Descontrol absoluto en el Gobierno en uno de los momentos más críticos de la historia reciente de España. El presidente, Pedro Sánchez, anunciaba este sábado su intención de paralizar todas aquellas actividades económicas “no esenciales” desde el lunes. La decisión se sustanciaba en un Consejo de Ministros celebrado este domingo y que terminaba antes de comer. Sin embargo, a las 23.30 de la noche aún no se había publicado el real decreto en el Boletín Oficial del Estado (BOE), lo que obligaba al Ejecutivo a aplicar una moratoria de un día, como anunciaba en La Sexta la ministra de Defensa, Margarita Robles.
La cuestión se venía fraguando durante toda la tarde, pero fue apenas una hora antes de medianoche cuando el Gobierno admitía que se estaba retrasando la publicación del real decreto ley por el que se establecían las actividades no esenciales y se daba luz verde al parón económico. ¿La explicación de la demora? Darle la máxima precisión jurídica al documento, un argumento criticado con dureza por PP y Cs.
En un entrevista en La Sexta, allá sobre las 22 horas, Robles reconocía "un poco de retraso" en la publicación de esta norma en el BOE. "Saldrá en breve", dijo, indicando que "se está intentando precisar al máximo". "Hay que ser humilde, a mí me hubiera gustado, nos hubiera gustado a todos, que se hubiera publicado antes pero las ideas generales todo el mundo la sabe", puntualizó.
La realidad que se esconde tras las palabras de Robles son las numerosas consultas que en Moncloa se han recibido tras analizar un primer borrador de decreto por parte de muchas empresas y sectores a los que la obligación de parar de repente sus negocios no les era posible por el simple devenir del negocio, según han advertido fuentes empresariales. Por ejemplo, el desconcierto se apoderó ayer de todas las empresas implicadas en el sector de la logística al ver que el decreto acepta como esencial la distribución de las compras a través de internet, algo complicado de cumplir si se paran las producciones de las fábricas de textil o de artículos no considerados esenciales.
Al final, los redactores (de urgencia) del decreto han añadido en la versión final que, en aquellos casos en los que resulte imposible interrumpir de modo inmediato la actividad, "podrán prestar servicios el lunes 30 de marzo de 2020 con el único propósito de llevar a cabo las tareas imprescindibles para poder hacer efectivo el permiso retribuido recuperable sin perjudicar de manera irremediable o desproporcionada la reanudación". En muchos negocios, eso se ha tomado como un día más para poder aclarar la situación
Como detalle de la precipitación del decreto, en la redacción definitiva no se incluyen como esenciales las actividades sindicales y patronales para dar servicio a las empresas y trabajadores, algo que sí se contemplaba en el borrador preliminar que se filtró este domingo.
El retraso en la publicación de este decreto desató de inmediato las críticas tanto por parte del PP como de Ciudadanos, que expresaban su disgusto a través de las redes sociales. El líder del PP, Pablo Casado, en un mensaje de Twitter, calificó de "inadmisible" que "millones de trabajadores no sepan si mañana tienen que trabajar y en qué condiciones" y advirtió que "los españoles no merecen más mentiras, incompetencia y luchas internas".
En esta línea, el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, recriminó al Ejecutivo que "ni trabajadores ni empresarios tienen información oficial sobre qué deben hacer". Y se preguntaba: "¿Esto tampoco se podía prever?", para, a renglón seguido, decir que el PP ofrece "lealtad" pero pide a cambio "rigor y seriedad con los españoles".
También la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, criticó que "muchos ciudadanos no saben si tienen que trabajar mañana" y aseveró que "con algo así no se puede improvisar ni generar incertidumbre". Los españoles merecen garantías y tranquilidad". De esta manera, reprochó, también en un tuit, que el Gobierno siga sin publicar una "norma clave para millones de familias".
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