Un informe de PwC apoya a Rato: Bankia cubrió pérdidas más allá de lo necesario

  • La fiscal, sin embargo, considera que es relevante porque ya advirtió que la fusión incurriría en pérdidas mayores a las previstas por el FROB.
Arranca el juicio por la salida a bolsa de Bankia en la Audiencia Nacional
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Pool - Archivo

El informe confidencial elaborado por la firma PwC en el año 2010 (y desconocido hasta la fecha) acerca de los ajustes que tendrían que afrontar las siete cajas que se fusionaron en Bankia se ha convertido en una prueba clave del procedimiento. Tanto es así, que la Fiscalía basó casi toda la primera parte del interrogatorio a Rodrigo Rato en su contenido porque evidencia que ya entonces se vaticinaron unas pérdidas superiores a las previstas en el plan de integración. No obstante, Rato lo utilizó a su favor para apuntalar que el banco provisionó cerca de 13.000 millones de euros pese a que los organismos públicos barajaban pérdidas no superiores a los 10.000 millones. 

Pese a que el documento se elaboró en el año 2010, el tribunal ha dado luz verde a su incorporación al procedimiento del caso Bankia hace apenas unos días, atendiendo de esta forma a la petición de Anticorrupción, que pide para Rato cinco años de cárcel por estafa a inversores. La fiscal Carmen Laúna está convencida de que su contenido, al que ha tenido acceso este diario, respaldaría su postura de que las cajas ocultaron su verdadera situación para conseguir cerrar con éxito la operación de fusión. De acuerdo con el mismo, el rango de ajuste que planteó PwC era de alrededor de unos 11.500 millones de euros; una cifra que superaba hasta en un 61% la estudiada inicialmente por el plan de integración.

PwC barajó dos escenarios en los ejercicios de 2010, 2011 y 2012. La diferencia entre ambos es que, mientras en el primero se planteaban unos ajustes más agresivos para el primer ejercicio (superando los 8.000 millones de euros), el segundo mantenía una cifra ligeramente inferior pero aumentaba los ajustes para el siguiente año a cerca de 3.000 millones. En cualquier caso, se estimó un rango de 11.500 millones; cifra que se quedó corta puesto que finalmente la cúpula del banco (acusada de maquillar las cuentas de esos ejercicios) optó por no pillarse los dedos y provisionar cerca de 13.000 millones. 

Otro de los aspectos más relevantes que plasmó la auditora en sus conclusiones es el relativo al porcentaje de pérdida estimada, el cual fue evolucionando desde los 7.146 millones iniciales recogidos en el plan de integración hasta los 11.500 millones tras la revisión. Destaca el 'gap' que existe entre Bancaja, Caja Madrid y el resto de cajas puesto que más del 80 por ciento de estos ajustes corresponden al porcentaje de estimación de las dos primeras, lo que pone de manifiesto que la pérdida económica era infinitamente superior en estas dos que en las cinco restantes. 

Preguntado por este asunto concreto, el que fuera presidente de Caja Madrid y Bankia optó en un primer momento por echar balones fuera asegurando que desde la cuarta entidad del país se hizo lo que ordenó el Banco de España sobre este asunto, aunque conforme se adentraron en el terreno ganó confianza hasta llegar a desmarcarse de las recomendaciones dadas entonces por el Fondo de Ordenación Reestructurada Bancaria (FROB) u otros organismos. "Esta fue la única vez en la que el consejo de administración y las entidades no seguimos las instrucciones y me alegro no haberlo hecho", sentenció.

El informe tampoco vio venir la crisis

Con las cifras en la mano, la fiscal quiso sacar punta de estas conclusiones e intentó poner al exdirector gerente del FMI contra las cuerdas. Sin embargo, éste respondió restando importancia a la previsión y aseguró que en aquel momento se barajaron tantos escenarios que no le sorprendió ninguna de las estimaciones que se pusieron sobre la mesa. De hecho, sacó pecho de la decisión tomada entonces por la excúpula de la entidad y dijo que, pese a los dos escenarios dibujados, se provisionó muy encima de los ajustes estimados (en concreto 1.000 millones más en el año 2010) ante la seria amenaza de una crisis económica y financiera que comenzaba a hacerse notar. 

La tesis de Rato -que a buen seguro seguirá manteniendo cuando se retome el interrogatorio este lunes- es que el escenario en aquel momento era completamente insólito y anormal y que ni el supervisor ni el regulador pudieron prever con claridad cómo evolucionaria el mercado. "Era imposible que PwC en un mes pudieran darnos una visión activo por acitov de 300.000 millones de activos que teníamos. Sobre este asunto concreto, el documento tampoco hizo especial mención; de hecho, concluyó que las perspectivas de evolución del entorno económico mostraban que la tendencia de deterioro no se vería modificada en el corto plazo

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