Una exposición en La Nau rememora el movimiento ciudadano que logró parar la urbanización de El Saler

  • La Universitat de València (UV) inaugura este miércoles la exposición 'El Saler per al poble, ara! El poder de la ciudadanía en la transformación responsable del paisaje y del territorio', que conmemora el éxito de la movilización ciudadana que consiguió en los años 70 paralizar una urbanización que hubiera acabado con la Devesa de El Saler y reivindica los retos que todavía quedan para este Parque Natural.
Una exposición en La Nau rememora el movimiento ciudadano que logró parar la urbanización de El Saler
Una exposición en La Nau rememora el movimiento ciudadano que logró parar la urbanización de El Saler
EUROPA PRESS
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Producida por el Vicerrectorado de Cultura e Igualdad y con la colaboración del Ayuntamiento de València, Caixa Popular, el Colegio Territorial de Arquitectos de València y la Fundació General de la UV, la exposición está comisariada por los arquitectos Carles Dolç, Tito Llopis, Felipe Martínez y Luis Alberto Perdigón, y por la periodista Maria Josep Picó.

El objetivo, ha dicho Dolç en la presentación, es recordar "uno de los primeros movimientos ciudadanos de España, posiblemente el primero ecologista, que consiguió defender el patrimonio natural y que aún hoy se estudia y sigue siendo objeto de investigaciones y tesis en universidades europeas y estadounidenses".

El vicerrector de Cultura de la UV, Antonio Ariño, ha recordado "la lucha urbana y ecológica, que no es nueva, sino que ya en los años 60 y 70, los entonces nuevos movimientos sociales, encabezados por científicos, arquitectos y vecinos daban voz en la clandestinidad a aquellos que no la tienen, como el agua y los patos de la Albufera".

El concejal de Conservación de Áreas Naturales y Devesa-Albufera, Sergi Campillo, ha calificado la exposición de "magnífica" en tanto que recupera "una de las joyas naturales más importantes de la ciudad de Valencia que conmemora este año el 30 aniversario como Parque Natural".

La exposición recoge un amplio material tanto gráfico como documental, que se caracteriza por su carácter histórico e inédito, ya que parte del mismo se ha realizado ex profeso. Así, fotografías de la época se entremezclan con vistas aéreas captadas sobre la zona con motivo de este proyecto; audiovisuales de la década de los setenta se proyectan junto con otros actuales que recogen las voces de algunos de los protagonistas de aquel exitoso movimiento ciudadano y documentos de cartografía histórica conviven con material de planeamiento urbanístico y cartelería reivindicativa de la época.

Todo para recordar la "batalla" de El Saler y las cuestiones pendientes. En 1962 el Ayuntamiento de València promovió un plan para urbanizarlo y convertirlo en una marina mediterránea más, destinada al alojamiento temporal del "turismo de masas" con el que Manuel Fraga Iribarne, ministro entonces de Información y Turismo, planteaba colonizar los espacios marítimos más singulares.

El plan fue aprobado el 1965 por el consistorio que presidía el alcalde Adolfo Rincón de Arellano, comenzó a ejecutarse poco tiempo después y pronto se van a visualizar sus efectos destructores en el bosque y la playa.

En aquellos años algunas voces minoritarias apuntaron las críticas al proceso urbanizador. Fueron biólogos y ambientalistas que comprobaron los daños y la ausencia de criterios de respecto a la naturaleza en las obras. Voces como las de los profesores Docavo, Mansanet o Gil Corell, a les que se sumó Félix Rodríguez de la Fuente con un programa de 'Vida Salvaje' en TVE en 1970, provocaron una primera polémica pública y generaron en la sociedad valenciana dudas fundamentadas sobre la bondad de la urbanización de la Devesa.

'El Saler per al poble' fue el emblema de la campaña ciudadana que en el verano del 1974 planteó con rotundidad que la urbanización era un desastre y que se debía recuperar la Devesa. El movimiento ciudadano fue apoyado por las asociaciones vecinales nacidas en los barrios y pueblos en el final del franquismo y por la iniciativa de profesionales diversos, entre ellos sociólogos, arquitectos, docentes o periodistas. Se recopilaron 15.750 firmas oponiéndose a la urbanización.

El trabajo del movimiento ciudadano consiguió que no se continuara construyendo la urbanización. Los edificios que todavía hay en el interior del bosque del Saler, la autopista o el campo de golf son algunos de los recuerdos que perviven.

La primera corporación democrática valenciana, presidida por Ricard Pérez Casado, paralizó definitivamente la ejecución del plan urbanizador, inició en 1980 los estudios para la recuperación del Saler y aprobó el Plan Especial protector de la Devesa en 1982. Después, en 1986, la Generalitat declaró el Parque Natural de La Albufera, donde se incluye la Devesa del Saler, comenzó la regeneración de los sistemas dunares (1990-2000) arrasados por la urbanización y la ordenación de los usos turísticos de la zona.

La exposición se estructura en cinco secciones. La primera consiste en los antecedentes no construidos y se visualizan obras que no se construyeron, como un aeropuerto o la universidad laboral que finalmente se emplazó en Cheste y la segunda analiza el proyecto urbanizador ejecutado con las "cicatrices" que sí se erigieron.

La tercera sección aborda el movimiento ciudadano del 1974-1976, la cuarta está dedicada a la paralización del plan y los trabajos de rehabilitación de los ecosistemas y la última se centra en las reivindicaciones pendientes: cómo restaurar las playas alteradas por la expansión del Puerto de Valencia, la recuperación de la calidad que tenía el agua del lago en 1960 o el futuro de las edificaciones existentes en la Devesa.

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