Génova rescata la cuestión identitaria para tratar de vencer a la abstención el 25-M

    • Los dirigentes del PP, con Rajoy a la cabeza, intensifican la firmeza de sus mensajes contra el desafío independentista de la Generalitat.
    • La estrategia persigue el objetivo de movilizar a los más de dos millones y medio de electores populares que hoy se quedarían sin acudir a las urnas, según las encuestas.

La estrategia antes que la elección del candidato. El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, está emprendiendo una novedosa táctica ante las elecciones europeas. Con todo el mundo expectante ante la designación del candidato popular, ha conseguido atraer la atención tanto o más que el PSOE, cuya candidata, Elena Valenciano, lleva mes y medio de precampaña. Rajoy ha preferido dar la impresión de que está centrado en gobernar y no en sacar réditos electorales cortoplacistas, así como guardarse la baza del cabeza de cartel para la recta final. Cuando llegue el momento, Valenciano podría estar ya quemada.

Mientras tanto, el PP está recurriendo a la cuestión identitaria para marcar la agenda política. Al igual que ya hicieran en la campaña de las gallegas de 2012 -que el PSOE quiso plantear como un primer plebiscito sobre Rajoy-, los populares están intensificando la contundencia de sus mensajes sobre este asunto. "Mientras gobierne el PP la unidad de España está garantizada", proclamó hace cuatro días María Dolores de Cospedal, secretaria general del partido. "El Gobierno del PP garantiza a todos los catalanes y al resto de españoles el cumplimiento de la ley y del ordenamiento jurídico", subrayó una jornada después Carlos Floriano, vicesecretario de Organización y Electoral. El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, fue aún más allá y habló de un "paralelismo absoluto" entre Cataluña y Crimea por el referéndum. Todas las consignas tienen el mismo cariz y, sobre todo, el mismo tono firme y enérgico.

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El camino lo inició el propio Rajoy en la intervención con que abrió el debate sobre el estado de la Nación el 25 de febrero. Por primera vez, el presidente del Gobierno abordó la cuestión catalana a fondo -"ese referéndum no se puede celebrar, no es legal"- y por iniciativa propia, con un discurso muy elaborado, lleno de metáforas y con un mensaje contundente como colofón: "Consideramos la unidad como un valor superior. No porque esté en la Constitución. La incluimos en la Constitución porque la consideramos un valor superior que refrenda una tradición, una memoria y un patrimonio comunes".Medio centenar de actos programados

La mejora de la economía y la identificación del PP como el partido que mejor defiende el 'statu quo' territorial serán, en definitiva, los ejes sobre los que girará la campaña de Génova. El objetivo de fijar ese segundo mensaje parece perseguir igualmente el adelanto del debate sobre la consulta soberanista en el Congreso, que finalmente será el 8 de abril. Rajoy en persona defenderá la postura del Gobierno y de su partido en la escenificación del rechazo de las Cortes al referéndum, apenas seis semanas antes de que se abran los colegios electorales.

Los populares saben que el enemigo es la abstención y el gran reto movilizar a los más de dos millones y medio de votantes que, según las encuestas, optarían por quedarse en casa en vez de apoyar al que sienten como su partido más cercano, el PP. El presidente del Gobierno alentó a los suyos en el Comité Nacional donde lanzó la precampaña, pidiéndoles un esfuerzo por estar en la calle y convencer de la importancia de ir a votar el 25 de mayo. Rajoy ha decidido llevar personalmente el peso de la campaña, protagonizando actos en enclaves como Madrid o Valencia, tradicionales feudos del PP que podrían darle un disgusto a Génova en las europeas. El 5 de abril estará en la capital del Turia clausurando la Intermunicipal del partido, mientras que del 9 al 11 de ese mes participará en la Unión Internacional Demócrata, en Madrid. Hasta el día 13, los populares organizarán medio centenar de eventos, 19 de ellos convenciones regionales para presentar un programa electoral "territorializado", en el que hay propuestas por comunidades.

Toda la maquinaria del PP está ya en marcha para lograr el objetivo de sacar de sus casas a sus electores en unos comicios que de por sí nunca han entusiasmado pero que, si se cumplen las previsiones, podrían batir el récord de abstención en unas elecciones desde la instauración de la democracia.

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