Hispano Rodrigo Hernández, primer ejecutado de año en Texas y segundo en EEUU

  • El hispano Rodrigo Hernández, condenado a muerte por haber secuestrado y asesinado a una mujer de la que abusó sexualmente, recibió hoy la inyección letal en Texas (EE.UU.) y su ejecución fue la primera del año en ese estado y la segunda en el país.

Washington, 26 ene.- El hispano Rodrigo Hernández, condenado a muerte por haber secuestrado y asesinado a una mujer de la que abusó sexualmente, recibió hoy la inyección letal en Texas (EE.UU.) y su ejecución fue la primera del año en ese estado y la segunda en el país.

La Corte Suprema de EE.UU. rechazó un recurso de última hora presentado por la defensa de Hernández, que recibió la inyección letal en el penal de Hunstville y su muerte fue certificada por las autoridades a las 18.19 hora local (00.19 GMT), informó el Departamento de Justicia Penal de Texas (TCDJ, por su sigla en inglés).

A principios de semana la Junta de Perdones de Texas ya había negado la petición de clemencia que presentó la defensa y había rechazado también conmutar la condena, así como una suspensión temporal de 30 días.

"Todos somos Dios. Estoy listo (...) Me voy a dormir. Nos vemos luego", dijo Hernández antes de recibir la inyección letal, según la transcripción de sus últimas palabras facilitada por el TCDJ.

Hernández había sido sentenciado a muerte en 2004, una década después del asesinato de Susan Verstegen, de 38 años, quien fue secuestrada en 1994 en el estacionamiento del almacén en el que trabajaba en San Antonio (Texas), violada y estrangulada.

Durante ocho años las autoridades buscaron al responsable del crimen y en 2002 hallaron en una base de datos el ADN que correspondía con el del homicida, luego de que Hernández otorgara una muestra genética como condición para que se le otorgara su libertad condicional por un delito no relacionado.

El condenado se reunió a primera hora de este jueves con familiares y amigos, y poco antes del mediodía fue trasladado a la Unidad de las Paredes en el penal de Huntsville, donde se encuentra la Cámara de la Muerte, explicó a Efe Jason Clark, portavoz del TDCJ.

En la lista de testigos de la ejecución había cuatro amigos del hispano y en una habitación aledaña estaba el hijo de la víctima, precisó Clark.

Hernández sostuvo en todo momento su inocencia y durante el día de hoy estuvo acompañado por un consejero espiritual.

Además, tuvo su última cena, pero no pudo elegir el menú, ya que el año pasado Texas decidió eliminar ese privilegio tras el reclamo del legislador estatal John Whitmire, presidente del Comité de Justicia Criminal del Senado.

Las estadísticas del TDCJ revelan que a pesar de que Texas es el estado con más ejecuciones anuales en el país estas han disminuido en años recientes.

En 2009 fueron ejecutados 24 reos, en 2010 fueron 17 y en 2011 sumaron 13, entre ellos el mexicano Humberto Leal.

Actualmente hay 303 hombres condenados a la pena de muerte en Texas. Un total de 89 son hispanos, entre los cuales hay trece mexicanos, dos hondureños, dos salvadoreños, un argentino y un nicaragüense.

Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, por su sigla en inglés), un organismo independiente que se encarga de elaborar estadísticas al respecto en EE.UU., Hernández fue el segundo ejecutado del año en el país.

La primera ejecución se llevó a cabo el pasado 5 de enero en Oklahoma a Gary Welch, condenado por matar a un hombre a puñaladas durante una disputa por drogas.

Con estas dos ejecuciones de 2012 suman 1.278 las realizadas en los 34 estados de EE.UU. en los que está vigente la pena muerte desde 1976, cuando se restableció el castigo tras una moratoria de diez años.

Texas, con 477, es el estado que más ejecuciones ha registrado desde 1976, seguido muy de lejos por Virginia (109).

En la actualidad hay más de 3.200 personas en el corredor de la muerte en EE.UU. De ellas más de 700 están en California, donde no se llevan a cabo ejecuciones desde hace tiempo porque son demasiado caras.

El debate sobre la pertinencia de la pena de muerte se reabrió el año pasado en EE.UU. tras la ejecución de Troy Davis, ejecutado en septiembre con una inyección letal en Georgia pese a las dudas sobre su culpabilidad y las numerosas peticiones de clemencia a nivel nacional e internacional.

Mostrar comentarios