Iberoamérica busca en Europa un compromiso que favorezca su salto educativo

Madrid.- Alcanzar en una década cotas educativas en Iberoamérica que normalmente precisarían 25 años será posible con el esfuerzo de los propios países implicados, pero también necesitará que la Unión Europea las incorpore como objetivos de sus agendas de cooperación.

El proyecto "Metas educativas 2021. La educación qué queremos para la generación de los Bicentenarios" (de independencia) se propone que en Iberoamérica, con 34 millones de analfabetos, más alumnos estudien, durante más tiempo, con una oferta educativa de calidad, "equitativa e inclusiva", y en la que participen la gran mayoría de las instituciones y sectores.

En la inauguración del Foro de ministros de Educación de la UE y América Latina y el Caribe, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha asegurado hoy que esta reunión de dos días es una "gran oportunidad" para trazar el camino hacia una agenda educativa "compartida" entre Iberoamérica y la UE.

Esa agenda "debe quedar recogida" en la VI Cumbre de jefes de Estado y Gobierno de las dos regiones, en mayo próximo, que tratará sobre la innovación, el desarrollo sostenible y la inclusión social.

"Creo que es el momento más oportuno para avanzar en ese camino que ya compartimos, porque la cumbre UE-América Latina y el Caribe puede y deber marcar un antes y un después en la relación entre nuestros pueblos y nuestros continentes".

El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, ha señalado que se trata de una tarea doble: hacer frente a los retos no resueltos del siglo XX (la escolarización, universal, la educación infantil, la calidad, la equidad, la atención a grupos minoritarios) y los desafíos del XXI: la innovación en la sociedad del conocimiento.

"Todos estamos dispuestos a entender que estos desafíos no pueden entenderse sin colaboración ni acuerdo".

El proyecto de mejora educativa iberoamericana necesitaría una inversión de 55.000 millones de euros en diez años, según cálculos de la CEPAL.

Por ello, el secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Álvaro Marchesi, ha pedido el "compromiso solidario" de los países con más recursos con los que tienen más dificultades, la cooperación, apoyo y experiencia de la UE para alcanzar iguales niveles educativos.

En declaraciones anteriores a la prensa, Marchesi ha calculado que si la inversión media educativa de Iberoamérica pasa del 5 por ciento actual al 5,5 por ciento será posible conseguir los recursos financieros suficientes para conseguir las metas.

Si se dedicara a educación el crecimiento medio previsto del 3,5 por ciento del PIB anual en la región se conseguirían 45.000 millones de dólares, ha dicho.

"El dinero es el que hay, habrá que decidir si va a un sitio u otro", ha apostillado.

En el caso de España y sus propias metas, ha indicado que la inversión, que ronda ahora el 4,9 por ciento del PIB, aumentaría en un 0,5 por ciento en los próximos años.

Sobre el compromiso europeo por países, ha señalado a Francia, Italia o Países Bajos como algunos de los más propensos a cooperar, además de España y Portugal.

En Iberoamérica son Argentina, Brasil, Paraguay, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana y Colombia, por unas razones u otras, los más activos en el proyecto y México ha manifestado "apoyo completo".

Ha dicho que Cuba está "muy comprometida" a pesar de que está "a nivel español" en acceso a la educación, y Venezuela está "comprometida".

El secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias, ha dicho que la educación es el puntal para una nueva economía del conocimiento, la transformación social y el fin de la pobreza y de la violencia, consolidar las democracias, "todavía frágiles", y formar ciudadanos cada vez más globales.