Expectación en la reposición de "Las bodas de Figaro" en Sevilla

  • El Teatro de la Maestranza de Sevilla estrenó anoche la temporada de ópera con la reposición de "Las bodas de Figaro", de Mozart, una de sus producciones más emblemáticas que doce años después de su estreno es capaz de generar expectación y agotar las 7.200 localidades de las cuatro representaciones.

David Cuesta

Sevilla, 30 sep.- El Teatro de la Maestranza de Sevilla estrenó anoche la temporada de ópera con la reposición de "Las bodas de Figaro", de Mozart, una de sus producciones más emblemáticas que doce años después de su estreno es capaz de generar expectación y agotar las 7.200 localidades de las cuatro representaciones.

La escenografía clásica y el vestuario de época que en 1999 diseñaron, respectivamente, Ezio Frigerio y su esposa Franca Squarciapino, según la idea del director de escena sevillano José Luis Castro, no han acusado el paso del tiempo, pues aún tienen ese encanto de seducir al público por su espectacularidad y forman parte de una época en la que se podían crear producciones originales y de calidad en el teatro sevillano.

Castro se ha mantenido fiel a su concepción escénica original: Cherubino (interpretado convincentemente por la joven mezzosoprano eslovaca Jana Kurucová) permanece casi todo el tiempo en el escenario y expone al espectador, situado en primera línea, el embrollo que se organiza en el escenario.

La dramaturgia de Castro dibuja hábilmente cada personaje, explora y exhibe sus sentimientos, de tal manera que deja bastante aparte el lado bufo, y, cuando recurre a él en personajes como los de Antonio y Don Bartolo, lo hace sin rallar en lo grotesco y exagerado de otras producciones.

La coreografía ideada por la bailaora Cristina Hoyos para el final del tercer acto aporta el toque "sevillano" al espectáculo, pero de forma elegante, sin caer en tópicos.

Del homogéneo elenco vocal sobresalieron las interpretaciones de la soprano canaria Yolanda Auyanet, ovacionada en el aria de la Condesa 'Dove sono' y la más aplaudida al final de la representación, así como el barítono vienés Paul Armin Edelmann, que encarnó a un Conde de Almaviva noble y con voz expresiva en matices, y la rusa Olga Peretiatko, soprano ligera y de hermoso timbre que imprimió carácter al rol de Susanna.

Bien la intervención de Carlos Chausson (Don Bartolo), todo un experto en roles mozartianos y rossinianos, y correctas las actuaciones de Roberto Tagliavini (Figaro), Anna Tobella (Marcellina), Manuel de Diego (Basilio) y Aurora Amores (Barbarina).

La Orquesta Sinfónica de Sevilla, con Pedro Halffter al frente, tocó con entusiasmo, plenamente entregada a la esencia prerromántica y prerrevolucionaria de los pentagramas mozartianos que el maestro transmitió desde el podio, especialmente en la obertura y en los finales de acto.

En líneas generales, Halffter plantea un Mozart algo "más serio" de lo que habitualmente se escucha, punto en el que coincide con Castro.

Ambos maestros, director de orquesta y director de escena, recibieron una ovación del público cuando salieron juntos a saludar al final de la función.

"Las bodas de Figaro" vuelve a representarse los días 1, 3 y 5 de octubre. EFE.

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