Extoxicómano pensó que el regreso a prisión era "el fin" de su rehabilitación

  • El extoxicómano vigués David Reboredo, que hoy ha abandonado el centro penitenciario de A Lama (Pontevedra) tras recibir un segundo grado con efectos de tercer grado, ha señalado que cuando ingresó en la cárcel el pasado mes de diciembre pensó que era "el fin" de su rehabilitación.

Vigo, 18 mar.- El extoxicómano vigués David Reboredo, que hoy ha abandonado el centro penitenciario de A Lama (Pontevedra) tras recibir un segundo grado con efectos de tercer grado, ha señalado que cuando ingresó en la cárcel el pasado mes de diciembre pensó que era "el fin" de su rehabilitación.

En declaraciones a los medios junto a sus familiares, su pareja y sus allegados más próximos, Reboredo ha indicado que su ingreso en prisión para cumplir cinco años y medio de condena por el intercambio de dos papelinas fue "un trance muy difícil" después de "tantos años" rehabilitado.

Ha recordado que llevaba sin ir a un centro penitenciario desde los años noventa y que tener que volver a prisión le parecía "el fin a una rehabilitación", porque en la práctica suponía meterlo "en el peor sitio posible".

"Me parecía imposible que por una cantidad tan nimia -de droga intercambiada- pasaran estas cosas. No lo entendía y por eso lo hice público", ha recalcado.

Reboredo ha confiado en que su caso, por la repercusión que ha tomado, sirva para modificar el Código Penal en cuanto a la despenalización de la venta de pequeñas cantidades de droga se refiere, para que "en el futuro nadie tenga que pasar por esto".

Y es que, según ha alegado, "un toxicómano ya tiene un problema bastante importante como para que además te cojan con una papelina y eso conlleve cuatro años de prisión. Me parece un disparate. Hay que cambiarlo", ha proclamado.

David Reboredo, que a partir de ahora pasará las noches en el centro de integración social Carmen Avendaño, se ha declarado "muy contento" por volver a abrazar y besar a su familia y a sus allegados, y ha agradecido el apoyo recibido por "las miles de personas que han estado ahí".

Sin "palabras" para describir el "momento muy emotivo" que vivió al reencontrarse con los suyos, este extoxicómano vigués ha subrayado que los ánimos que recibió de sus familiares y de cartas "de todos lados de Galicia y España" le "mantuvieron el ánimo para seguir adelante" durante su estancia en la cárcel.

Sobre el indulto pendiente de una pena de tres años y medio, impuesta en octubre de 2007 por la Audiencia de Pontevedra y revisada por el Tribunal Supremo el pasado 27 de diciembre, cuando la rebajó a dos años, confía en que el pronunciamiento del Gobierno será positivo y "no tardará tres meses" como el indulto parcial del pasado viernes.

El padre de David Reboredo, Edmundo, ha señalado por su parte que "la jaula todavía no es de oro", dado que su hijo pasará las noches en un centro de integración social, aunque los fines de semana los pasará alternativamente en ese centro y en su domicilio.

Edmundo, de quien cuidaba David hasta su ingreso en prisión, ha advertido de que ni él ni sus familiares tolerarán que el indulto total de su hijo "se pierda en una burocracia inútil".

"Vamos a seguir luchando para apurar los plazos, para que se lleve a cabo a la mayor brevedad posible", ha aseverado el padre de David Reboredo, quien entiende que es "razonable" que la medida de gracia le sea concedida a su hijo en su totalidad.

Pese a todo, ha mostrado su satisfacción por volver a estar junto a su hijo fuera de prisión, y a pesar de su ceguera ha dicho que aunque no lo ve, hoy el cielo luce "muy azul y muy alegre".

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