I. Galván cierra su ciclo "mortal" con una coreografía "imposible": "Lo Real"

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 10 nov.- Israel Galván estrenará mundialmente "Lo Real-Le Réel-The Real" en el Real, un "imposible" sobre el genocidio gitano por los nazis que supondrá, dicen en ese teatro "un antes y un después en el baile flamenco". Lo que él asegura es que "sudará ansiedad de muerte" y que luego se le quedará "un cuerpo de flores".

Israel Galván de los Reyes (Sevilla, 1983), gitano por parte de madre, bailaor por parte de padre y madre, y espíritu creativo libérrimo por sus santas narices, estrenará, el próximo 12 de diciembre, la que es su novena producción desde que creara su compañía.

Lo hará en el mayor teatro de ópera de España porque su intendente, Gerard Mortier, convencido de que la obra marcará un hito en el flamenco, así lo ha querido.

"Mortier me vio bailar en La Abadía -en septiembre de 2010- y me dijo que tenía que hacer 'algo' para el Real. Me dio total libertad pero yo ya venía desde hace tiempo pensando en esto. Espero que le guste porque me siento en deuda con él", dice el bailaor y coreógrafo, que desarma con su naturalidad y sinceridad.

"Esto" es el remate de su ciclo dedicado a la muerte, que inició en 1998 con "¡Mira!.Los zapatos rojos", siguió con "La metamorfosis" (2000), la serie dedicada al Apocalipsis bíblico (2008), y, en medio, un "toque" en "Galvánicas" y en "Arena".

"Ahora quería enfrentarme a la muerte por excelencia: la horrorosa y real, la que te hace ver a dónde puede llegar un ser humano. Es intentar bailar lo prohibido por la ley, lo imposible: el genocidio", en este caso el de los gitanos por los nazis.

Ha sido un proceso creativo para el artista, aclamado en el mundo por sus originales propuestas, en el que ha tenido que luchar por él, por sobrevivir, y contra él, no dejándose arrastrar "por el lado oscuro", para mirar "a la persona" de otra forma.

"No puedo hacer un trabajo sólo porque es un trabajo, eso es muy aburrido. Sólo puedo preparar algo si me gusta, si me llena. Aunque parezca una contradicción yo tengo la necesidad de luchar por la vida, de bailar por la vida", relata.

Resume el espectáculo con una frase del tema de Anthony and the Johnsons "And I find Hitler in my heart" (Y encuentro a Hitler en mi corazón): "De los cuerpos en los que crecen las flores".

"Es la vez que más me gusta bailar. Al principio lo miraba con mucha ansiedad. No quería recrearme en esa muerte y luchaba por bailar para que me sacara de ella, para sudar esa ansiedad. No bailo alegre, pero es alegría por bailar. Se me queda un cuerpo de flores cuando termino", confiesa el artista, que habla en pura poesía por más que él diga que lo hace "atropellado".

"Me cuesta trabajo comunicarme. Bailando es como me siento fluido, clarito", descubre Galván, quien ha dejado de sentir que baila "obligao".

Tuvo una infancia de baile "y ná más que de baile", "arrastrado" por sus padres, y muchas veces se ha preguntado qué sería de él si ellos no se hubieran dedicado a esa profesión.

"Tengo la impresión de que bailo por ellos. Para sobrevivir a eso he tenido buscarme, por eso me tomo tantas libertades en lo que hago. La idea es que hago las cosas porque necesito hacerlas. Si no, no sería, de vez en cuando -se ríe-, feliz".

"Lo Real-Le Réel-The Real" durará en torno a dos horas -"aún está en proceso de encaje"-, y Galván tendrá, por primera vez, compañeros de viaje en el escenario porque, "más que nunca", necesitaba estar "con otros" pero no porque le imponga el teatro: "He estado más veces, y seguro que el suelo va a ser el mismo y yo también".

Con Pedro G. Romero y Txiqui Berraondo de nuevo en la dirección, bailarán con él Belén Maya e Isabel Bayón, al compás de la guitarra de Chicuelo, el cante de Tomás de Perrate y David Lagos, la percusión de Emilio Caracafé, el Bobote y La Uchi, y "las otras músicas" de Sistema Tango, Proyecto Lorca y la bailarina Eloísa Cantón.

A Israel Galván le gustaría llamarse artísticamente Galván de los Reyes, como le obligaron a "rebautizarse" en una gira por Libia y Siria en 2006, pero ya no puede porque "no le dejan", asume entre risas de nuevo.

Trabaja mucho fuera de España, en "dos territorios" distintos, los festivales de Flamenco y los Festivales de Danza, que son los que más le reclaman, especialmente en Francia, donde tiene "cómplices" más que fans.

Dice que no es muy sociable, que no sirve para el mundo de la farándula, y que cuando más seguro se siente en la vida es cuando está bailando: "No parece que pueda pasarme nada, pero si estoy con mi familia, lo otro que más me gusta hacer cuando estoy quieto, siempre estoy preocupado por que les pase algo. Soy así de raro", bromea de nuevo.

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