Los fondos de inversión 'resucitan' la energía termosolar en disputa con el gas

Planta termosolar en Sanlúcar de Barrameda.
Planta termosolar en Sanlúcar de Barrameda.
Abengoa

Hace poco más de un año, el sector renovable registró importantes movimientos empresariales en un área que apenas se había movido desde el año 2013, las plantas termosolares. A partir de febrero se sucedieron operaciones millonarias. Brookfield compró proyectos termosolares a ACS y GIP; Acciona vendió cinco instalaciones a ContourGlobal; Abengoa se deshizo de las últimas participaciones de Atlántica Yield y la vasca Sener se alió con Masdar (Abu Dabi) para desarrollar granes plantas termosolares en todo el mundo. Los movimientos tenían fundamento. Los planes del Gobierno, recogidos en el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), han resucitado una tecnología y unas empresas que piden más espacio.

El Gobierno, ahora en funciones, diseñó con el PNIEC un plan para llegar a 2030 en buenas condiciones para cumplir con la transición energética. El plan, respaldado por Bruselas, apuesta sobre todo por la energía eólica y la solar fotovoltaica, respaldadas por el gas para cuando no haya ni sol ni viento. Pero el plan hace algo más. Confirma el buen ojo de los fondos que apostaron por las plantas termosolares, que generan electricidad a partir de fluidos calentados con espejos. El PNIEC, que aún tiene que ser retocado, resucita el sector termosolar. De 2,3 GW de potencia instalada en 2013 -50 plantas- pasa a considerar 7,3 Gw en el año 2030. Un aumento del 317%.

Es un salto espectacular para un sector que estaba adormecido hasta hace unos meses. Pero insuficiente, según fuentes del sector. La patronal Protermosolar, con su presidente Luis Crespo al frente, destaca en todos los foros a los que acude la espectacular reducción de costes que registra la generación termosolar y la capacidad que ofrece para almacenar energía en los tanques que están operativos -18- y que sólo pierden medio grado por día de material calentado. Se calientan sales o fluidos y ese calor puede ser utilizado para generar electricidad cuando el sistema lo necesite.

Un detector de rivales

El plan es convencer al Gobierno de que debe apostar aún más por la generación termosolar y contemplar en próximas subastas de renovables las ventajas que ofrecen este tipo de plantas. Las empresas agrupadas en Termosolar tienen en el detector de rivales a las empresas gasistas. La tecnología termosolar todavía no puede competir con el gas en precio, pero la tendencia -gas al alza, solar a la baja- favorece al proceso. Los ciclos combinados -27.000 Mw instalados que se mantendrán en 2030- son el gatillo de seguridad de un sistema volcado con las renovables, pero los fondos que han invertido en termosolar buscan su hueco. Ofrecen almacenamiento, respaldo para el sistema y precios a la baja.

Crespo explicó sin ambages el objetivo de los inversores que han apostado por esta tecnología en un encuentro reciente (el SolarPACES) celebrado en Corea del Sur: evitar la necesidad, en gran medida para 2030 y totalmente para 2050 - del respaldo fósil (léase el gas) en la generación de electricidad en países soleados como España.

Un momento clave

El momento es clave y todo el sector renovable está expectante. El Ministerio de Transición Ecológica se comprometió a revisar los planes para 2030 antes del 10 de noviembre y espera los resultados. Además, hay otro punto de inquietud: la revisión de la retribución al sector, que asciende a-7.000 millones anuales. La revisión debería estar en vigor en enero, según establece la Ley del Sector Eléctrico, pero lo probable es que se prorrogue el sistema actual.

El Ministerio de Transición Ecológica tenía preparado un decreto para matar dos pájaros de un tiro: fijar la nueva tasa de retribución financiera para el sector y calmar los ánimos de los afectados por los recortes aplicados en 2013 por el Gobierno del PP. Pero el desacuerdo para formar Gobierno tras las elecciones de abril lo ha impedido. De ahí la inquietud.

Hay mucho dinero en juego. El Gobierno de Mariano Rajoy, con Álvaro Nadal como ministro de Energía, propuso una revisión que limitaba la rentabilidad de los proyectos renovables entre el 4,1% y el 4,3% frente al 7,39% y el 7,5% actuales. El recorte, de ser aplicada la fórmula Nadal -bono a 10 años más 300 puntos- sería un nuevo 'casus belli'. También para los fondos que han invertido en termosolar.

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