La maldición de la CAM: Gallardón será investigado 17 años después por el 'Lezo'

  • Solo un día después de la renuncia de Cristina Cifuentes ha salido a la luz la investigación de otro presidente de la Comunidad de Madrid: Gallardón.
El hijo de Gallardón sufrió un atraco en Brasil
El hijo de Gallardón sufrió un atraco en Brasil

Solo un día ha sido suficiente tras la renuncia de Cifuentes para que el Partido Popular vuelva a salir a la portada de los medios con otra noticia sobre escándalos. Ruiz-Gallardón, el que fuera presidente de la Comunidad de Madrid, tendrá que comparecer como investigado por el 'caso Lezo'. Pero no estará solo, le acompañarán Carlos Mayor Oreja, el que fuera presidente del Canal de Isabel II, y Manuel Cobo, exconsejero de Presidencia. Tres de los pocos dirigentes políticos que quedaban sin visitar el juzgado por el 'caso Lezo'. 

Los problemas en el Canal de Isabel II comenzaron hace ya unos cuantos años, 17 para ser más exactos. Corría el año 2001. Inassa, una empresa colombiana de gestión de aguas, buscaba un nuevo socio tras la salida precipitada de Aguas de Barcelona (Agbar), que vendió el 51% de la empresa por apenas 8 millones de euros. El Canal de Isabel II, en aquel momento en manos de Mayor Oreja y con el apoyo de la Comunidad de Madrid de Ruiz-Gallardón, se lanzó a la aventura americana y se hizo con parte de Inassa por 73 millones de dólares, diez veces más de lo que pagaron un solo año antes los colombianos por la misma parte de Agbar. 

Pero los problemas no hicieron más que empezar. Ese mismo año el Canal de Isabel II pasó a depender directamente de la Consejería de Medio Ambiente que dirigía Pedro Calvo. De hecho, Calvo y también Juan Bravo, consejero de Hacienda cuya firma fue necesaria para la operación, ya fueron investigados por esta compra en el diciembre de 2017. Pero en aquel momento Gallardón se libró del banquillo. El juez consideró que el jefe directo de Calvo y Bravo no tenía que saber lo que estaba ocurriendo y no pidió su comparecencia en ese momento. 

¿Qué ha cambiado para que ahora se le impute? El juez, apoyado por la Fiscalía Anticorrupción ha decidido tomar declaración a una veintena de investigados después de que ya en 2016, la Fiscalía pidiese al magistrado la declaración del expresidente por el presunto desfalco de varios millones de euros con la compra de Inassa. 

La imputación de Ruiz-Gallardón, Mayor Oreja y Cobo, solo hace que engrosar la larga lista de investigados del partido en este caso y otros de naturaleza similar. Y es que parece que el sillón de presidente parece tener una maldición. Gallardón, Esperanza Aguirre, Ignacio González y Cristina Cifuentes, los últimos moradores del despacho de la Puerta del Sol, han tenido que dimitir o se han visto investigados. 

Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad justo después del ahora investigado Gallardón y del partido en Madrid, se retiró por un problema de salud de la presidencia de la Comunidad, que dejó en manos de Ignacio González. Lo que no sabía Aguirre es que esa cesión del sillón la llevaría a ella a tener que dimitir, de otro de sus cargos, años después. González se hizo con el mando del Canal de Isabel II y lo utilizó, según el auto del juez Velasco que le envió a prisión, para enriquecerse de forma personal y para financiar su partido. González apenas pasó seis meses en prisión por su implicación en el caso Lezo y salió tras el pago de una fianza de 400.000 euros.

Brasil fue la tumba de González. El Canal de Isabel II compró Emissao, en el país sudamericano, durante la presidencia de González, en 2013, "con el pago de comisiones prohibidas" por un valor de 30 millones de dólares que causaron una "lesión en el patrimonio público madrileño de 25 millones de dólares".  

Con la entrada en prisión de González, Aguirre se vería abocada a dimitir de los cargos que le quedaban: los del Ayuntamiento de la capital. "Me siento engañada y traicionada por Ignacio González. No vigilé lo que debía", afirmaba la hasta entonces concejal del Ayuntamiento de Madrid. 

Tras Ignacio González llegó Cristina Cifuentes y la historia ya es de sobra conocida por todos. Un máster, unas cremas... y, otra vez, una dimisión. Parece que el sillón de la Puerta del Sol tiene algo que hace que todos los que se sientan terminen dimitiendo. 

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