El caso Dina y los medios, en el fondo

Las polémicas de Iglesias 'resucitan' sus choques con los ministros socialistas

Las palabras del vicepresidente de "naturalizar" que cualquiera con presencia pública esté "sometido a la crítica e insulto" no fueron bien vistas por algunos de sus compañeros, como Margarita Robles.

El secretario general de Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias (d), se ha reunido este viernes en Durango (Bizkaia) con la candidata a lehendakari de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi (i)
Las polémicas de Iglesias 'resucitan' sus choques con los ministros socialistas
EFE/Miguel Toña

Pasado el estado de alarma, el Gobierno de coalición empieza a volver a su propia normalidad. La crisis del coronavirus podría haber servido para cambiar la dinámica entre los ministros de PSOE y Unidas Podemos, que antes de que estallara la pandemia estaba marcada por los enfrentamientos en cuestiones de todo tipo. Pero no ha sido así, y el Ejecutivo ya vuelve a protagonizar ciertos choques entre los miembros del Consejo de Ministros. Unos desencuentros en los que casi siempre es protagonista Pablo Iglesias, ya sea por sus propias acciones o por ser el líder de la parte morada, y donde su 'rival' suele ir cambiando. Sus críticas a los medios y a periodistas por cuestionar su figura o por el caso Dina han reavivado estos problemas. Sobre todo, después de que el vicepresidente segundo hablara de "naturalizar" que todo aquel que tenga presencia pública "esté sometido a la crítica o al insulto". Lo que no hizo nada gracias a otros cargos de peso.

La primera en salir públicamente a replicar a Iglesias fue Margarita Robles, con la que parecía haber encauzado su relación durante el estado de alarma por la colaboración mantuvieron para que el Ejército atendiera lugares como las residencias de ancianos o se encargara de las personas sin hogar. Pero el discurso del líder de UP, reclamando desde la mesa del Palacio de la Moncloa que se vea como algo cotidiano que personas como él o el periodista Vicente Vallés sean criticados o insultados en las redes sociales, no gustaron nada a la ministra de Defensa. Aunque Robles dijo que no "valoraba" las opiniones de sus compañeros, sí mencionó expresamente al vicepresidente para decir que "no comparto que Pablo Iglesias justifique los insultos"."En una sociedad democrática los insultos no pueden ser nunca justificables, ni en las redes sociales ni en ninguna parte", insistió.

La responsable de los ejércitos no se quedó ahí, ya que 'regañó' a Iglesias al hacer un alegato para "construir una sociedad basada en el respeto y la tolerancia. La crítica es muy sana en democracia, pero el insulto, en lo que tiene de descalificación, de destrucción de puentes, creo que no es aceptable". A lo que sumó una defensa de los medios después de que el jefe de los morados criticara a algunos de ellos tras las últimas revelaciones del caso que afecta a su exasesora en el Parlamento Europeo. "También tengo que decir que los medios de comunicación son el oxígeno de la democracia y no comparto las críticas ni las descalificaciones que se puedan hacer a los medios de comunicación", señaló Robles, que hizo esta exposición para marcar distancias con quien es su colega dentro del gabinete de Pedro Sánchez.

La economía, el penúltimo problema

Este episodio ha roto la tranquilidad que existía dentro del equipo de Sánchez en las últimas semanas. Pero que incluso al comienzo de la pandemia tuvo serias discrepancias por el plan de recuperación económica tras la clausura de todas las actividades no esenciales. Iglesias lideró a los suyos en este encontronazo con las tesis de Nadia Calviño y María Jesús Montero, ya que había un desacuerdo total en la fórmula para encauzar la recuperación tras el cierre total del país. Además, el vicepresidente era partidario del cierre total de la economía mientras que la vicepresidenta de Asuntos Económicos y la ministra de Hacienda lo desaconsejaban por el fuerte impacto que tendría sobre el PIB. Al final, el responsable de Derechos Sociales ganó varias batallas, y la responsable de Economía otras. Pero esto sirvió para recordar el rechazo que profesan Unidas Podemos a las ideas de Calviño, a la que en privado califican de "ministra muy adaptable" y que "podría serlo también con PP o Ciudadanos". 

Ya sea en público o en privado, Iglesias ha acostumbrado a ser parte implicada en las discrepancias entre los socios de la coalición de izquierda. Ante los micrófonos, y en plena polémica por la ley de libertad sexual que diseñó el Ministerio de Igualdad y cuya redacción inicial fue cuestionada por la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, el titular de Derechos Sociales dijo que "en las excusas técnicas hay mucho machista frustrado". Lo que se interpretó como un ataque frontal a Campo por ser el responsable del departamento que tuvo que afinar esa legislación, que a UP le interesaba que se anunciara la semana del Día Internacional de la Mujer, que tenía como colofón la manifestación del 8 de marzo. 

Calvo e Iglesias, 'enemigos íntimos'

La implicación de Calvo en una pelea política con Iglesias no es casualidad. Los vicepresidentes primero y segundo han protagonizado varios momentos de tensión por desacuerdos legislativos u otras cuestiones que se encuadran en la 'fontanería' de Moncloa. A la ministra andaluza y al sector feminista del PSOE no le gustó que Irene Montero accediera a la cartera de Igualdad, ya que suponía que Calvo perdiera unas competencias que consideran muy importantes por su simbolismo. Algo que, en su momento, no hizo nada de gracia a Iglesias, ya que la decisión final fue de Pedro Sánchez. La otra refriega vino por la reforma del Código Penal para derogar el artículo que persigue a los piquetes informativos si se producen disturbios en una huelga. Cuestión en la que Unidas Podemos insistía mientras Calvo rechazaba acelerar, en lo que contaba con el apoyo de Justicia. 

Los reproches a Iglesias por lo que dijo esta semana también los pronunciaron otras de sus compañeras del lado socialista, como la ya mencionada Calvo o Arancha González Laya. La primera señaló que lo dicho por el vicepresidente solo le representaba a él, e incidió en que el Ejecutivo "respeta a los medios de comunicación tanto cuando son proclives como cuando no lo son". Mientras que la ministra de Asuntos Exteriores rechazó "naturalizar" las salidas de tono contra personajes públicos, al decir que "vivimos en democracia y es enormemente importante que la expresión se haga con respeto". Unas correcciones a Iglesias por parte de otros miembros del Consejo de Ministros que pusieron fin a una etapa tranquila entre ambas facciones tras los últimos meses de situación límite. Aunque siempre estuvieron latentes.

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