Fito: "En Bilbao quiero quedar tan bien que pierdo kilos"

  • Roberto Cubero.

Roberto Cubero.

Bilbao, 5 dic.- El músico Fito Cabrales regresa mañana a casa, a Bilbao, a cantar ante su público, sus amigos y hasta su aita (padre, en euskera), una presión que le hace perder kilos -a un flaco como él- pero que también le motiva más.

Fito, en una entrevista con Efe desde su casa de Gernika (Vizcaya), donde descansa unos días antes de tocar desde mañana, jueves, hasta el sábado en el palacio Euskalduna de Bilbao, donde apenas quedan entradas después de haberse ampliado el aforo.

Es casi el final de la gira por teatros y auditorios que arrancó en Oviedo en septiembre y terminará el 28 de diciembre en Valencia, con el extra en abril del 2013 de los conciertos aplazados en la capital de España tras la tragedia del Madrid Arena, que causó la muerte a cinco jóvenes.

Aparte de este "desastre" que lamenta de Madrid, Fito y sus músicos están encantados con este periplo compacto de tres meses por España: "Son giras más fáciles de llevar, como para gente de mi edad -46 años-, para poder salir y regresar a casa sin morir en el intento".

"Estamos todos muy ilusionados; es un poco lo del inicio de Fito y los Fitipaldis, el tocar en sitios pequeños. Ha sido casi un capricho", confiesa.

Tan contentos están que quieren grabar en vídeo varios de los conciertos de la gira, para tenerlos registrados, no para sacar un disco de directo.

Tras la gira anterior en grandes pabellones, Fito compara sensaciones con el teatro: "Da una energía bestial salir al escenario con quince mil tíos rugiendo, pero como músico impone mucho el silencio, la gente sentada, no es que veas a las personas, es que ves como te miran; eso impresiona, pero cuando funciona tiene una recompensa diferente".

La conclusión: "Acojona tanto estar delante de quince mil personas rugiendo como delante de mil calladas".

Tras acabar en Valencia, le esperan tres meses de invierno, por lo que la pregunta es obligatoria: "¿Aprovechará para componer un nuevo disco?".

Fito explica que se encuentra "tan a gusto" con la gira que parece "estar estirando el momento de volver al cuarto oscuro".

"Sí tengo todos los días la alegría de coger la guitarra e intentar hacer algo, pero en el fondo digo ¡ya llegará enero, otro año y trabajar en serio!. Si no estás seis u ocho horas al día con la guitarra es difícil que salga nada", opina.

"Ahora cojo la guitarra, apunto en la libreta, un rato en el hotel, pero no me pongo las pilas al cien por cien. ¡Igual luego me coge el toro y tengo que bajar al sótano y estar todo el día escribiendo!", añade.

Así que para el 2013 no hay planes cerrados, más allá de intentar componer, los conciertos de abril en Madrid y alguna colaboración con algún músico.

Antes de eso, toca en casa, algo que asusta: "Hasta mi aita con noventa años viene. Tocar en Bilbao impone, es una responsabilidad extra, ver tanta gente conocida delante tuyo te motiva más".

"Quieres quedar bien, aunque sólo sea por el hecho de que si toco en Barcelona al día siguiente, me voy y aquí tengo que ver a la gente, a los amigos", apunta.

Fito bromea :"¡Si pudiéramos esquivar esa responsabilidad y quitar Bilbao de las giras, porque pierdo doce kilos!". "Bueno, doce no, pero dos sí", apostilla.

La solución, un par de alubiadas en su casa de Gernika.

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