Pablo Iglesias e Irene Montero seguirán liderando Podemos. Nadie esperaba lo contrario. De hecho, los resultados de la consulta a las bases fueron adelantados por el secretario de Organización del partido morado, Pablo Echenique, uno de los que junto con un Comité Electoral formado por representantes del Equipo de Informática, de la Secretaría de Organización y de la Comisión de Garantías y por tres personas del Consejo de Coordinación de Podemos -Gloria Elizo, Pablo Bustinduy, Idoia Villanueva- han realizado el recuento de los votos.
¿Una auditoría externa para garantizar la fiabilidad de una votación que podría acabar con la carrera política de un candidato a presidir el Gobierno? Por el momento no hay noticias de ello. Y sería grave que una consulta de este tipo se hiciera sin esa luz y taquígrafos que tanto se exige de puertas para afuera. Veremos.
Lo cierto es que Echenique, firme defensor de Pablo Iglesias, y Monedero, sin cargo pero el gran ideólogo, han tardado escasos minutos en pasar página del chalé de Galapagar (que es la clave de la consulta aunque no aparezca en su pregunta) que ha indignado a una parte de Podemos, el sector anticapitalista, y a una parte de los votantes, a tenor de las últimas encuestas demoscópicas que muestran una recuperación de la fidelidad del voto del PSOE tras saberse la compra millonaria.
"Cuando la gente de Podemos habla, los dirigentes nos callamos, obedecemos y nos ponemos a trabajar", ha dicho Echenique, mientras que Monedero no ha tenido reparos en considerar que Iglesias y Montero han recibido "el ataque más brutal que se recuerda y que Podemos se reinventa con la dirección de Pablo Iglesias y la portavocía de Irene Montero". Literal. Teniendo en cuenta que son los mismos que estaban antes sorprende eso de vender un cambio... que no existe. Cosas de Monedero.
Y es que la consulta ha salido a pedir de boca. Tras la rebelión de Bescansa, de Kichi, la más medida de Errejón para controlar sus listas, Iglesias, chalé incluido y ya olvidado, imita a González y dice eso de "tomo nota del 30% de inscritos que no nos han apoyado". Porque no podían ser los resultados avasalladores, sino creíbles. Y un 30% de rechazo era tan asumible como razonable.
El riesgo era la participación. Y en eso, también los resultados son idóneos. Pablo exigió más participación que en Vistalegre y ahí la tiene. 188.176 votos, 33.000 más que en Vistalegre 2, hasta ahora el récord de participación en una consulta de Podemos. Y 80.000 más que en Vistalegre 1. Echenique ha sido el primero en calificar estos datos de históricos. En perspectiva, habría que decir que solo el 40% del censo de Podemos vota, y que menos de 200.000 personas decide (y sin saber muy bien cómo) en un partido con más de 5 millones de votos.
¿Y cuantos dijeron que sí a Montero y Pablo? Un 68,42%, o lo que es lo mismo, un resultado lo suficientemente amplio sin resultar abusivo. Según los mismos, han votado a favor de la continuidad de Iglesias y Montero 128.300 inscritos (68,42 %), mientras que 59.224 (31,58 %) han considerado que deben dimitir. En blanco han votado 652 personas, un 0,35% de los participantes, en una consulta a la que estaban convocados 487.772 militantes.
No es de extrañar que Pablo haya anunciado ya que su "obligación es seguir al frente de Podemos", aunque ya no tenga un 90% de apoyo, que pocos habrían comprado y solo un 70%". Lo asume "con más ilusión y también con más madurez que nunca”. Monedero apuntala el mensaje: "escucho a la gente. Y su petición es: unidad, unidad, unidad. Hago caso. Confiando en que todos escuchemos. Ojalá nadie trabaje para intereses particulares. Creo que hay un principio que vale para todos: escuchemos lo que han dicho las bases". Es decir, prietas las filas y obediencia al líder y la lideresa.
Lo dicho, un impulso para Podemos, eso es en lo que se ha convertido la compra del chalé y las tímidas rebeliones internas. Y todo vía redes sociales. La prensa recibirá el lunes un mensaje de hechos consumados. Pese a los ataques somos uno, las bases han hablado y Podemos se 'reinventa' y está más fuerte que nunca. Veremos si, al menos, Echenique explica quién ha vigilado a los vigilantes en esta consulta que ha sido, al final, toda una bendición para Pablo e Irene. De hecho "ha servido para devolvernos las fuerzas y confianza que algunos querían quitarnos esta semana", confiesa Echenique.
Pablo ha ido más allá. "Cometo errores y seguramente los seguiré cometiendo, pero nadie podrá decir que nos aferramos al cargo o que nos escondimos ante la crítica. Creo humildemente que hemos vuelto a demostrar que somos distintos", ha escrito Iglesias, que considera que las consultas "revocatorias" deben "normalizarse" en los partidos porque la elección para un cargo "no debe ser un cheque en blanco". Al final el chalé, más que un tropiezo o una incoherencia, se ha convertido en toda una oportunidad aunque haya desaparecido del relato.
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