Contó con el apoyo de Escrivá en algún debate

Iglesias ajusta cuentas con Calviño y Montero por sus choques económicos

El exvicepresidente segundo publica un libro de vivencias personales durante su etapa en el Consejo de Ministros. Rememora cómo fue aprobar el escudo social en pleno confinamiento o el Ingreso Mínimo.

El vicepresidente del Gobierno de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias; y la Vicepresidenta Tercera del Gobierno y Ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño
Iglesias salda cuentas con Calviño y Montero por sus choques económicos
Europa Press

Los libros de memorias de los políticos o los que recrean hechos vividos en su etapa en la cosa pública suelen recoger aspectos muy genéricos. Lo realmente novedoso de lo que sucede entre bambalinas en los diferentes gobiernos se oculta o se mantiene en privado. Es normal teniendo en cuenta que, en el caso de los miembros del Consejo de Ministros, están obligados a mantener el secreto de las deliberaciones. Pero siempre hay excepciones y una de ellas es Pablo Iglesias. El exvicepresidente segundo publica 'Verdades a la cara. Recuerdos de los años salvajes' (con edición de Aitor Riveiro para Navona), un volumen en el que relata cómo fue su etapa, breve pero intensa, como socio de Pedro Sánchez. Y no pierde el tiempo a la hora de ajustar cuentas con sus excompañeras Nadia Calviño y María Jesús Montero.

Los choques por las políticas económicas y sociales de la coalición fueron habituales. Iglesias relata cómo fue aquel Consejo de Ministros del 14 de marzo de 2020, el cónclave más largo de la historia democrática sólo superado por el que expropió Rumasa. "En ese momento nosotros pusimos sobre la mesa la hipótesis de que se pudiera producir un crac económico. Lo comparamos con el crac del 29 y, ya entonces, planteamos que la respuesta tenía que pasar por asumir el final del paradigma de la austeridad como conjunto de políticas viables, que lo del límite de gasto formaba parte de otra época, de un mundo ya pasado, y que lo que venía supondría la implementación de medidas neokeynesianas", cuenta el exlíder de Podemos.

Calviño y Montero eran, relata Iglesias, sus rivales internas. "No era tanto una cuestión ideológica, sino la constatación de un cambio de época. En aquel debate nos apoyó José Luis Escrivá: con él, podíamos tener todas las diferencias del mundo, pero quizá sabía más de historia económica que Calviño y que María Jesús Montero, que en aquel momento estaban en otras posiciones", añade. Y concreta: "Menos mal, para ellas dos, que las deliberaciones del Consejo de Ministros son secretas. No sé qué pasaría si se llegara a saber lo que dijeron allí en ese momento. Luego tuvieron que tragarse, una por una, cada una de sus palabras. Estaban sinceramente convencidas de que no habría una gran crisis económica".

Menos mal, para Calviño y Montero, que las deliberaciones del Consejo de Ministros son secretas

Iglesias también critica la lentitud con la que se tomaron algunas decisiones en el Gobierno. Cita en este sentido a las dos ministras económicas del PSOE y al propio Pedro Sánchez: "Fue un debate donde quedó en evidencia, otra vez, que al PSOE le costaba mucho ver más allá del día siguiente. Era algo que se notaba especialmente en el contexto de una crisis como la que se nos venía encima. Su idea era avanzar un poco y ver qué tal esta semana, y luego a ver qué tal la próxima, y después la siguiente. Esta dinámica hizo que muchas veces se tomaran decisiones correctas demasiado tarde". 

Concreta Iglesias que el planteamiento que le hizo a Sánchez en esos momentos de gran incertidumbre fue: "Tú sabes tan bien como yo que lo vamos a tener que hacer. Coño, si lo vamos a tener que hacer, vamos a hacerlo ya. Cuanto antes lo hagamos, mejor. Su respuesta fue que no debíamos tomar decisiones que la sociedad no entendiera en ese momento".

El "cabezón" de Montero

Iglesias cuenta también que cómo fue la discusión para aprobar las medidas sociales. La más dura, dice, fue el Ingreso Mínimo, motivo de su ya histórica discusión con Montero en el Congreso cuando la ministra de Hacienda le llamó "cabezón". "Ella me decía, «eres muy cabezón, vicepresidente». Lo decía con una simpatía encantadora, ojo. María Jesús, por muchas diferencias que podamos tener, es una persona encantadora. Me explicaba que ella había gestionado mucho en Andalucía y decía que esa gente no volvería a trabajar nunca y que lo que conseguiríamos con un Ingreso Mínimo Vital amplio sería poner a pelearse al último contra el penúltimo. Yo le respondía: «No, ministra, nosotros pensamos que esto puede ser un mecanismo enormemente eficiente en términos económicos, que esto no es subsidio para pobres, que hay mucha gente que debería estar en el núcleo de la población activa y que ahora necesita esto".

Pablo Iglesias, que en este momento mantiene una relación distante con Yolanda Díaz, también desvela que no informó a la hoy vicepresidenta segunda de que iba a ascender en el Consejo de Ministros. Relata también un episodio hasta ahora desconocido: cómo se lo comunicó a Sánchez. "La misma mañana del anuncio de mi dimisión le mandé a Pedro Sánchez un mensaje largo de Whastapp para explicarle mi decisión. En el mensaje le di las gracias y le planteé que en ese contexto iba a intentar un acuerdo preelectoral con Más Madrid porque creía que podía ser un revulsivo a la hora de lograr la movilización que pensaba que hacía falta para frenar a la derecha. En el mismo mensaje le informé de que la vicepresidenta iba a ser Yolanda, de que Ione se quedaría al frente del Ministerio de Derechos Sociales y de que Enrique Santiago iba a asumir la Secretaría de Estado para la Agenda 2030".

Continúa: "Fue un mensaje largo, y él me contestó también un mensaje largo, muy cariñoso, en el que me agradeció la labor que había desempeñado en el Gobierno. Pedro entendió la lógica política de mi decisión, pero me planteó que tendríamos que discutir lo de los nombres en el Gobierno. A esto último le dije que no. No sé si no quería a Yolanda, a Ione o a Enrique. Pero eso no formaba parte de la discusión. Nosotros no teníamos nada que decir sobre la cuota del PSOE en el Gobierno pero la nuestra la decidíamos nosotros".

Un detalle importante. Iglesias recuerda que su relación con Sánchez también era una partida de ajedrez: "En ningún momento de los meses anteriores había dejado entrever a Pedro que existía una posibilidad de que yo no concluyera la legislatura dentro del Gobierno. Nunca le enseñé esa carta. Siempre le dije que iba a aguantar ocho años. Doce. Todo lo que hiciera falta. Tenía que proteger a Yolanda y al resto del equipo. Si le hubiera enseñado esa carta, habría quedado amortizado políticamente de forma inmediata".

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