LA EXTINCIÓN DE GRANDES BOSQUES TIENE UN ‘EFECTO MARIPOSA’ EN EL CLIMA COMO ‘EL NIÑO’

- Con efectos que pueden sentirse al otro lado del mundo. Las grandes extinciones de los bosques debido a la sequía, el calor, las plagas de escarabajos o la deforestación podrían tener un ‘efecto mariposa’ con consecuencias significativas en los patrones climáticos globales y alteraciones en la vegetación al otro lado del mundo, según un estudio dirigido por la Universidad de Washington (Estados Unidos).
El concepto de la teoría del caos del ‘efecto mariposa’ fue formulada por el matemático y meteorólogo estadounidense Edward Lorenz con la pregunta “¿puede el aleteo de una mariposa en Brasil producir un tornado en Texas?”.
"Cuando los árboles mueren en un lugar, puede ser bueno o malo para las plantas en otra parte porque esto causa cambios en un lugar que puede rebotar con cambios del clima en otro lugar", apunta Elizabeth Garcia, autora principal del estudio e investigadora postdoctoral en ciencias atmosféricas de la Universidad de Washington, quien añade: “La atmósfera proporciona la conexión”.
El estudio, publicado en la revista ‘PLOS ONE’, indica que, así como las condiciones en el océano Pacífico tropical pueden tener efectos lejanos gracias al fenómeno climático de ‘El Niño’, la pérdida de un bosque podría generar señales en todo el mundo.
Es conocido que la pérdida de bosque tiene un efecto de enfriamiento cercano porque sin árboles la superficie de la Tierra es más reflectante y absorbe menos luz solar, y la pérdida de vegetación también hace que el aire sea más seco.
Sin embargo, el nuevo estudio muestra que las grandes pérdidas forestales pueden alterar el clima global cambiando la trayectoria de las ondas atmosféricas a gran escala o alterando los patrones de precipitación. Menos cubierta forestal también puede cambiar la cantidad de luz solar absorbida en los hemisferios norte y sur, variando así las frecuencias de lluvia tropical y otras características climáticas.
"La gente ha pensado en la importancia de la pérdida de bosques para un ecosistema y tal vez para las temperaturas locales, pero no en cómo interactúa con el clima global", apunta Abigail Swann, profesora de ciencias atmosféricas y de biología de la Universidad de Washington y coautora del estudio.
AMÉRICA DEL NORTE Y AMAZONIA
La investigación se centra en dos áreas que actualmente están perdiendo árboles: el oeste de América del Norte, afectado por la sequía, el calor y las plagas de escarabajos que se extienden desde el suroeste del Estados Unidos hasta Alaska, y la selva amazónica, que ha sido sometido a décadas de intenso desarrollo. Los científicos realizaron un modelo climático con un escenario drástico de pérdida de bosque para investigar los efectos climáticos potenciales más extremos.
Los resultados muestran que eliminar árboles en el oeste de América del Norte provoca un enfriamiento en Siberia, con lo que ralentiza allí el crecimiento del bosque. La pérdida de masa arbórea en el oeste de Estados Unidos también hace que el aire sea más seco en el sureste de este país, lo que daña los bosques en lugares como Carolina del Norte y Carolina del Sur, si bien conlleva beneficios en Sudamérica, donde la vegetación se vuelven más fría y, por lo tanto, más húmeda al sur del ecuador.
En el segundo análisis, la eliminación de la mayor parte de la selva amazónica también hizo que Siberia se volviera más fría y estéril, pero tuvo un ligero impacto positivo en la vegetación del sudeste de Estados Unidos y un beneficio significativo en los bosques vecinos del este de Sudamérica, principalmente por el aumento de la precipitación durante el verano en el hemisferio sur.

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