Familiares relatan en juicio amenazas a los activistas asesinados en Amazonía

  • Familiares de la pareja de defensores de la Amazonía asesinados hace casi dos años en el estado brasileño de Pará declararon hoy, en la primera jornada del juicio a tres acusados por el doble homicidio, que los activistas eran amenazados por su lucha por la tierra.

José Manuel Blanco

Marabá (Brasil), 3 abr.- Familiares de la pareja de defensores de la Amazonía asesinados hace casi dos años en el estado brasileño de Pará declararon hoy, en la primera jornada del juicio a tres acusados por el doble homicidio, que los activistas eran amenazados por su lucha por la tierra.

El juicio a José Rodrigues Moreira, señalado como instigador del crimen, y Alberto Lopes Nascimento y Lindonjonson Silva Rocha, apuntados como ejecutores, comenzó hoy en Marabá, ciudad del estado de Pará.

El asesinato a tiros de la pareja de esposos José Claudio Ribeiro da Silva y María do Espíritu Santo da Silva fue perpetrado el 24 de mayo de 2011 en Nova Ipixuna, localidad cercana a Marabá, aparentemente por una disputa de tierras.

El proceso ha atraído a Marabá, una calurosa ciudad enclavada en la región amazónica de Pará, el estado con más conflictos por la tierra en Brasil, a observadores de diversas organizaciones internacionales que apoyan a los movimientos sociales en su clamor por justicia.

Laisa y José María Gomes Sampaio, hermanos de la activista asesinada que declararon hoy como testigos de la acusación, aseguraron en su relato en el Foro de Justicia de Marabá que el matrimonio Da Silva recibía amenazas desde hacía tiempo.

Los Gomes Sampaio afirmaron que las intimidaciones venían desde 2001 y que tres meses antes de ser asesinada su hermana les habló de las amenazas.

José María añadió que las amenazas podrían venir de madereros con intereses en la reserva ambiental amazónica Praialta-Piranheira, rico en maderas finas como la caoba, donde el matrimonio Da Silva se dedicaba a la extracción de castañas como parte de un proyecto de desarrollo sostenible.

"Ellos (la pareja asesinada) denunciaban las ilegalidades, la tala de la madera y las carbonerías", dijo Laisa Gomes Sampaio.

El Ministerio Público (fiscalía) de Pará ha pedido 70 años de cárcel para los tres acusados por el asesinato que atribuye a una disputa de tierras porque Rodrigues Moreira había comprado unos lotes dentro de la reserva a cuya venta se oponía la pareja y por eso comenzaron a recibir amenazas.

"José Rodrigues planeó, organizó y financió el doble homicidio", señala la denuncia de los fiscales.

Los tres acusados, que asisten al juicio tranquilos, negando con la cabeza en ocasiones alguno de los testimonios de la acusación, responden por el delito de homicidio con agravantes ante un jurado popular constituido por siete personas de Marabá.

La sala del tribunal donde se celebra el juicio tiene espacio para unas 90 personas como público, que hoy estaba integrado por familiares de las víctimas, estudiantes de Derecho o miembros de organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos.

Entre los observadores destacan Amnistía Internacional o la Right Livelihood Foundation (RLF), que entrega unos "Premios Nobel alternativos" a aquellos activistas sociales destacados.

La exdiputada sueca Marianne Andersson, miembro de la RLF y el argentino Raúl Montenegro, que ha sido premiado por la Fundación, dijeron a Efe que los jueces de la defensa estuvieron "agresivos" con los testigos de la acusación.

Montenegro añadió que los abogados de la defensa no tenían "una argumentación de peso" al preguntar a los declarantes y que más bien parecía que querían "amedrentarlos para obtener alguna ventaja".

Durante todo el día varias decenas de personas, mayoritariamente de movimientos campesinos, han permanecido frente al tribunal para apoyar a la familia de las víctimas en alegre convivencia bajo una carpa donde cantan canciones que claman por el fin de los latifundios.

Estos activistas han colgado carteles en la verja del Foro contra la impunidad en el campo y en busca de justicia con el matrimonio, así como cruces con lazos negros que representaban a las personas asesinadas por conflictos en el campo brasileño.

Muchos llevaban una camiseta blanca con la imagen de José Claudio y María en el pecho y una de las bienaventuranzas de Jesucristo en la espalda: "Bienaventurados los que tengan hambre de sed y justicia, porque serán saciados".

Se espera que mañana por la noche se conozca la sentencia, después de que abogados de la acusación y la defensa intercambien posturas durante el día.

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