Frenesí final en el cuartel general de Obama en Chicago

  • El equipo para la reelección del presidente Barack Obama trabaja este fin de semana contrarreloj en el cuartel general de la campaña en Chicago, donde la prioridad ahora es asegurar la máxima participación en las urnas.

Teresa Bouza

Chicago (EEUU), 4 nov.- El equipo para la reelección del presidente Barack Obama trabaja este fin de semana contrarreloj en el cuartel general de la campaña en Chicago, donde la prioridad ahora es asegurar la máxima participación en las urnas.

"En muchos estados el voto por adelantado acabó el viernes y el sábado, o sea que hemos estado trabajando sin parar para movilizar a los votantes", explicó a Efe Stephanie Cutter, número dos de la campaña de Obama, en una entrevista en su oficina en la sexta planta del rascacielos Prudential en el número 130 de la céntrica calle East Randolph.

Allí estarán recluidos, hasta la cita con las urnas del próximo martes 6 de noviembre, cientos de miembros del equipo de reelección, que seguirán "minuto a minuto" la evolución de la jornada electoral.

Los organizadores del trabajo en los estados se han desplazado a distintas partes del país para supervisar los preparativos para el martes.

En Chicago se ha quedado la plana mayor de la campaña, la operación política y los responsables de coordinar las entrevistas de Obama con medios de todo el país.

El trasiego en este centro neurálgico de los demócratas es incesante, con un constante ir y venir de un equipo mayoritariamente joven, entusiasta y comprometido con la causa del Presidente.

"La mayoría de la gente aquí, sobre todo en la plana directiva, es la misma que en la campaña de 2008", explica Cutter. "Hemos estado trabajando con él desde 2007. Hemos trabajado con él en la Casa Blanca y luego volvimos a la campaña, o sea que somos un grupo comprometido", añade.

Algunas cosas, sin embargo, han cambiado mucho frente a la histórica campaña de 2008 que llevó a Obama a la Casa Blanca.

Una de las grandes diferencias, y el secreto mejor guardado en el número 130 de East Randolph, es la creación de un nuevo grupo de casi 100 ingenieros, programadores, analistas e incluso algún astrofísico que han transformado la forma en la que se recaba y procesa información sobre los votantes.

Esos "gurús tecnológicos" están también en la planta sexta del rascacielos Prudential, pero en una sección a la que la prensa no tiene acceso.

El grupo, según la revista Mother Jones, ha puesto en marcha una nueva maquinaria política en Chicago, una que, durante esta larga y reñida pelea por la Casa Blanca, se ha dedicado a procesar cantidades de información sin precedentes y a utilizar esos datos para generar dinero, voluntarios y, en última instancia, votos.

Al frente de ese selecto equipo está Harper Reed, el director tecnológico de la campaña, un joven de 34 años que ha creado las bases de datos que han alimentado la estrategia de la reelección.

Cutter se niega a dar detalles de lo que se cuece en esa otra ala del edificio: "No puedo hablar de eso", se limita a decir.

Reconoce, eso sí, que esta campaña "es muy superior" tecnológicamente a la de 2008.

Para Cutter, de todos modos, ese análisis masivo de datos y las decisiones que se derivan del mismo no es la pieza esencial de la estrategia de reelección.

"Analizamos mucha información pública para determinar dónde están nuestros votantes pero lo más importante que hemos construido es un equipo de líderes nacionales, gente que vive en barrios de todo el país y que han estado persuadiendo a los votantes".

"Ese es nuestro principal recurso y es un principio organizativo del que carece la campaña (del candidato republicano a la Casa Blanca Mitt) Romney", asegura la estratega, quien añade que los demócratas tienen "un pequeño microcosmos en cada barrio", que refleja una metodología de organización "muy personal" y distinta a las tradicionales oficinas de campaña de sus rivales republicanos.

Pese al agotamiento final: "¿Se me nota no?", responde Cutter a la pregunta de si está cansada, el equipo de reelección mantiene el entusiasmo y la confianza en la victoria.

Las del martes serán, según los pronósticos de Cutter, unas elecciones "históricas", con "participación récord" y en las que el voto latino será "increíblemente importante" para los demócratas.

Mostrar comentarios