La CEOE cierra filas con las eléctricas

Sánchez busca remontar su imagen tras Andalucía con una guerra a las eléctricas

El impuesto específico confirmado por Moncloa y Calviño busca recuperar la iniciativa política perdida tras la mayoría absoluta de Moreno. El objetivo es que Sánchez monopolice los anuncios. Hubo crisis con Díaz.

Sánchez, Montero y Calviño
Sánchez, Montero y Calviño en el Congreso
EFE

El Gobierno pasa a la acción para recuperar la iniciativa perdida y lo hace poniendo su punto de mira en las grandes compañías eléctricas. Pedro Sánchez ha elegido a conciencia el momento, tras el fiasco en las elecciones del pasado domingo en Andalucía, para volver a declarar la guerra a grandes empresas como Iberdrola, Endesa, Naturgy, Repsol o Enagás con una subida de impuestos en ciernes que va a marcar el final de la legislatura. Ante la galopante inflación y un tope al gas que no está dando resultados inmediatos, Moncloa prepara una ofensiva contra el sector energético que se plasmará en el Boletín Oficial del Estado (BOE), mientras las compañías afectadas esperan a la norma para pasar a la acción en el terreno judicial.

El Gobierno va a actuar en dos frentes. En primer lugar, a través del segundo decreto anticrisis que se aprobará este sábado en Consejo de Ministros extraordinario. El día elegido tampoco es casual. Sánchez prorrogará las medidas de marzo e incorporará algunas nuevas, como la subida de las pensiones no contributivas (pactada con Bildu), la bajada del IVA de la luz al 5% y un descuento en el transporte público que se sigue perfilando entre Hacienda y Transición Ecológica. La segunda vía de actuación, la del impuesto a las eléctricas, es la que el Gobierno está cuidando al máximo y la que le podría traer mayores problemas. Por eso Moncloa ha decidido separar una y otra iniciativa, para perfilar bien esa tasa, que podría ser un recargo en Sociedades o una figura fiscal nueva, en previsión de que las eléctricas acudan, como suelen hacer, a los tribunales. Lo advierten ya desde una de las grandes del sector: "Habrá que ver la letra pequeño de ese anunciado impuesto y, si vemos alguna laguna, pleitear".

Se avecina, por tanto, una nueva guerra entre el Gobierno y las eléctricas. La reunión privada en Davos fue un espejismo. Moncloa está preparando una reedición de las escenas de tensión vividas en septiembre del año pasado cuando el Consejo de Ministros, tras un "se lo pueden permitir" de Sánchez, aprobó un decreto para recortar los llamados 'beneficios caídos del cielo', una norma que el mismo Ejecutivo tuvo que corregir y rebajar días más tarde. En esta ocasión Sánchez está dispuesto a cumplir con la histórica amenaza que ha enarbolado Unidas Podemos desde sus inicios y que ahora el PSOE ya ha adoptado. Hasta Nadia Calviño se pronunció este miércoles por primera vez sobre esta decisión que ya han adoptado países como Reino Unido o Italia.

​Reunión Gobierno - eléctricas el martes

Iberdrola, Endesa y Natugy saben desde este martes, antes de que Moncloa lo confirmara en público, de que el Gobierno va a subirles los impuestos o crear una nueva figura 'ad hoc' para que incrementen su contribución de cara a la recuperación. Ese día se produjo una reunión del Foro de Grandes Empresas con el nuevo secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón; la directora de la Agencia Tributaria, Soledad Fernández, y personal del Fisco. Este lugar de encuentro al más alto nivel sirve para que Hacienda pueda compartir con las grandes del Ibex, y con sus abogados de referencia, información o análisis en materia fiscal. Allí se les comunicó que Sánchez y Montero están gestando este impuesto, sin ofrecer más detalles. El anuncio fue una bomba.

Las eléctricas, desplomadas en bolsa, prefieren no hacer comentarios públicos hasta conocer los detalles del movimiento que esté pergeñando el Gobierno. Sólo Pepe Bogas, presidente de Endesa, ha afirmado no estar de acuerdo. Pero ellas ya se están moviendo entre bambalinas para hacer ver al Ejecutivo que si ellas van a tener que cargar con una subida impositiva "las petroleras y gasistas" también deberían hacerlo, "como en Europa". Inciden, eso sí, en que las medidas energéticas aprobadas por el Consejo de Ministros aprobadas por Sánchez han sido "un fracaso".

Sánchez, el epicentro de los anuncios

Fuentes del Gobierno confirman que se van a centralizar en Sánchez los anuncios económicos. El objetivo vuelve a ser el mismo: remontar la imagen del presidente tras el fiasco del pasado domingo en Andalucía. La coalición atraviesa el que es, probablemente, el momento de mayor debilidad de la legislatura. Sánchez va a ser el encargado de anunciar todas las medidas y los ministros se limitarán a acompañar las decisiones. Por eso Moncloa reservó para una de las respuestas del jefe del Ejecutivo en la sesión de control de este martes, la que le dio al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, la novedad de la rebajar del IVA de la luz al 5%. El PSOE mantuvo el secreto y sólo comunicó a Unidas Podemos a primera hora de la mañana que se iba a poner en marcha esa medida.

Por este motivo, porque Sánchez es y será el epicentro de los anuncios económicos, sentó especialmente mal en la parte socialista del Gobierno de coalición que Yolanda Díaz intentara el pasado lunes protagonizar las medidas económicas que está negociando PSOE y Unidas Podemos. La vicepresidenta segunda lanzó este impuesto a las eléctricas y recibió la reprimenda, en privado, de Moncloa. Tuvo que reorientar al día siguiente su discurso afirmando que se trataba de medidas ya conocidas y públicas que venía dependiendo su área del Gobierno desde hacía tiempo.

La decisión de Sánchez de activar un impuesto a las eléctricas, bien a través de una tasa específica o de un recargo en Sociedades, también supone un punto de inflexión en la relación con el presidente de la CEOE. Antonio Garamendi ha puesto esta misma semana pie en pared con los planes del Gobierno y ha cerrado filas con las empresas, llamando a una suerte de unidad para frenar al Ejecutivo. La patronal, tras catorce acuerdos en el diálogo social con la actual coalición, se rearma para una final de legislatura de tensión con algunas grandes reformas, como la de pensiones y la de autónomos, aún en el aire.

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