Grandes empresas como Ence, Roca o Seat piden cambios en el mercado de gas

  • La asociación GasIndustrial, que agrupa a más de 60 compañías, atribuye la carestía de los peajes gasistas a un sistema sobredimensionado
Gráfico infraestructuras gas.
Gráfico infraestructuras gas.
Gráfico infraestructuras gas.
Gráfico infraestructuras gas.

Hubo una época en la que España reventó todas las costuras. El crecimiento económico parecía infinito y las expectativas de crecimiento de la demanda, inagotables. Se construyeron aeropuertos, trenes AVE, centrales de gas y regasificadoras pensando en un mañana que nunca llegó... pero que pasa factura. Las grandes empresas consumidoras de gas, agrupadas en la asociación GasIndustrial, reclaman cambios en el mercado gasista -en el que se dejan cada año 3.500 millones de euros- para reducir esa factura. 

Gas Industrial agrupa a más de 60 empresas que dependen del precio del gas para competir. Entre esas grandes empresas figuran Seat, Roca, la papelera Ence, Mahou, Campofrío o Borges, por mencionar algunas de ellas. Todas comparten una queja: los costes del gas en España siguen suponiendo una clara desventaja para los industriales nacionales porque repercute en su actividad, exportaciones y empleo.

Tienen las cuentas hechas. Según la asociación, solo los costes regulados -los que fija la Administración- son el doble que los de los franceses, el triple que los británicos o seis veces lo que los alemanes. La causa, explica la directora general de GasIndustrial, Verónica Rivière, "está en la sobrecapacidad del sistema, con regasificadoras infrautilizadas (ver gráfico) y ciclos combinados (centrales a gas) que se construyeron para una demanda que nunca llegó. Todo eso lo paga la industria".

Un 45% más caro

Con datos de la consultora Energía Local, la asociación GasIndustrial asegura que para un consumidor industrial con un consumo entre 90 y 100 GWh y entre 7.000 y 8.000 horas de consumo, España tiene unos costes de acceso a la infraestructura de gas un 45% superior a la media europea (2,2 euros/MWh).

Las empresas, que consumen el 63% del gas que se utiliza en España, están dolidas porque en siete años, entre 2008 y 2015, España pasó de la zona de mayor a la de menor competitividad en precios del gas en Europa en todos los segmentos industriales de consumo.

¿Cómo arreglarlo? Rivière lo tiene claro. En lo que se refiere a los peajes, hacer todo lo posible para utilizar más las infraestructuras existentes, lo que abarataría su mantenimiento. En el mercado, desarrollar el Mibgas, que se puso en marcha hace dos años, con medidas similares a las que se han adoptado en otros países europeos.

Las grandes empresas consumidoras se sitúan así en un lugar intermedio en la pugna que protagoniza el Ministerio de Energía con los grandes grupos energéticos. Respaldan aquellas medidas que favorecen el uso del gas y de las infraestructuras que lo acompañan y cuestionan la resistencia de las empresas gasistas -Gas Natural y Endesa fundamentalmente- a actuar como creadores de mercado en el mercado organizado del gas Mibgas, lo que ha obligado al Gobierno a actuar por decreto.

Una negociación escasa

En el Mibgas, un mercado de ajustes poco líquido, solo se negocia en torno a un 5% del gas del mercado. Pero marca el precio de referencia. gas. Por eso la gran industria quiere que se desarrolle. Más gas, más movimiento y más contratos, afirman, repercutirá en mejores precios

Ya sucedió, sostienen, en otros países europeos en los que se obligó a los operadores dominantes a negociar en sus hubs (espacios de contratación), como es el caso de Engie  en Francia.

El debate en torno a los peajes, tanto eléctricos como de gas, se produce en plena pelea del Gobierno español por mantener la capacidad de fijarlos, en contra de la opinión de la Comisión Europea y de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC).

El Ministerio de Energía se enfrenta a un procedimiento de infracción de Bruselas por invadir el espacio de Competencia. Tras esquivar durante todo un año, el ministerio intenta poner sobre la mesa una fórmula que satisfaga a la Comisión Europea y que, al mismo tiempo, le deje manos libres para manejar las tarifas.

El referente, según explicó esta semana el ministro Álvaro Nadal en el Congreso, es Francia. Allí, explicó,  el regulador fija los peajes, pero bajo las orientaciones establecidas por el Gobierno.

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