Ferrari 250GT, el capricho que cambió la historia de la marca

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Ferrari es la escudería más prestigiosa de cuantas hayan fabricado coches para rodar tanto en el circuito como en el asfalto. Ninguna otra marca suscita la misma admiración y pasión que la que levantan los vehículos cuyo morro luce el logo más famoso de todos -el Cavallino Rampante- Cuando hacen rugir sus potentes motores. De todos los modelos y versiones que ha fabricado la escudería de Módena, el vehículo que cambió la historia de la marca, transformándola en lo que es hoy, fue el Ferrari 250GT y de ellos el cabrio, el más espectacular de todos.

El 250GT cabrio Pinifarina es un vehículo deportivo de dos plazas que construyó la escudería Ferrari en últimos años cincuenta y primeros sesenta (1957-1964). Este modelo acabó evolucionando al famoso GTO. Aunque no fue concebido como un vehículo de carreras este modelo obtuvo sus primeras victorias en la carrera de Nassau en las Bahamas, pilotado por el marqués de Portago. Posteriormente alcanzó otras victorias en las carreras del tour de Sicilia y en la famosa Mille Miglia. Así mismo un primer puesto en el Tour de Francia y varios podium le hicieron merecedor del sobrenombre de Berlineta tour de Francia.

El propietario de la marca, Enzo Ferrari, contrato al carrocero Scaglietti para el diseño de las berlinetas GT, quien suavizó ligeramente las formas de los diseños originales de Pinifarina que eran un poco más angulosos. Estos nuevos diseños de Scaglietti incorporaban un chasis de aluminio con una toma de aire en el capó que terminó por hacerse un estándar en la escudería. El modelo 250GT montaba faros cromados insertados en las molduras que se embutían en los guardabarros delanteros.

Los primeros modelos que se fabricaron montaban un chasis de distancia larga entre ejes. Mantenían los amortiguadores Houdaille y discos de freno de tambor de aluminio con camisas de hierro fundido. El motor V12, diseñado por Colombo cubicaba 2.953 c.c. y desarrollaba una potencia de 260 caballos a 7.000 rpm. La caja de cambios de cuatro velocidades sincronizadas engranaban el motor a través de una placa de embrague seco.

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