Familia de un hombre en coma y aseguradoras buscan acordar la indemnización

  • Un juzgado de instrucción madrileño ha citado para mañana al abogado de Antonio Meño, el hombre que lleva más de 21 años en coma tras ser sometido a una intervención quirúrgica, y a seis aseguradoras para que intenten llegar a un acuerdo sobre una posible indemnización.

Madrid, 13 jul.- Un juzgado de instrucción madrileño ha citado para mañana al abogado de Antonio Meño, el hombre que lleva más de 21 años en coma tras ser sometido a una intervención quirúrgica, y a seis aseguradoras para que intenten llegar a un acuerdo sobre una posible indemnización.

Así lo han informado a Efe fuentes jurídicas, que han explicado que la cita de mañana es la segunda que dicta el Juzgado de Instrucción número 15 de Madrid para que, en un acto de conciliación, las partes intenten alcanzar un acuerdo que evite llegar a un nuevo juicio.

El denominado caso Meño volvió a los juzgados de instrucción después de que el pasado 17 de noviembre la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo (TS) estimara en una sentencia la demanda de revisión de su familia al aparecer un nuevo testigo, anulando así las sentencias dictadas anteriormente sobre este asunto.

Pero el pasado 28 de abril, en el primer acto de conciliación, el abogado de la víctima, Juan Carlos Izquierdo, anunció a la salida de los juzgados que no se había consensuado porque la parte demandada se había opuesto a la petición de indemnización de la familia, que ascendía a 1,65 millones de euros.

Ese día, Antonio Meño fue llevado hasta los juzgados de Plaza Castilla por sus padres y expresaron su malestar por el trato recibido en la vista por parte de los demandados, por lo que mañana piensa acudir solo el matrimonio.

La madre de Antonio, Juana Ortega, ha declarado a Efe que prefiere acudir mañana sin su hijo, al que dejará con otro familiar, y que ha puesto "todo" en manos de su abogado" pero que, aunque se consiga un acuerdo económico, el daño es "tan fuerte" que nunca podrá "olvidar" el daño que se le ha hecho a su hijo.

La historia de este caso se remonta a 1989, cuando Antonio Meño, que entonces contaba 21 años de edad, fue intervenido de una rinoplastia en la clínica Nuestra Señora de América y quedó tetrapléjico a causa supuestamente de la atención anestésica recibida.

La demanda por negligencia médica de los familiares de Meño contra el hospital y el anestesista fue rechazada y se les impuso el pago de 400.000 euros por las costas del proceso.

El juzgado de primera instancia número 11 de Madrid (en 1998), la Audiencia de Madrid (en 2000) y el Supremo (en 2008) consideraron que la actuación del anestesista había sido correcta y ello condujo a la familia Meño a protagonizar una acampada durante año y medio en la plaza Jacinto Benavente de Madrid, frente a una de las sedes del Ministerio de Justicia.

Solo cesaron en su decisión cuando, tras la aparición de un nuevo testigo de la operación, un médico en prácticas, el TS decidió revisar el caso el pasado mes de junio.

El nuevo testigo, llamado Ignacio Frade, aseguró en el Supremo que durante la intervención el anestesista se ausentó y no estaba cuando él mismo se percató de que se producía una alteración en la frecuencia del ritmo cardiaco de Meño.

El Supremo concluyó entonces que la declaración del nuevo testigo ponía de manifiesto una maquinación fraudulenta "gestada fuera del proceso entre los profesionales intervinientes en la rinoplastia estética con el fin de impedir a los perjudicados aproximarse remotamente (...) a la realidad de lo ocurrido, generando una total oscuridad sobre ello".

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