Imagen, gobierno y confianza, los retos del presidente Infantino

  • Gianni Infantino, elegido este viernes presidente de la FIFA, tomará las riendas de un organismo debilitado por una crisis sin precedentes y tendrá por delante una ardua labor: restaurar la confianza en una institución carente de credibilidad.

Para lograrlo, el futuro presidente deberá llevar a cabo una verdadera reforma en el gobierno que devuelva el crédito perdido ante los patrocinadores, y gestionar los diversos procedimientos penales abiertos.

Desde el arresto de siete altos responsables del fútbol mundial, el pasado mes de mayo en Zúrich, acusados por la justicia estadounidense de haber aceptado varios millones de dólares en sobornos, las revelaciones se han sucedido. Lo que muchos suponían se ha confirmado y la palabra FIFA es hoy a ojos de muchos sinónimo de corrupción.

Después de los subordinados, fue el patrón, 'Sepp' Blatter, el que cayó en diciembre, suspendido ocho años por la justicia interna de la FIFA, tras haber sido imputado por la justicia suiza.

El motivo fue un supuesto pago de 1,8 millones de euros al que se postulaba como su sucesor, Michel Platini, presidente de la UEFA, que también recibió la misma suspensión.

"Vamos a restaurar la imagen de la FIFA. Tenemos que sentirnos orgullosos de la FIFA, orgullosos de lo que haremos todos juntos", declaró Infantino este viernes justo después de su elección.

Pero para el especialista en marketing deportivo Patrick Nally, "la profundidad de las investigaciones de la justicia y lo que ya ha salido a la superficie, aunque queda aún por investigar en Asia y en África, indica que a pesar de los esfuerzos de la FIFA, le será muy difícil recuperar su crédito".

Para restaurar su imagen, la FIFA, que según Infantino "ha atravesado momentos tristes, una crisis", debe "aplicar los principios de buen gobierno". En este sentido, el congreso de este viernes aprobó un paquete de reformas.

Entre estas medidas está una limitación a 12 años del cúmulo de mandatos (Blatter, cuando fue elegido por quinta vez en mayo, llevaba en el puesto 17 años), un control de integridad de cada nuevo miembro del Comité Ejecutivo o de cualquier otra comisión.

Además se publicarán las remuneraciones, entre ellas la del presidente, y se establecerá una separación entre las decisiones políticas (comité ejecutivo) y económicas (secretaría general), para evitar cualquier conflicto de intereses.

El pasado mes de octubre, los patrocinadores históricos como Coca-Cola y McDonald's, apelaron a la "salida inmediata" de Blatter, pero ninguno de ellos interrumpió su patrocinio porque, según el responsable de una gran federación olímpica, "a nadie le interesa ceder su posición a la competencia".

La FIFA, inmersa en una crisis sin precedentes, "tiene un atraso de 550 millones de dólares (55 millones de euros) sobre sus objetivos financieros de aquí a 2018", anunció este viernes su secretario general interino Markus Kattner.

"Es evidente que todo nuevo patrocinador oficial se pregunta si es oportuno que su nombre se asocie a La FIFA", añade ese mismo responsable de marketing, amparado en el anonimato.

Sólo su inclusión en el seno del comité encargado de supervisar la aplicación de las reformas reduciría los recelos de los patrocinadores.

A los procedimientos internos de la FIFA se añaden los procesos judiciales conducidos por la justicia estadounidense (39 personas y dos sociedades acusadas, esencialmente en Sudamérica) y por la justicia suiza, que investigan, entre otros asuntos, las condiciones de atribución del Mundial 2022 a Catar. Este dosier es uno de los que debe afrontar inmediatamente Infantino.

Para algunos observadores no es descartable que la justicia extienda sus redes sobre Asia y África.

"Espero que los asuntos penales sean tratados hasta el final, pero que sea rápido, para que podamos volver a hablar de fútbol", declaró el domingo Infantino, consciente de que la "tarea del próximo presidente no será sencilla". Desde este viernes es la suya.

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