Díaz reunirá a Podemos e IU

Ferraz contra Moncloa: el fiasco en Andalucía enfrenta a familias del PSOE

Tres facciones en crisis: las Adriana Lastra, Santos Cerdán y el gabinete de Sánchez, donde también hay fisuras. Sánchez se limita a señalar que no existe cambio de ciclo. Los barones esperan movimientos.

Sánchez junto a Lastra y Narbona
Sánchez junto a Lastra y Narbona
PSOE

Marejada en el PSOE. Como en todos los naufragios electorales, los partidos analizan las causas e intentan encontrar culpables. Es lo que está ocurriendo en el seno del socialismo, donde las diferentes familias se posicionan de cara a lo que está por venir, una otoño-invierno de infarto en el terreno económico que dará pie a unas autonómicas y municipales donde Pedro Sánchez se la vuelve a jugar, esta vez como antesala de las generales. Moncloa mira a Ferraz y el partido mira al Gobierno. Hay cuitas antiguas y el resultado de la cita con las urnas las ha aflorado de nuevo.

¿Quién es el responsable del mal resultado electoral en Andalucía? El PSOE ha perdido en su principal granero de votos y, aunque la dirección federal intente aplicar paños calientes, el partido es en este momento un hervidero de comentarios y análisis pesimistas respecto a lo sucedido y lo que está por venir. Los socialistas acumulan un año de resultados adversos, con diferente intensidad, y la cuestión interna inevitable pasa por despejar si están ante un cambio de ciclo político. El propio Sánchez intentó ayer alejar el fantasma en la reunión de la ejecutiva, mensaje reforzado desde fuentes de la dirección. Pero en los territorios y entre diputados se respira un ambiente de incertidumbre. Son sensaciones inéditas desde la moción de censura.

En esa búsqueda de culpables, las diferentes familias afilan los cuchillos. Y es aquí donde hay roces, algo que enerva especialmente a Sánchez como quedó demostrado con la crisis del CNI cuando mandó poner orden entre Félix Bolaños y Margarita Robles. En esta ocasión estas facciones se miran entre sí y acusan a los contrarios de errores de diferente tipo no sólo durante la campaña electoral en Andalucía. Algunos miran a los últimos meses.

Desde Moncloa señalan a Ferraz. Por resumir, en el gabinete liderado por Óscar López, que apenas ha participado en esta campaña electoral y se ha limitado a coordinar la agenda del presidente del Gobierno con actos del partido, ven que ha habido un diseño erróneo de la campaña socialista. Juan Espadas fue el candidato de Ferraz, la opción para dejar atrás el 'susanismo' y la apuesta ha sido fallida, consideran. El jefe del Ejecutivo apenas ha participado en tres grandes mítines (Cártama, Cuevas de la Almanzora y Sevilla) y en las tres localidades ha ganado el PP. Sánchez no ha sumado.

En Moncloa el equipo de análisis demoscópico le habló cristalino a Sánchez. Andalucía pintaba mal para el PSOE. Nadie vio una mayoría absoluta de Juanma Moreno, pero sí se detectó, y así se informó, de un mal resultado para la izquierda. En el gabinete no terminaron de entender el giro en plena campaña, ejecutado desde Ferraz. De azuzar el miedo a la "ultraderecha" se pasó a intentar movilizar al máximo a un votante con el que no se terminaba de conectar. El resultado fue un trasvase de unas 300.000 papeletas del PSOE al PP. La indefinición se pagó.

En Ferraz hay dos equipos claramente diferenciados. Por un lado se sitúa el de Adriana Lastra, la número dos del partido. En esta campaña no ha tenido especial protagonismo por razones ajenas a la política. La campaña socialista, indican fuentes de la dirección fue organizada entre Andalucía y el otro equipo, el de Santos Cerdán y Javier Izquierdo. Y es aquí donde surge otras disputa, porque los 'fogoneros' de la estrategia andaluza también son señalados internamente al no haber dado con la tecla una vez más. Hay quien pide que "rueden cabezas" tras cosechar el peor resultado histórico en la "casa del socialismo", que es como se define a Andalucía.

​El Gobierno no vende los éxitos

Desde Ferraz no eluden responsabilidades, pero también miran a Moncloa. A la estrategia del Gobierno de los últimos meses, en concreto. Apuntan estas fuentes que han existido serios problemas de comunicación a la hora de 'vender' a la opinión pública los avances conseguidos durante la legislatura. Ni haber conseguido más de veinte millones de puestos de trabajo, ni el ingreso mínimo, ni los avances sociales... Nada ha funcionado para retener la fuga de voto socialista hacia el PP. Y eso es culpa, en parte, de la comunicación del Gobierno, que no sabe amplificar los éxitos, siempre según estas fuentes de Ferraz, que dirigen sus miradas hacia el jefe de gabinete del presidente, Óscar López.

López fue una apuesta de Sánchez de última hora y no termina de cuajar entre la nueva generación de dirigentes del PSOE. Moncloa y Ferraz están diseñados en este momento como dos compartimentos relativamente estancos, con escasas conexiones, como ya ocurría en la etapa de Iván Redondo. Y las críticas vuelven a surgir hacia el ala oeste de Moncloa en un momento de debilidad electoral. Llueve, además, sobre mojado ya que, tras las elecciones en Castilla y León, fue el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, quien expresó en privado sus críticas hacia su paisano López.

Las críticas vuelven a surgir hacia el ala oeste de Moncloa en un momento de debilidad electoral

Óscar López no forma parte de la ejecutiva federal. No se encontraba ayer presente, por tanto, en la reunión donde el PSOE realizó la crítica interna. En el partido reclaman una mayor integración de ambos equipos y de una mayor implicación política de Moncloa en las decisiones que se toman en Ferraz, movimiento que debe efectuar el presidente. 

Desde Moncloa replican que Óscar López no cuenta, efectivamente, con responsabilidades orgánicas en el partido y que su labor, por tanto, se limita a la actividad gubernamental de Sánchez. Tampoco gustaron en algunos ámbitos del Gobierno las palabras de Lastra la noche electoral culpando del mal resultado de los socialistas al momento elegido por Moreno para convocar los comicios.

​Yolanda Díaz reúne al espacio confederal

La izquierda tiene en este momento una vía de agua importante, también en el espacio a la izquierda del PSOE. Yolanda Díaz movía este lunes ficha agitando la negociación del segundo decreto anticrisis y poniendo negro sobre blanco las propuestas de Unidas Podemos: un cheque de 300 euros al mes para las familias más necesitadas; una reducción del 50% en el transporte público; un recargo en el Impuesto de Sociedades a las energéticas; y hacer gradual, por renta, el descuento a los carburantes. El movimiento de Díaz no gustó, no obstante, en Moncloa. La vicepresidenta segunda envió un documento a sus socios y lo desglosó en su Twitter, una actitud que no compartieron en el PSOE.

Pero el espacio confederal va asumiendo que la división y las heridas internas se pagan en las urnas. Por eso Yolanda Díaz tiene la intención de convocar una reunión del área de Unidas Podemos, con los ministros y secretarios de Estado. Recoser es importante, apuntan fuentes internas, tras cosechar cinco diputados en Andalucía.

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