Hallan un fósil de escarabajo que murió estresado hace unos 40 millones de años

  • El escarabajo no superaba 9 milímetros de longitud, era de color negro, tenía mandíbulas fuertes, ojos grandes, y patas largas y esbeltas.
Espécimen de Limodromus emetikos fosilizado en la pieza de ámbar. / Sara Gamboa
Espécimen de Limodromus emetikos fosilizado en la pieza de ámbar. / Sara Gamboa

Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) han descubierto en un fósil una nueva especie de escarabajo que murió hace 40 millones de año en condiciones de estrés y con una antena rota.

Se trata de una nueva especie fósil, Limodromus emetikos, que se suma al catálogo de más de 385.000 tipos de escarabajo, el grupo más grande y biodiverso del reino animal. Este escarabajo se fosilizó hace 40 millones de años en una pieza de ámbar encontrada en la región del Báltico y cuyo estado de conservación ha permitido a los investigadores confirmar que era nocturno, que perdió parte de su antena y que quedó atrapado en la resina antes de morir y que a consecuencia del estrés expulsó un fluido digestivo.

La investigación, que ha sido publicada en Insect Systematics & Evolution, explica detalles del comportamiento de este ejemplar y sus momentos finales gracias al buen estado de conservación de su estructura y fluidos expulsados en la resina.

El escarabajo no superaba 9 milímetros de longitud, era de color negro, tenía las mandíbulas fuertes, los ojos grandes, las patas largas y esbeltas, así como un par de alas completamente desarrolladas.

"Le falta el último segmento de la antena izquierda. Al no haberlo encontrado en la pieza, aunque fuese roto, suponemos que lo debió perder en algún momento de su vida, antes de quedar atrapado en la resina", ha explicado la investigadora del departamento de Paleontología de la UCM y autora del estudio Sara Gamboa.

La experta ha añadido que la sutileza de las diferencias entre las especies actuales y esta, a pesar de separarlas cuarenta millones de años, "indica que seguramente se trata de un grupo muy conservador desde el punto de vista evolutivo, que ha sufrido muy pocos cambios".

Precisamente, destaca que la importancia del descubrimiento está en que se trata del primer fósil con referencias de regurgitación, es decir, de restos del fluido digestivo de olor desagradable que este grupo de escarabajos, los carábidos, expulsan como mecanismo de defensa en situaciones de estrés.

"Estos restos, junto con los surcos dejados por las patas conservados en el ámbar y la posición del ala izquierda evidenciando sus intentos para escapar, son muestras de que este espécimen quedó atrapado cuando todavía estaba vivo. Debió ser una situación muy estresante para él que finalizó en una muerte agónica", ha concluido.

Aunque hay descritas más de 385.000 especies de escarabajo, su registro fósil es escaso, con menos de 6.000, lo que añade valor a este descubrimiento.

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