Ibercaja feliz, solo ha perdido 550 millones en su última operación

    • Hace dos años se vendían entre uno y ningún piso y ahora ya se venden casi cuatro.
    • Los activos inmobiliarios a los que los bancos habían prestado 100, ahora valen 30…
(Ampl.) Ibercaja emite 500 millones de euros en subordinadas con vencimiento en julio de 2025
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Ibercaja, la antigua caja de ahorros aragonesa que por el momento sobrevive sin fusionarse, acaba de vender al fondo norteamericano Oaktree, por 350 millones una cartera de créditos inmobiliarios con un valor nominal de 900 millones. Las matemáticas lo dicen y yo no miento: en esta operación, Ibercaja ha perdido 550 millones de euros.…Y eso el que encuentra comprador

Cada día sale alguien que dice que el sector inmobiliario se recupera. En alguna medida es cierto: hace dos años se vendían entre uno y ningún piso y ahora ya se venden casi cuatro. Son cifras caricaturescas pero que reflejan que en realidad queda mucho camino por andar, antes de que el sector inmobiliario pueda cantar victoria.

Esto es lo que hay: los activos inmobiliarios a los que los bancos habían prestado 100, ahora valen 30… La dirección de Ibercaja está encantada por la operación, pues no todos los bancos encuentran un fondo “buitre” que haga una oferta… Incluso en el caso de activos singulares, las operaciones de venta comportan fuertes pérdidas.

El Banco Santander, por ejemplo, vendió el año pasado el rascacielos madrileño Edificio España perdiendo “solo” el 32 por ciento de los 389 millones que había pagado a Metrovacesa seis años antes.Agujero megamillonario

Si se pudieran echar las cuentas, banco a banco, de la cartera de créditos inmobiliarios con un valor en libros de 100 y que realmente valen 30 o 40, saldría un agujero megamillonario de pérdidas, que en algunos casos no están ni reconocidas… Y mientras ese agujero gigantesco no se rellene, bien por una quimérica recuperación de precios inmobiliarios, bien por un no menos utópico crecimiento de los beneficios bancarios, la economía española sigue al filo de la navaja: andar, anda, pero cualquier descuido o tropezón dejaría k.o. al equilibrista.

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