Garzón (iu) pide superar “la política de la testosterona” y construir la unidad popular por encima de nombres


El candidato de Izquierda Unida a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, pidió este miércoles superar “la política de la testosterona”, centrar el debate en los contenidos y construir la unidad popular por encima de siglas y de nombres y apellidos.
Garzón expuso su visión del actual escenario político durante su participación en la mesa ‘Elecciones 2015: la España del cambio’, en la jornada ‘El año en el que España decide’, organizada por la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).
Abogó por analizar la situación política sin disociarla de la economía, porque la explicación a fenómenos como el 15-M o la irrupción de nuevas formaciones políticas está en la convivencia simultánea de dos sociedades antagónicas. Por un lado, la que tiene empleos estables y un escenario de certezas, y por otro la que vive en una precariedad permanente. De ambas se desprenden concepciones políticas distintas y eso explica una ruptura generacional que es transversal al tradicional eje izquierda-derecha.
Subrayó, además, que el sistema capitalista ha disociado el Gobierno y el poder, hasta el punto de que los poderes fácticos son capaces de “extorsionar” a los elegidos por los ciudadanos, como se está viendo en Grecia.
Alertó por ello de que no habrá democracia política sin democratización económica, y de que cambio siempre habrá, pero la clave es si se cambia solo “la fachada” o también el contenido, si es un mero “recambio” de caras y nombres o se sustituye el modelo de sociedad.
Lo que está en juego en las próximas elecciones, insistió, es la existencia o no de una correlación de fuerzas capaz de decidir e impulsar ese cambio, y la única forma de asegurarlo es mediante candidaturas de unidad popular a semejanza de las que han ganado las elecciones municipales en Madrid, Barcelona, Zaragoza o varias ciudades gallegas.
Garzón reiteró que esa unidad popular debe estar “por encima de las siglas, de nombres y apellidos de cualquier dirigente político”, porque es una cuestión de principios. Si no se hace, alertó, el bipartidismo saldrá fortalecido y se consolidará una crisis sistémica y permanente para la mayoría social.
Pese a las reticencias de Podemos, recordó que esa formación tampoco quería entrar en la confluencia de Madrid y finalmente el diálogo y la presión social permitieron sumar fuerzas con Ahora Madrid.
En ese sentido, y preguntado por el valor simbólico de que su reunión con Pablo Iglesias fuera en la sede de Podemos, aseguró que no le importa dónde reunirse porque quiere “abandonar la política de la testosterona” y centrar el debate en los contenidos, en los afectos y en lo que piden los ciudadanos.
Reconoce, eso sí, que el mecanismo de primarias de Podemos apunta en la dirección de rechazar una confluencia con otras fuerzas como reclama Izquierda Unida. En todo caso, recordó, él es candidato elegido por la militancia y “no se puede disociar” su figura de la coalición.
Aseguró que le da igual cuándo sean las elecciones generales más allá del hecho de que si se adelantan a septiembre habrá que “correr más” para construir esa unidad popular, y dejó claro que no le importa tampoco cuándo presente el Gobierno los Presupuestos para el próximo año porque lo que le preocupa es el contenido de unas cuentas aprobadas por el PP.

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