En el fragor electoral, la apuesta es que la Fed mantenga las tasas

Cuando la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos divulgue el miércoles sus decisiones sobre las tasas de interés, faltarán solo 136 horas para la implacablemente disputada elección presidencial.

En su búsqueda de votos, el aspirante republicano Donald Trump arremetió contra la Fed y la acusó de contener artificialmente las tasas para ayudar el gobierno del demócrata Barack Obama e indirectamente a su candidata Hillary Clinton, que está primera en los sondeos.

La mayoría de los analistas apuesta a que el comité de política monetaria (FOMC) se mantenga en sus trece y no modifique las tasas por no haber presiones inmediatas y, especialmente, por estar tan cerca de las elecciones.

En tanto los miembros de la Fed están divididos sobre el peligro de la inflación, se espera que la mayoría se pronuncie por mantenerlas en sus históricamente bajos niveles de entre 0,25 y 0,50% por un mes más.

"No habría razón alguna para generar una potencial interferencia en la elección", dijo David Stockton, analista del centro Peterson Institute for International Economics.

Por ley, la Fed está aislada de las presiones políticas y su presupuesto no es fijado por el Congreso. Los analistas coinciden en que no hay síntomas de que la política haya influido en el pensamiento de los miembros del ente.

"El comunicado de la reunión probablemente dará señales firmes de un aumento de la tasa de interés en diciembre", dijo Stockton

Las divisiones en el FOMC muestran que el organismo enfrentó decisiones complicadas. Las divergencias entre los miembros expuestas durante el verano estadounidense dejaron ver que una minoría quería subir las tasas más temprano que tarde a fin de estimular la inflación.

Empero, la mayoría de Fed evitó endurecer la política monetaria para no poner en riesgo la tibia recuperación de la primera economía mundial.

La creación de empleos ha sido relativamente sólida. Empero, el crecimiento de los salarios ha sido muy lento y, en consecuencia, el mercado no ha generado señales inequívocas de inflación.

En su reunión de setiembre, el FOMC dijo que la decisión de mantener intactas las tasas no fue fácil. Tres de los 10 miembros con derecho a voto disintieron.

Desde esa reunión los datos económicos de Estados Unidos siguieron teniendo claroscuros. El PIB creció robustamente 2,9% en el tercer trimestre, según un informe oficial sujeto a revisión. La cantidad de empleos creados en setiembre fue de un respetable 156.000 y la desocupación sigue en el entorno del 5%.

En cambio, la inflación, medida por los gastos de consumo, bajó entre julio y setiembre a 1,4% contra 2% el período anterior, cuando llegó por primera vez en dos años a la meta de la Fed.

Antes de su reunión de los días 13 y 14 de diciembre, la Fed tendrá dos nuevos resultados sobre el mercado del empleo y el resultado de una elección presidencial histórica

Brian Jacobsen de Wells Fargo Funds dijo que en la historia reciente hay pocos indicios de que la Fed haya sido influida por la agenda política.

Jacobson indicó que casi un tercio de todas las alzas de tasas se han hecho en año de elecciones. En 1988, la Fed deliberó una semana antes de las presidenciales y las aumentó. El vicepresidente republicano George H. Bush igualmente obtuvo una victoria abrumadora sobre el demócrata Michael Dukakis en las presidenciales.

"La mayoría de las evidencias sugiere que desde 1978 cada vez que la Fed subió (las tasas) o las bajó, lo hizo en respuesta al clima económico y no en respuesta al calendario electoral", dijo a la AFP.

Eso no significa que la Fed no haya sido sacudida por vientos políticos. El presidente Richard Nixon acosó al jefe de la Fed, Arthur Burns, para que aflojara la política monetaria antes de las elecciones de 1972.

"Pégales un poco en el trasero" le dijo Nixon a Burns al demandarle que obligara a los miembros del FOMC a bajar las tasas, según una conversación telefónica grabada.

El presidente Bush padre acusó al presidente de la Fed, Alan Greenspan, de su derrota ante Bill Clinton en 1992. A su juicio, la Fed no bajó lo suficientemente rápido los tipos de interés.

Sarah Binder, de Brookings Institution, dijo que la independencia de la Fed está mitigada por su necesidad de evitar tormentas políticas.

"La vida (de los miembros de la Fed) no es más fácil si se convierten en blanco de congresistas enojados", dijo Binder a la AFP.

"En realidad lo que la Fed necesita es apoyo político para tomar decisiones duras. Es muy duro moverse agresivamente sin sincronizar con los políticos y la opinión pública", añadió

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