Ante el avance de las low-cost

Iberia pide más oxígeno a Bruselas para retener 'slots' ante la crisis del tráfico

La compañía del grupo IAG se reúne con miembros de la Comisión de Transportes para trasladar sus inquietudes por las últimas modificaciones de la normativa tras el coronavirus.

Iberia
Un avión de Iberia en una fotografía de archivo.
Europa Press

Amaina la crisis de tráfico aéreo que ha generado el coronavirus, pero está lejos de remitir por completo. Las primeras turbulencias generadas por la pandemia con la caída abrupta del tráfico de pasajeros obligó a Europa a tomar cartas en el asunto y exonerar a las aerolíneas sobre sus derechos de aterrizaje y despegue (slots) en los aeropuertos. El objetivo: evitar que no tuvieran más remedio que seguir operando hasta el punto de recurrir a los vuelos fantasma. Un año y medio después del inicio de la crisis sanitaria, el ratio de cumplimiento sobre estos derechos se ha modificado y ha pasado del 80% inicial a un 50%, cifra que todavía sigue despertando discrepancias en el sector. Las aerolíneas tradicionales, las de bajo coste y los gestores aeroportuarios mantienen distintas posturas.

En este sentido, Iberia, propiedad del grupo hispano-británico IAG, al que pertenecen también British Airways, Air Lingus y Vueling, se ha reunido recientemente con los representantes de las autoridades europeas, con el objetivo de trasladarles su posicionamiento. Fuentes consultadas por La Información indican que la compañía aérea mantuvo contactos con miembros del gabinete de la Comisaria de Transportes, Adina-Ioana Vălean, a finales del mes de julio. Uno de los principales puntos tratados fue la idoneidad de ser flexibles con los porcentajes de cumplimiento de los slots, debido a que el nivel de reservas de viajes todavía sigue lejos de las cifras previas a la crisis sanitaria

La última decisión de la Comisión Europea marca que las aerolíneas deben cumplir con los derechos de vuelo en, al menos, un 50%, si no quieren verlos peligrar y terminar en manos de otros operadores en la siguiente temporada (la de verano, entre marzo y octubre, o la de invierno, entre noviembre y marzo). Uno de los principales objetivos de las autoridades europeas ha sido evitar los denominados vuelos fantasma, aquellos que se llevaron a cabo durante los primeros compases de la pandemia y en los que las aerolíneas preferían viajar vacías con tal de no ceder slots

Las conversaciones con Transportes coinciden con la prórroga de Bruselas sobre estas exoneraciones, donde se abre a ser más permisivo. La Comisión está facultada para modificar el índice de utilización de franjas horarias en un intervalo que puede ser más bajo, concretamente del 30%. Para ello, tendrá en cuenta los cambios que se hayan producido una vez analizados los distintos indicadores relativos a la demanda de transporte aéreo de pasajeros y carga. Hay que tener en cuenta las últimas proyecciones de Eurocontrol, que considera en su escenario más optimista que el nivel medio anual del tráfico aéreo en 2021 representará un poco más de la mitad (56%) respecto al de 2019.

Ahora, la última decisión ha despertado distintas sensibilidades en el sector. Existen discrepancias entre las propias aerolíneas, ya que las compañías low cost desean un nuevo reparto de slots en los aeropuertos congestionados como Madrid-Barajas o París-Charles de Gaulle. Un caso claro es el de Ryanair, la compañía de bajo coste más grande del mundo. Un portavoz de la firma dirigida por Michael O'Leary asegura a este medio que "nos oponemos a una nueva prórroga de las exenciones de los slots y a la reducción de los requisitos de uso durante la temporada de invierno de 2021/22, ya que esto dará lugar a un menor número de vuelos, a una reducción de la conectividad y a un aumento de las tarifas para los consumidores".

Desde la compañía irlandesa, que ya se ha mostrado beligerante con las autoridades europeas por las ayudas de rescate con dinero público a firmas como la neerlandesa KLM o la francesa Air France, añaden que las aerolíneas aéreas tradicionales no tendrán incentivos para operar vuelos en los grandes aeropuertos, porque se ha renunciado al principio de "se usa o se pierde" que regía la normativa sobre los derechos de vuelo. Esta decisión "distorsiona aún más la competencia" al impedir que las aerolíneas de bajo coste se expandan.

Quien sí apoya tesis como las de Iberia es la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA por sus siglas en inglés). La patronal internacional, una de las más representativas de las aerolíneas (290 aerolíneas operadoras que suman el 82% del tráfico aéreo mundial), ha salido al paso de las últimas decisiones de Bruselas. Critica con dureza la imposición del 50% de cumplimiento de derechos de despegue, porque considera que es una medida “fuera de contacto con la realidad”.

Pendientes de Air Europa 

En otro orden de cosas, las preocupaciones de Iberia siguen girando en torno al examen sobre la compra de Air Europa. La operación, que supondrá en la práctica la desaparición de un rival en los vuelos hacia el Atántico Sur, despierta recelos en la Comisión Europea, que no quiere que dicha concentración se traduzca en un problema de competencia que se convierta en un peor servicio para los pasajeros. La compañía, por su parte, solicitó el pasado mes de junio un periodo extra de tiempo de análisis de la operación, tal y como avanzó La Información. 

En menor medida, otro asunto tratado versó sobre la normativa ReFuel, que busca que las aerolíneas apuesten cada vez menos por el uso de combustibles fósiles y más por energías limpias. Es un asunto que en los últimos meses también ha movilizado a los servicios de lobby de aerolíneas como Easy Jet, de acuerdo al listado de reuniones que cumplimentan las compañías en el registro de transparencia comunitario. 

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