Pretende agotar la legislatura

Garzón encuentra su piedra lunar en las 'macrogranjas' tras dos años de tumbos

El ministro de Consumo da por amortizada la polémica en torno a la ganadería intensiva, se ve vencedor de la batalla y se posiciona como referente de la izquierda en la lucha ecologista frente a Pedro Sánchez.

Alberto Garzón, ministro de Consumo
Garzón encuentra su piedra lunar en las 'macrogranjas' tras dos años de tumbos
Europa Press

"En el último año del siglo XVIII, el coronel John Herncastle se trajo como botín desde la India un muy sagrado diamante amarillo de valor incalculable. Vishnu el Preservador depositó su maldición sobre el ladrón, ordenando a tres sacerdotes que buscaran sin descanso su piedra lunar. Pero el malvado coronel se la trajo de contrabando a Inglaterra y la guardó celosamente. En su testamento, legó el diamante a su bella y joven sobrina, Miss Rachel Verinder. El galante primo de Rachel, Mister Franklin Blake, fue el encargado de entregarle la gema. Pero, ¿se trataba de un regalo o de una maldición?" Así arranca The Moonstone, la última adaptación a la pantalla de La piedra lunar, del escritor londinense William Wilkie Collins.

Alberto Garzón ha encontrado en las macrogranjas su particular piedra lunar. El ministro de consumo está aún por descifrar si la polémica generada en torno a sus declaraciones en The Guardian es un regalo o supondrá una maldición a largo plazo. De momento, se inclina por la primera opción. Fuentes de su entorno aseguran a La Información que el líder de Izquierda Unida está más que satisfecho con cómo se ha desarrollado una guerra dialéctica que considera ganada. "Se ve vencedor y está más que ancho", comentan. Así lo perciben también las asociaciones de consumidores, que tras haber visto frustradas sus aspiraciones iniciales con un ministro que esperaban que librase importantes batallas contra los abusos de grandes corporaciones -algo que consideran que no ha sucedido en los últimos dos años- ven ahora resurgir a Garzón como referente de la izquierda y garante de la lucha ecologista, en detrimento del líder socialista, Pedro Sánchez.

"La ganadería extensiva, social y familiar tiene un impacto ecológico no solo neutro, sino incluso positivo (...) pero la ganadería intensiva es, sencillamente, insostenible. Estamos hablando de macrogranjas, de fondos de inversión, que meten 4.000 cabezas de ganado en un espacio de jaulas, una especie de Guantánamo para el ganado, que tiene un despilfarro de agua, que contamina el suelo, que no genera a penas puestos de trabajo en la economía local y que mucho de ello es para la exportación, por lo tanto tiene también un impacto ecológico en las emisiones de transporte. Todo ello es insostenible. Lo que hay que hacer es promover la ganadería extensiva, social, familiar, que es todo lo contrario: crea empleo, es sostenible ecológicamente y proporciona una carne de mejor calidad". Son las palabras de Garzón, pero no en The Guardian, sino en una entrevista emitida en la Cadena Ser en septiembre de 2021.

El argumento es el mismo que lleva defendiendo Garzón desde su llegada al Ministerio -y que abandera el propio Gobierno tanto en el acuerdo de coalición como en las distintas hojas de ruta que orientan la legislatura-, pero la polémica no se desató hasta que lo repitió en The Guardian. "La entrevista tuvo lugar el 14 de diciembre y fue publicada en versión narrada el 26 de diciembre. El bulo comenzó el 3 de enero impulsado por el lobby de ciertas grandes empresas que promueven macrogranjas contaminantes", aseguró el ministro en su Twitter el pasado 4 de enero. Lo cierto es que la entrevista en el diario británico había pasado desapercibida hasta que fue propagada por la cúpula del PP, que ha elevado la polémica a asunto central de la campaña electoral en Castilla y León, hasta el punto de construir el mensaje "más ganadería, menos comunismo".

