Gobierno libanés aprueba plan para poner fin a "crisis de la basura"

  • El gobierno libanés aprobó este miércoles un plan para poner fin a la denominada "crisis de la basura", que ha provocado importantes manifestaciones durante más de un mes, anunció un ministro.

El ministro de Agricultura, Akram Shehayeb, anunció un acuerdo que aprueba la concesión de la gestión de la basura a los ayuntamientos y la apertura de dos nuevos vertederos en el país.

Esta crisis empezó a mediados de julio, cuando el cierre del principal vertedero del país, el de Naameh, tuvo como consecuencia la acumulación de desperdicios en las calles de Beirut.

Pero ahora las reivindicaciones se han ampliado y se exige también la convocatoria de elecciones legislativas. Desde 2009, no se han celebrado elecciones en el país y el parlamento ha prorrogado dos veces su propio mandato.

"El ejecutivo aprobó esta noche una vía para salir de la crisis [de la basura]", declaró el ministro al término de una reunión que duró más de seis horas, mientras todavía tenían lugar manifestaciones en Beirut.

Shehayeb añadió que el vertedero de Naameh se reabriría una semana para trasladar las basuras acumuladas en Beirut y en sus alrededores.

Pero esta propuesta podría enfrentarse al rechazo de los residentes próximos al basurero, quienes mostraron su oposición a una reapertura del lugar.

Durante la mañana, la capital de Líbano registró manifestaciones de libaneses, que expresaban su hartazgo ante la clase política.

Un puñado de manifestantes lanzaron huevos sobre los vehículos de responsables políticos que se dirigían al Parlamento. "¡Ladrones!, ¡ladrones!, ¡fuera!", les gritaron.

En el edificio, los jefes y representantes de los principales partidos políticos entablaron un "diálogo" para abordar el bloqueo político que existe desde hace más de un año en el país.

Las manifestaciones en la capital ilustran el cansancio de población frente a la corrupción, al deterioro de los servicios públicos del país y a la parálisis de las instituciones, una situación que ha empeorado en los últimos cuatro años por el conflicto en la vecina Siria.

Miles de libaneses de todas las religiones y diversos horizontes políticos se han manifestado en Beirut, un hecho inédito en un país muy dividido políticamente.

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