Guindos, historia de un adiós: solo en el Consejo de Ministros y tocado por Soria

  • El todavía ministro de Economía quedó señalado por sus compañeros en el Gobierno tras el nombramiento fallido de su amigo Soria para el Banco Mundial.
Soria y Guindos explican la reforma energética a inversores en Londres
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Soria y Guindos explican la reforma energética a inversores en Londres
Soria y Guindos, durante la época de la reforma energética.

Solo cuatro ministros llevan acudiendo a Moncloa cada viernes desde que Mariano Rajoy fue elegido presidente en diciembre de 2011: Soraya Sáenz de Santamaría, Cristóbal Montoro, Fátima Báñez y Luis de Guindos. El titular de Economía suma un mérito adicional, ya que es el único que permanece en el consejo de ministros desde el inicio de la era Rajoy que no tiene carné del PP. Sin embargo, el vicepresidenciable al BCE llevaba un tiempo caído en desgracia por un motivo principal: haberse alineado con su amigo personal, José Manuel Soria, en el doble escándalo que le llevó primero a dimitir como responsable de Industria tras su implicación en los Papeles de Panamá y, más tarde, por su candidatura fallida al Banco Mundial. Algunos en el Gobierno llevan tiempo ansiando su salida.

Guindos fue repescado por Rajoy del sector privado para formar parte del núcleo económico del Gobierno que evitó el rescate soberano. Durante la primera legislatura se mantuvo al margen de peleas políticas, como la que protagonizaron los 'sorayos' y los miembros del G-5, reconvertidos más tarde en G-8. Sin embargo, pese a no formar parte de ningún clan en el Ejecutivo, Guindos no ha podido evitar mantener un eterno enfrentamiento con el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, en una distante relación que ha echado chispas en algunos momentos.

Su declive en el seno del Gobierno llegó tras el 20-D, cuando Rajoy no pudo gobernar a pesar de haber ganado las elecciones. Se llegó a hablar de una 'vía Monti' para España, es decir, que un tecnócrata gobernara como se hizo en Italia y Guindos se movió para ser el hombre de consenso que pusiera de acuerdo a PP, PSOE y Ciudadanos. Una operación que llegó a oídos de Rajoy y que el líder del PP cortó de raíz.

Después de un verano de 2016 complicado, y con la investidura de Rajoy sin resolver, llegó el escándalo del 'dedazo' de Soria para el Banco Mundial. El Ministerio de Economía fue quien se encargó de tramitar la candidatura del extitular de Industria: se nombró a una comisión de expertos compuesta por cinco altos cargos de Economía, todos ellos del entorno tanto de Guindos como de Soria. A saber, Íñigo Fernández de Mesa, secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa; Jaime García-Legaz, secretario de Estado de Comercio y actual presidente de AENA; Rosa Sánchez-Yebra, secretaria General del Tesoro; Jorge Dajani González, director general de Análisis Macroeconómico; y Rodrigo Madrazo García de Lomana, Director General de Política Económica. Cuando Moncloa se enteró de que el procedimiento no era del todo transparente obligó a Soria a renunciar a su candidatura.

Solo unas semanas más tarde llegó el caso del libro autobiográfico de Luis de Guindos. El entonces ministro de Economía en funciones publicó un volumen titulado "España amenazada. De cómo evitamos el rescate y la economía recuperó el crecimiento" que levantó ampollas en el consejo de ministros por dos motivos: en primer lugar, por presumir, en primera persona, del milagro económico de España y no atribuirlo a un éxito colectivo de todo el Ejecutivo. Y, en segundo lugar, por el "agradecimiento especial" que lanzó a su amigo Soria.

En el Gobierno están convencidos de que Guindos, que lleva tiempo queriendo salir de la política, se impondrá a Philip Lane en la votación, a pesar de que el currículum del irlandés es mejor. Consideran que España está infrarrepresentada en las instituciones europeas y que ahora le toca a un español ocupar un cargo de relevancia. Sugieren que no habrá un fracaso como el que supuso perder la EMA, que podría haber ido a Barcelona y acabó en Ámsterdam. Hay que recordar, además, que Guindos renunció a presentarse a la presidencia del Eurogrupo. Ahora cree que ha llegado su momento.

Guindos y sus relaciones con los banqueros

Luis de Guindos ha mantenido una relación cercana con los grandes banqueros del país en sus más de seis años de ministro, un contacto que no ha existido entre los presidentes de las entidades y Rajoy. Por ejemplo, en su libro relata una conversación con Emilio Botín a colación del rescate soberano: "Me llamó para decirme que había que pedir 160.000 millones al FMI. Le contesté que con eso no teníamos ni para empezar, le expliqué que tratábamos de evitarlo y las consecuencias del rescate. Me contestó: 'Tú sabes más y en lo que hagas de apoyaré'”. Más recientemente, Guindos salió en auxilio de CaixaBank y Sabadell aprobando el famoso 'decreto Fainé' para que las entidades catalanas pudieran cambiar de forma exprés sus sedes sociales de Barcelona. La decisión del consejo de ministros sirvió para reconociliar al marianismo con Isidre Fainé

En los últimos días el propio Guindos ha mantenido conversaciones personales con los presidentes de los grandes bancos de nuestro país con el objetivo de lograr los apoyos necesarios para desembarcar en Frankfurt. Lo que les quiso transmitir fue un doble mensaje: en primer lugar, quiso explicarles sus planes si llegaba a conseguir el puesto como número dos de Mario Draghi en el BCE. Les habló de sus proyectos y de sus aspiraciones, con la confianza habitual que mantiene con ellos. Por otro lado, Guindos dejó caer que cualquier ayuda de las entidades para conseguir llegar a Frankfurt sería bienvenida. El feedback en los bancos es positivo: "Es un excelente ministro y sería un excelente vicepresidente de Draghi", aseguran desde el comité de dirección de una de las principales entidades financieras.

La pregunta que surge a partir de ahora es quién sustituirá a Guindos a partir del 23 de marzo. Lo que sí está confirmado es que Rajoy no hará una crisis de Gobierno, sino que será un simple relevo en el Ministerio de Economía. También parece claro que el elegido, o elegida, procederá de un entorno técnico, previsiblemente del grupo de abogados del Estado que ha elegido el presidente para sus gobiernos. Rajoy, que siempre ha manejado los tiempos, tiene cuatro opciones sobre la mesa: elegir un nombre externo al Gobierno, aupar al consejo de ministros a un secretario de Estado, conformar una vicepresidencia económica como la que existía durante el mandato de Zapatero o, por último, entregar la cartera de Economía a otro ministro como ya hizo con Industria cuando Soria dimitió, una competencia que precisamente asumió Guindos.

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