Graham Greene, Somerset Maugham y otros autores trabajaron para el espionaje

  • Londres.- Los escritores Graham Greene, Somerset Maugham o Arthur Ransome y el filósofo AJ Ayer trabajaron en algún momento para los Servicios de Inteligencia Secretos Británicos (SIS), según revela Keith Jeffery en la primera historia oficial del MI6.

Graham Greene, Somerset Maugham y otros autores trabajaron para el espionaje
Graham Greene, Somerset Maugham y otros autores trabajaron para el espionaje

Londres.- Los escritores Graham Greene, Somerset Maugham o Arthur Ransome y el filósofo AJ Ayer trabajaron en algún momento para los Servicios de Inteligencia Secretos Británicos (SIS), según revela Keith Jeffery en la primera historia oficial del MI6.

El libro revela también, entre otros datos curiosos, que el que fuera jefe adjunto de la agencia de inteligencia Claude Dansey fue seducido por Robbie Ross, supuestamente el primer amante del escritor homosexual irlandés Oscar Wilde.

En el caso de Greene, por ejemplo, el SIS desarrolló en 1941 un programa especial de formación en vísperas de su viaje a Freetown con visitas a las secciones política, aérea, naval y del Ejército y la de contraespionaje, que debían exponerle lo que se esperaba de él en la visita a esa zona de África, detalla el libro.

Somerset Maugham, por su parte, convirtió en ficción sus experiencias en una colección de cuentos cortos titulada "Ashendeen o el Agente Británico".

Greene y los también escritores Compton Mackenzie y Malcolm Muggeridge, todos ellos se han referido a su trabajo clandestino para el SIS, han dejado claro que fueron espías a regañadientes.

El MI6 los contactó por su facilidad de acceso a personas y lugares y su extenso conocimiento de lugares exóticos del mundo.

Pero, según el autor del libro, publicado por la editorial Bloomsbury, hubo también en la Europa ocupada muchos británicos de a pie que colaboraron con esos servicios, dando información sobre movimientos de trenes o barcos, entre otros asuntos, con gran riesgo para sus vidas.

Jeffery no ha encontrado, sin embargo, prueba alguna en los archivos del SIS de que el espionaje británico hubiera estado involucrado en el asesinato en 1916 de Rasputín, conocido como "El monje loco", que tanta influencia ejerció en la última dinastía de los Romanov en Rusia.

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