¿Por qué a la gente le gusta tener animales peligrosos como mascotas?

  • Siendo el perro el animal de compañía más frecuente en los hogares, la ley advierte del peligro que entrañan algunas razas.

    La necesidad de protección, la fascinación por sus características peculiares o la simple ignorancia explican por qué hay personas que se acompañan de especies peligrosas.

Pitón
Pitón
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Hace casi tres años, Iris, una inocente ciudadana de 30 años, madre de dos niños y residente en el municipio gallego de Narón, se sentó en el inodoro de su cuarto de baño dispuesta a que la naturaleza hiciera su trabajo cotidiano. De repente, sintió en en su nalga izquierda un dolor tan intenso como inesperado en tan recoleto recinto. Cuando se incorporó alarmada, vio asomarse la cabeza de una serpiente enorme.

“Me quedé catatónica”, confesó Iris a la prensa local que se interesó por su caso. Y no era para menos. La mordedura le dejó una herida en círculo con ocho marca y dos arañazos, uno por cada colmillo. 

Al desconocer la clase de ofidio atacante, que huyó por donde había venido tras degustar tan delicada parte de la anatomía humana, los sanitarios sometieron a la mujer a un tratamiento de antibióticos, analgésicos y corticoides, además de inyectarle la vacuna antitetánica.

Pasaron dos años cuando en octubre del año pasado, en un riachuelo del mismo municipio de Narón se encontró el cadáver de una enorme pitón de cuatro metros de largo. Todo apunta a que un vecino del lugar encontró al animal y decidió matarlo. ¿Se habría hecho justicia con el atacante de Iris

Los expertos en este tipo de animales creen que la pitón fue criada por algún vecino del lugar que o bien se le escapó o bien se deshizo de ella para no tener que alimentarla.

Comportamientos parecidos tuvieron otros dueños de mascotas peligrosas, como cocodrilos que son adquiridos cuando son crías para luego deshacerse de ellos de la forma más irresponsable: arrojándolos por el inodoro. Basta hablar con la vecina de Narón con que iniciaba este artículo para calibrar las consecuencias de esta actitud.El carácter de los perros y los dueños

Siendo cierto que la gente no suele tener mascotas exóticas en su casa, no es menos verdad que con relativa frecuencia se ven por las calles, paseando tranquilamente con sus dueños, perros de razas que han sido clasificadas por las leyes como “potencialmente peligrosos”. La clasificación está sujeta a polémica, pues los dueños de perros tenidos como tales, como Pitbull o Rottweiler, destacan la compañía y el cariño que prodigan por doquier.

(Te interesa leer: Las ocho razas de perros peligrosos en España que no todos pueden tener)

De cualquier modo, ¿por qué hay gente aficionada a acompañarse de animales peligrosos? La necesidad de protección, la fascinación por sus características peculiares o la ignorancia sobre su vida en cautividad son algunos motivos que explican por qué hay quien incurre en los riesgos de convivir con un animal así.

Un polémico estudio de la Universidad de Leicester, publicado en 2012 en la publicación científica ‘Antrozoos’, establecía especiales vínculos entre ciertas razas de perros consideradas peligrosas y jóvenes de carácter más introvertido o menos cordial. La facultad de Psicología de esta universidad confirmaba así la versión más polémica del dicho popular de que “las mascotas se parecen a sus dueños”.

Los investigadores aseguraron que los jóvenes menos agradables en el trato suelen estar menos preocupados por el bienestar del prójimo y manifestaban comportamientos más competitivos. Con todo, el estudio aclaraba que no se había encontrado ninguna relación entre la posesión de este tipo de mascotas y las actitudes anticívicas que llevaban al delito.

Para dueños de Mascotas como Javier Villaverde, que ha convivido con serpientes e incluso una pitón de seis metros de largo, este tipo de animales son más ‘hobbies’ que mascotas, puesto que no se puede interactuar con ellos.

Pero el que no se pueda interactuar con ellos no libra del potencial peligro que suponen. El mismo Javier confesó a La Vanguardia que había sido atacado 40 ó 50 veces, pero que siempre fue por un fallo humano.

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