Fútbol y política, un lazo que se renueva en Uruguay con elecciones y Mundial

  • La reciente disputa por los colores políticos del mítico exfutbolista Alcides Ghiggia ha revivido la histórica entre el fútbol y la política en Uruguay, que este año vive un capítulo especial por las elecciones generales de octubre y el Mundial de Brasil.

Jorge Figueroa

Montevideo, 25 abr.- La reciente disputa por los colores políticos del mítico exfutbolista Alcides Ghiggia ha revivido la histórica entre el fútbol y la política en Uruguay, que este año vive un capítulo especial por las elecciones generales de octubre y el Mundial de Brasil.

Esa relación, basada en intereses y emociones, data de muchos años pero se hace íntima cuando se acercan acontecimientos importantes como en este 2014.

Así quedó demostrado, una vez más, esta semana cuando el nombre de la mayor gloria deportiva del país, Ghiggia, fue motivo de polémica entre los dos principales partidos políticos, la gobernante coalición de izquierda Frente Amplio y el Partido Nacional o "Blanco", principal de la oposición.

Ghiggia, de 87 años, fue el autor del gol que dio a Uruguay, contra todo pronóstico, la victoria por 2-1 frente a Brasil en la final de la Copa del Mundo de 1950, en el partido conocido como el "Maracanazo".

Su nombre fue mencionado durante un acto público en una lista de personalidades que supuestamente apoyan a la corriente política Espacio Celeste, que tiene como principal figura al presidente de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, Enrique Saravia.

El Espacio Celeste respalda a su vez al Espacio 609, el sector del presidente uruguayo José Mujica de cara a las elecciones internas de los partidos, el 1 de junio, y las presidenciales del 26 de octubre.

Ghiggia desmintió de inmediato ese lazo, se definió como "antipolítico" y sorprendió al asegurar que firmó una papeleta en respaldo a un dirigente del Partido Nacional de la localidad donde vive, Las Piedras, de cara a las elecciones internas porque es "vecino y amigo".

En el mismo acto de presentación del Espacio Celeste se mencionó también el apoyo de otro ídolo de los campos como Enzo Francéscoli, que igualmente negó su adhesión al sector.

La "fuerte asociación" entre partidos políticos y equipos de fútbol "se remonta al siglo pasado", destacó hoy a Efe el analista político Juan Carlos Doyenart, catedrático de la Facultad de Ciencias Sociales y Administración de la Universidad ORT y excatedrático de la Universidad de la República.

Así fue "notoria" la relación del expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), el exdiputado Washington Cataldi y el expresidente del principal banco estatal José Pedro Damiani, todos dirigentes del Partido Colorado, tradicionalmente gobernante en el país, con Peñarol, actual campeón de la Liga uruguaya.

Sanguinetti es presidente de honor de Peñarol, los fallecidos Cataldi y Damiani fueron presidentes de la institución y el hijo del segundo, Juan Pedro, conduce actualmente el club.

El también expresidente uruguayo Tabaré Vázquez (2005-2010) igualmente del FA fue presidente del club Progreso, un equipo menor que de su mano llegó a ganar la Liga uruguaya en 1989.

Según las encuestas, Vázquez cuenta con la primera opción para repetir triunfo en las próximas elecciones presidenciales.

En 2009 el exfutbolista Hugo de León fue candidato a vicepresidente del PC en las próximas elecciones generales de aquel año.

En 2012 otro exjugador, Darío Silva, que jugó en varios equipos locales y de España, Italia e Inglaterra, anunció que será candidato a la intendencia del departamento de Rocha en los comicios regionales de mayo de 2015.

Un año antes, la Cámara de Diputados reconocía con un homenaje a su selección de fútbol por su triunfo en la Copa América celebrada poco antes en Argentina, por el ejemplo de humildad que ofrecieron a la ciudadanía y por haber derrotado la cultura del "no se puede".

Pese al innegable interés de los políticos en aprovechar el tirón del balompié, en esta relación casi carnal el fútbol parecer llevar siempre la delantera.

Así lo demuestra la decisión del Parlamento de adelantar para el 1 de junio la fecha de las elecciones internas de este año, en principio previstas para el día 29, y evitar así que coincidan con el Mundial de Brasil 2014.

En las elecciones internas los partidos elegirán su candidato a la presidencia en octubre.

El cambio de fecha "fue una decisión inteligente" porque durante el mes que dure la Copa del Mundo "los uruguayos estarán muy pendientes del fútbol" y la política "quedará de lado", destacó Doyenart.

Para el analista la actuación que tenga la selección uruguaya en Brasil "puede incidir, pero poco" en el resultado de las elecciones.

En el país hay "una ilusión grande de la gente" en que a la selección de fútbol le "irá bien" en el Mundial y si eso pasa, con una población contenta "se beneficia el oficialismo", estimó.

Por el contrario, si los celestes quedan eliminados en la primera fase, "algo que puede ocurrir" al enfrentar a selecciones del poderío de Inglaterra e Italia, "la desilusión de la población podría llevarla a votar por la oposición", agregó Doyenart.

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