"Garzón no ha descubierto nada a nivel científico ni ha innovado en el ámbito político, solo se ha hecho eco de un discurso que, a día de hoy, es una obviedad asumida tanto por la izquierda como por la derecha europea", analizan fuentes cercanas al ministro que admiten que la polémica de las macrogranjas le ha "resucitado". Esto le convierte, a su juicio, en un referente para la izquierda, en adalid de la transición ecológica y de la lucha contra el cambio climático, mientras el PSOE erróneamente da a entender que ya no apuesta por incentivar la ganadería extensiva frente a la intensiva, como ha hecho históricamente, y entrega a Unidas Podemos la "bandera verde" en plena campaña electoral. En Moncloa restan importancia a lo que en el entorno de Garzón califican de "error" del presidente del Gobierno, al tratar incluso de "ridiculizar" públicamente al ministro de Consumo en un asunto en el que ambos deberían, en principio, estar de acuerdo.

Desde asociaciones de consumidores como Facua admiten que, hace dos años, tenían muchas expectativas en el ministro Garzón. "Pensábamos que se lanzaría contra los grandes fraudes empresariales de sectores como la banca, las aseguradoras, las aerolíneas o las eléctricas, pero no ha sido así", lamentan. Lo cierto es que el Ministerio de Consumo carece de las competencias necesarias para atajar ese tipo de abusos y prueba de ello es que Volkswagen "se fue de rositas" -en boca de fuentes del equipo de Garzón- del escándalo del dieselgate porque el Gobierno no tiene capacidad para actuar ante estos casos. "La legislación solo permite sancionar a las comunidades autónomas y éstas miraron para otro lado", afirman. Para acabar con esta laguna, el Ejecutivo está ultimando el anteproyecto de reforma de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, que habilitará al Ministerio de Consumo a multar a las empresas que cometan fraude o abusos contra los consumidores.

En su práctica habitual, Garzón no ha sido nunca un político agresivo. En contra de lo que se pudiera esperar del ministro comunista cuando asumió la cartera de Consumo, jamás se ha lanzado de manera decidida contra grandes fraudes empresariales de sectores poderosos como las eléctricas, la banca o las aseguradoras. Se fijó el objetivo de acabar con la publicidad de las casas de apuestas y de bollería industrial en horario protegido y en una campaña llegó a comparar el azúcar con el tabaco. Uno de sus últimos movimientos fue la convocatoria de una "huelga de juguetes" contra los estereotipos entre niños y niñas. Pero en líneas generales, más allá de las polémicas suscitadas a nivel mediático, el ministro ha mantenido siempre un perfil más bien bajo, lo que suscita críticas entre las asociaciones de consumidores.

Blindado en el Gobierno

"La política debería ser el arte de transformar la realidad a partir de modelos de sociedad que pensamos que mejoran la vida de la gente, pero, en la práctica, se parece más a eso que llaman la 'Realpolitik', que tiene que ver con los límites y los parámetros de una determinada cultura, de la negociación y de la correlación de fuerzas", ha admitido el propio Garzón, según consta en su hemeroteca. En este sentido, en la citada entrevista en la Cadena Ser, el pasado mes de septiembre, el ministro reconoció, precisamente al respecto de la ganadería intensiva y de las macrogranjas, que en nuestro país hay "grandes empresas con mucho poder, con mucha influencia y con mucho dinero para financiar grandes proyectos económicos que, en última instancia, hay que oponerse a ellos, porque nuestro principio es anteponer la salud pública". 

El ministro considera que sale victorioso de esta polémica y cuenta con agotar la legislatura. "Quienes le sitúan en la cuerda floja se equivocan", analizan fuentes de su entorno que recuerdan que Garzón está blindado en el Gobierno por el acuerdo de coalición que impide a Pedro Sánchez tocar a los ministros de Unidas Podemos. Las fuentes consultadas afirman que no solo está más blindado que nunca, sino que ha ganado peso específico dentro de Unidas Podemos y le ha dado un fuerte espaldarazo al partido de cara a las autonómicas de Castilla y León. De momento, la piedra lunar de las macrogranjas le ha caído más como un regalo que como una maldición al ministro Garzón. Todo apunta a que la polémica ganadera se diluirá tras el 13-F y el líder de IU agotará la legislatura, eso sí, hasta que Sánchez decida romper la coalición, momento en el que se da por hecho que Garzón ocupará el hueco que tiene reservado en el futuro proyecto político de Yolanda Díaz.

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