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El Gobierno rebaja los ingresos de la 'tasa Google': prevé recaudar un 25% menos

Sánchez avanza con Google en Davos en un proyecto para combatir las 'fake news'
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Moncloa

Un año y un mes después, la 'tasa Google', el conocido como Impuesto de Determinados Servicios Digitales, vuelve al Consejo de Ministros con el objetivo de aquilatar la infraestructura fiscal con la que el Gobierno de coalición pretende aprobar sus Presupuestos. El texto que verá luz verde este martes es exactamente el mismo que el validado en enero de 2019 y que decayó por la convocatoria anticipada de elecciones. Pero tiene una novedad en sus números. El Gobierno de coalición asume ahora que sus previsiones de ingresos para las arcas públicas de entonces son ahora demasiado optimistas y ha decidido rebajarlas.

El Proyecto de Ley que saldrá de la reunión de Moncloa prevé recaudar entre 900 y 1.000 millones de euros al año. Así consta en la memoria económica que ha elaborado Hacienda y que se dará a conocer en las próximas horas, según explican fuentes gubernamentales. La cifra supone una rebaja de hasta un 20 o un 25% en los cálculos que hizo el departamento dirigido por María Jesús Montero hace un año, que reflejaban un incremento de la recaudación de 1.200 millones al año. Y supone también una rectificación a las previsiones de ingresos que realizó el Gobierno de Sánchez en su día. Las fuentes consultadas achacan esta revisión a la situación de la economía y a la "prudencia" con la que el Ejecutivo quiere realizar sus estimaciones ante la incertidumbre global.

La Airef ya rebajó la previsión de los ingresos

La Airef y el Banco de España ya pusieron en solfa las previsiones que hizo el Gobierno socialista (en solitario) sobre la recaudación tanto de la 'tasa Google' como de la 'tasa Tobin', que también verá la luz en el consejo de ministros de este martes. El organismo presidido entonces por José Luis Escrivá echó cuentas y concluyó que el impuesto 'tech' recaudaría entre 546 y 968 millones al año, lejos de los 1.200 previstos. Sobre la figura que gravará las transacciones financieras, el Gobierno calculó que traería ingresos extra por valor de 850 millones, mientras la Airef redujo esa previsión a entre 420 y 850 millones.

El proyecto legislativo que saldrá este martes a la mesa del Consejo de Ministros será idéntico al que llegó al Congreso de los Diputados hace algo más de un año. Es decir: el Gobierno propone un tipo impositivo del 3% sobre los servicios digitales de aquellas empresas que tengan una facturación mundial superior a 750 millones y cuyos ingresos en España superen los 3 millones de euros. Se definen tres hechos imponibles: la publicidad dirigida a usuarios de una plataforma digital (página web, software, red social); las plataformas que ponen en contacto a empresas y clientes (es el caso de Amazon) y la venta o cesión de datos.

La 'tasa Google' será, eso sí, un nuevo impuesto en diferido. El Gobierno, en boca de su vicepresidenta económica, Nadia Calviño, dejó caer ayer que la figura fiscal no entraría en vigor hasta finales de año. Efectivamente, en el escenario contemplado por el Ejecutivo de coalición se encuentra aplazar este impuesto hasta finales de año. El objetivo es ganar tiempo hasta que la OCDE, Comisión Europea y G20 lleguen a un acuerdo sobre la necesidad de poner en marcha este nuevo impuesto para adaptarse a la realidad fiscal del siglo XXI.

Sobre la 'tasa Google' siempre ha planeado la amenaza de Donald Trump de imponer aranceles a otros productos exportados como venganza a los impuestos que tendrán que pagar las grandes tecnológicas estadounidenses. Por eso un acuerdo global no haría a España ser la punta de lanza contra estas multinacionales al otro lado del Atlántico.

En los países de nuestro entorno la situación es la siguiente: Francia ha lanzado su propia 'tasa Google' pero el Gobierno de Emmanuel Macron acaba de modificar su estrategia. Si hubiera acuerdo en el marco de la OCDE, un pacto global que no acaba de llegar, se suspenderá la tasa. La Administración de Estados Unidos había amenazado de imponer aranceles comerciales a los productos franceses, una advertencia que también había llegado a Moncloa.

En la misma línea se ha posicionado Canadá. El Gobierno de Justin Trudeau ha acordado paralizar su promesa electoral de aprobar la 'tasa tech'. Así lo explicó el ministro de Patrimonio Steven Guilbeault en declaraciones a Politico. Ahora su hoja de ruta es otra. "Respeto mucho lo que está haciendo Francia, han decidido adoptar un enfoque, el nuestro será diferente", dijo Guilbeault. "Entendemos que, aunque esta es una dirección que queremos tomar, es un tema más complejo: hemos visto lo que está sucediendo en Francia y Estados Unidos en este frente". Y han rectificado.

La polémica no acaba aquí. Estados Unidos ha amenazado también a Italia y Gran Bretaña con endurecer los aranceles a sus productos si aprueban una tasa tecnológica de forma unilateral. Así lo advirtió el secretario del Tesoro de Trump, Steven Mnuchin, en una entrevista en 'The Wall Street Journal' desde la última cumbre de Davos. El Gobierno italiano activó el impuesto el pasado 1 de enero y Londres quiere hacerlo a partir de abril.

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