Galardonados combativos envían mensaje optimista ante retos y adversidad

  • Los galardonados hoy con los Premios Príncipe de Asturias se mostraron combativos ante la pasividad y enviaron un mensaje de aliento para superar la crisis y las adversidades.

Oviedo (España), 25 oct.- Los galardonados hoy con los Premios Príncipe de Asturias se mostraron combativos ante la pasividad y enviaron un mensaje de aliento para superar la crisis y las adversidades.

En la ceremonia de entrega de los XXXIII Premios Príncipe de Asturias Premios Príncipe de Asturias, celebrada en el Teatro Campoamor de la ciudad de Oviedo (norte), Felipe de Borbón, elogió el "sentido del deber" de los galardonados.

El heredero de la Corona española acudió a la ceremonia acompañado de su esposa, la Princesa Letizia, y de su madre, la reina Sofía.

El cineasta austríaco Michael Haneke, la socióloga holandesa Saskia Sassen, la fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, los físicos británico Peter Higgs y belga François Englert y la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), la Sociedad alemana Max Planck, recibieron del manos del Príncipe de Asturias sus respectivos galardones.

Además del escritor Antonio Muñoz Molina, el golfista José María Olazábal, ambos españoles, y la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), también fueron galardonados

El Príncipe de Asturias aprovechó su discurso para enviar un mensaje de ánimo y optimismo a la sociedad española ante la crisis económica y, al mismo tiempo, emplazó a los españoles hacer una "reflexión rigurosa" para "nunca más volver a caer en errores y excesos inadmisibles" y labrar un futuro con "principios éticos firmes".

La socióloga Sassen, impulsora del concepto de ciudad global, alertó en su discurso contra las amenazas que a nivel mundial sufre el mundo del conocimiento en países tan diversos como Afganistán o Estados Unidos, que, según dijo, no son sólo a "ataques amplios y visibles", sino "también a través de despliegues liliputienses, miles de pequeños cortes".

Haneke, director de cine, guionista y dramaturgo, subrayó por su parte que la capacidad de diálogo es y tiene que ser una característica indispensable de la producción artística y que el respeto a la autonomía del espectador tiene que prevalecer frente a los intentos de manipulación.

"Demasiadas veces el cine ha traicionado esa regla básica interhumana, que precisamente es también una regla básica de la producción artística. La manipulación sirve para muchos fines, no sólo políticos. También atontando a la gente uno se puede hacer rico", declaró.

Leibovitz avaló el futuro de la fotografía en un mundo cambiante y lleno de novedades tecnológicas porque es "comunicación y permite el intercambio de experiencias".

La fotógrafa se subió al escenario del Teatro Campoamor de Oviedo diez años después de que lo hiciera su pareja, fallecida en 2004, Susan Sontag, galardonada entonces con el Premio de las Letras.

Por su parte, el escritor español Antonio Muñoz Molina lamentó el "desaliento" que genera en el oficio de escribir vivir tiempos de incertidumbre "tan amargos" como los actuales, en un país "asolado por una crisis cuyos responsables quedan impunes mientras sus víctimas no reciben justicia".

El autor de "Beltenebros" hizo una reflexión sobre la actividad de escribir, "un oficio más antiguo y más útil de lo que parece", y que requiere dedicarle "tantas horas y tantos años como un artesano al suyo y que, sin esa dedicación, no logrará completar nada de valor".

Antes de la ceremonia, los Príncipes de Asturias se hicieron la tradicional "foto de familia" con los galardonados, un acto en el que una niña invidente de ocho años se convirtió en protagonista.

Liv Parlee Cantin forma parte de los 7.600 niños que la ONCE presta ayuda y acudió a la ceremonia acompañada de sus padres.

Con todos en su sitio, los fotógrafos han captado la escena, pero Leibovitz, haciendo gala del oficio que le ha merecido reconocimiento mundial, se ha percatado de que la pequeña Liv se había colocado en la parte posterior y no aparecía en la foto.

Así lo hizo saber y el Príncipe se ocupó de la situación llamando a la niña para que se colocara en primera fila, junto a él y doña Letizia, y la "foto de familia" se ha repetido, ya con Liv, muy satisfecha, con su bastón en la mano.

"Todos a la vez", dijo entonces la niña, refiriéndose al chisporroteo continuo que producían los obturadores de las cámaras cuando los fotógrafos las disparaban para lograr la foto definitiva de los XXXIII Premios Príncipe de Asturias.

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