F.Albor:Cataluña en realidad quiere un pacto fiscal condenado a "desaparecer"

  • A punto de ser presentada su sexta biografía, "Gerardo Fernández Albor. La elegancia del compromiso" (Enrique Beotas, sello Quindici Editores), el primer presidente electo de la Xunta confiesa su preocupación por las reivindicaciones soberanistas de Cataluña pese a interpretar que "en realidad lo que quieren es un pacto fiscal" condenado a desaparecer.

Ana Martínez

Santiago de Compostela, 2 nov.- A punto de ser presentada su sexta biografía, "Gerardo Fernández Albor. La elegancia del compromiso" (Enrique Beotas, sello Quindici Editores), el primer presidente electo de la Xunta confiesa su preocupación por las reivindicaciones soberanistas de Cataluña pese a interpretar que "en realidad lo que quieren es un pacto fiscal" condenado a desaparecer.

Este veterano político, de 95 años, confiesa "tener la impresión" de que esta nacionalidad histórica aspira a ese régimen especial, como el País Vasco o Navarra, pero "el día que tengamos Europa de verdad", que llegará, esos conciertos tendrán que ser eliminados, porque "no puede haber desigualdades entre territorios".

La independencia "que CiU ha pedido a última hora" no debería ni ser planteada, aduce, "hay que hablarles claro a los catalanes, es imposible", puntualiza Fernández Albor, y recuerda ("hablo con propiedad por mi edad") cómo en los años treinta "las tropas de la República les intervinieron la independencia, que duró un día" para apuntar, con humor, que "aquí no hace falta que vengan las tropas, simplemente no es viable".

El referéndum, estima, "no tiene valor y no es legal", la Constitución de 1978 "solo se puede reformar entre todos los españoles" y la entrada a Europa "de la que hablan", "pues con un solo voto en contra de una sola nación europea no puede entrar nadie, y aunque España votase que sí, sobrarían naciones que dirían que no, porque el problema que tendríamos en España no lo quieren ellos".

"Están equivocados", puntualiza Albor, que aclara que él no es antinacionalista, sino "gallego por nación, español por historia y europeo por cultura", como decía, apunta, el intelectual y político Ramón Piñeiro.

De hecho, en el ilustre galleguista Alfonso Daniel Rodríguez Castelao no encuentra Fernández Albor a un independentista sino a un "hombre de unión", y por ello lamenta, ya en el caso de su tierra, cómo algunas fuerzas políticas, entre ellas el BNG, se han apropiado de su figura, transformando el mensaje y adaptándolo a sus reivindicaciones.

El desplome del Bloque en los pasados comicios del 21 de octubre, al caer de 12 diputados a 7, y la llegada al Parlamento autonómico, con 9 actas, de la coalición Alternativa Galega de Esquerda (AGE) con el histórico nacionalista Xosé Manuel Beiras, de 76 años, no ha sorprendido a Albor.

"Beiras es culto, aunque exagerado a veces en las expresiones, es un hombre que habla muy bien, tiene fuerza", subraya, y concurría a esta convocatoria con una alianza entre su organización, Anova, surgida tras el abandono del BNG, y Esquerda Unida-Izquierda Unida, "un partido organizado, así que ayudó esto último y su capacidad".

Menos todavía le pilló por sorpresa el triunfo de Alberto Núñez Feijóo (PP) que amplió su mayoría de 38 a 41 escaños.

"Es una joya", apostilla, y entiende que no es lo mismo "ganar" que "merecer" el triunfo, porque "un premio te lo pueden dar, pero merecerlo ya es otra cosa".

A un lustro para el siglo de vida, este médico -su vocación por esta disciplina y por la política se remonta a los 14 años, y ambas surgieron a la vez- ve con preocupación como en su época había una curiosidad política que no nota ahora.

"Uno ve muchos de esos indignados, enfadados, sí, pero la mayoría pasan de la política".

Por ello recomienda estudiar, luchar y participar directamente o tomar decisiones "con el voto", no "abstenerse y no preocuparse, porque así se corre peligro".

Su implicación activa vino por una petición expresa de su amigo Ramón Piñeiro, que quería que el galleguismo llegase a todos los partidos.

Su vida cambió, de médico a "político tardío", "pero las dos cosas son importantes", detalla a Efe. "Y con 95 años sigo en la actividad como si tuviese 40 ó 50, o fuese un chaval", relata.

Que encabezase Alternativa Popular se fraguó el último día en que se cerraban las listas, "la vida es una cosa extraña", y su primer aplauso "político" lo escuchó cuando dio el sí.

Fernández Albor, padre de 7 hijos -uno adoptado-, abuelo de 15 nietos, y con "casi" 5 biznietos -"muy pronto nacerán dos mellizos"- reconoce que su espíritu es vital, aunque ya "no hace deporte" ni viaja tanto como quisiera. Tampoco lee como antes, porque tiene "mucho trabajo".

Su secreto: prudencia con la comida, la bebida y el descanso, carácter pacífico y sin estrés, y los cuidados de su esposa, Asunción Baltar Tojo, 'Chon', como la llama.

Pasados los 90, se ha permitido, afirma, hacer mofas sobre la eternidad: "¿Sabes qué es la eternidad? Son dos mujeres despidiéndose, ja,ja,ja". EFE

am/pv

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