugar muy distinto". "Quienes accedan desde ahora se encontrarán con que ahora allí solo yacen víctimas. Se simbolizará algo que no debe repetirse jamás". ha apuntado.
También ha abierto la puerta a impulsar de nuevo las políticas de memoria histórica, al señalar que quiere reparar la "infamia" de que muchas víctimas del franquismo "permanezcan en fosas dispersas". "Es una aberración que debemos afrontar con decisión. Somos deudores de esos españoles y de los que fueron abandonados a su suerte en campos de exterminio mientras su gobierno les consideraba apátridas", ha afirmado Sánchez.
Los hechos históricos de este 24 de octubre de 2019 también han sido aprovechados por Sánchez para señalar las principales diferencias entre lo que era España durante la dictadura y lo que es ahora. Entre otras cuestiones, ha relatado que "donde antes había uniformidad e imposición, ahora hay diversidad territorial y cultural". Ejemplos que evidencian que ya no hay un "homenaje a un dictador" en un país que ha pasado "del machismo y la homofobia al feminismo y la tolerancia".
El presidente del Gobierno también ha recordado a "la generación de nuestros abuelos", que se tuvo que enfrentar "en una contienda feroz". La exhumación de Franco supone "rendir un tributo a todas las generaciones pasadas", incluida a la "generación de nuestros padres, que se reconcilió en un acto de concordia". A lo que no ha hecho mención en su declaración es a los enaltecimientos al dictador que se han producido tanto en Mingorrubio, con centenares de personas manifestándose. Tampoco a lo ocurrido en el Valle de los Caídos, donde los familiares del caudillo han dado "vivas" a su familiar a pesar de que la Ley de Memoria Histórica lo prohíbe y fueron advertidos por el Gobierno para que no lo hicieron.
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