Nudos en el estómago, tristeza, sentimiento de injusticia, represión, venganza del Estado, humillaciones. La manifestación en pro de la libertad de los Jordi y los ocho exconsellers del Govern encarcelados desde la semana pasada por orden de la Audiencia Nacional por saltarse la ley se ha convertido en una acto de precampaña electoral en el que se ha puesto de manifiesto que cada partido ha empezado a jugar sus cartas y cada responsable político a mirar por su futuro. Según la guardia urbana, 750.000 personas han salido a la calle, lo que demuestra que tanto Omnium como ANC conservan, pese a todo, el pulso de la misma.
A pesar del éxito de la convocatoria, la unidad está ya lejos de ser una realidad, aunque haya sido la expresión más escuchada. Forcadell no ha dudado en abandonar a los Jordis y ha preferido no acudir a la manifestación para su liberación por consejo de su abogado después de acatar el artículo 155. La mujer que dijo que no daría un paso atrás... ya lleva varios. Ha decidido también, que no se presentará a las elecciones. Eso sí ha enviado un tuit en el que recuerda los nombres de los encarcelados.
En los mítines de la manifestación, en la que han hablado los familiares de los políticos presos, se ha dejado claro que esta ausencua no se le tiene en cuenta, que a nadie se le considera traidor a la causa, "porque lo que importa es lo que se ha hecho estos años". La realidad es que una parte del independentismo pide unidad y otra quiere ir por libre a la cita del 21D.
De hecho, ERC confirmaba horas antes de la manifestación que iría solo el 21D mientras que desde Bruselas, Puigdemont rogaba por una unidad de la que él fue el primero en romper al escapar. El PDeCAT reivindica aún una lista unitaria del independentismo... como forma de defender la libertad de Cataluña y a los "presos políticos". Pero desde ERC no lo ven. Piden que el clamor de libertad de la calle se traduzca en votos. Las encuestas les colocan como líderes. Los familiares de los presos hablaron de democracia, libertad, esperanza y unidad. El mismo Junqueras envió un mensaje para ser leído en el que habló de "sueños que para otros son pesadillas, de herederos del franquismo, de ganas de hacer daño, de violencia y de desprecio".
En medio del discurso emocional, Junqueras destiló una frase que tiene su significado político. "Somos la semilla de la república", que no es lo mismo que la República, en principio ya declarada por los independentistas. Es todo un mensaje.
En el camino de la precampaña, ERC no está solo. El PSC ficha a catalanes nacionalistas moderados para las elecciones en busca de una transversalidad que les de votos y les separe de C's y PP. Albiol pide listas conjuntas constitucionales mientras que Arrimadas sigue creyendo que puede ser presidenta de la Generalitat. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ataca al Govern destituido y le exige que "dé la cara" por haber hecho "promesas falsas" y haber "engañado a su propia gente" y carga contra el PSC, al que ve como rival, por "no hacer honor ni a su militancia, ni a sus valores, ni a su trayectoria". La precampaña se hace ante las cámaras, en ruedas de prensa, tuits y manifestaciones.
No podía faltar el huido Puigdemont que en un mensaje por videoconferencia volvió a criticar a la UE por no escuchar al pueblo catalán y pidió de nuevo votar. "Os necesitamos más activos que nunca", pidió a la gente, aunque él siga fuera de España.
La marcha, para la que las entidades soberanistas fletaron más de 900 autocares desde diferentes puntos de Cataluña, se desarrolló a lo largo de la calle Marina de Barcelona, una localización inédita y transcurrió por lugares emblemáticos como el templo de la Sagrada Familia.
En la cabecera de la manifestación, donde se agruparon caras visibles del soberanismo y familiares de dirigentes encarcelados, había dos pancartas en las que se podía leer "Libertad presos políticos" y "Somos república", entre gritos de "Puigdemont, nuestro presidente" o "Libertad presos políticos" y pancartas con lemas como "Basta de humillaciones, basta de mentiras", "Exigimos respeto y dignidad", "Unidos más que nunca defenderemos nuestro gobierno legítimo" o "SOS Democracy".
En Valencia, contra los països catalanes
En el mismo día miles de personas recorrían las calles del centro de Valencia para reivindicar que los valencianos son españoles y mostrar su rechazo al "nacionalismo catalanista" y a los "Països Catalans".
La protesta, que se desarrolló sin incidentes y a la que han acudido cerca de 15.000 personas, según fuentes de la Delegación del Gobierno, fue organizada por la Federación Coordinadora de Entidades Culturales de Reino de Valencia (FCECRV). Bajo el lema "Som valencians. Somos Españoles. No als Països Catalans" los manifestantes, que portaban banderas españolas y de la Comunitat Valenciana, reivindicaron la "identidad valenciana" y protestaron contra el "adoctrinamiento catalanista" y el "catalanismo de las instituciones valencianas".
Si algo demuestran sendas manifestaciones es que el órdago separatista ha dejado la semilla de una división que se expresa ya en las calles y una deterioro económico del que hay noticias todos los días. Y seguirá, porque ahora las manifestaciones serán también en Bruselas: próxima parada el 7D.
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