El Govern se parte en dos

La 'expulsión' de Torra enfrenta a JxCat y ERC y abre la puerta al adelanto electoral

Pere Aragonès y Quim Torra
Pere Aragonès y Quim Torra
EUROPA PRESS

Se abre la veda electoral en Cataluña. La inhabilitación de Quim Torra como diputado en el Parlament, confirmada por los órganos de gobierno de la propia cámara, es el ingrediente que faltaba para que se empezase a concretar un adelanto electoral en la región. Una convocatoria que va a marcar cuál es la situación de todos los partidos catalanes tras varios hechos que han hecho mella o les han beneficiado de cara a los votantes. Además, será la primera llamada a las urnas desde hace un lustro que no se traducirá en un plebiscito sobre la independencia. Y de las que no saldrá un nuevo pacto entre derecha e izquierda independentistas, cuya relación está rota por múltiples tensiones. Discrepancias que se han acrecentado desde la sentencia del procés.

Las distintas fuentes consultadas por La Información señalan que la relación entre ERC y Junts per Catalunya lleva tiempo rota. Que el presidente del Parlament, Roger Torrent, haya sido clave para que se cumpliera la orden de la Junta Electoral de retirar el escaño a Torra solo es un desencuentro más de una larga lista. POr un lado, las diferencias ideológicas han ido superando al acuerdo por buscar la independencia y, por otro, la negociación de los republicanos con el PSOE por la investidura de Pedro Sánchez sin contar con sus socios de gobierno en Cataluña, son los dos asuntos que más han contribuido a esta ruptura. Un hecho que se ha escenificado durante el reconocimiento de los consellers y diputados de JxCat a Torra en el hemiciclo catalán, que le aplaudían en pie mientras sus socios de Esquerra permanecían sentados y sin aplaudir.

Otro de los motivos que contribuyeron a aumentar la brecha fue la actuación de Carles Puigdemont tras la decisión del Tribunal de Justicia Europeo de reconocer los derechos como eurodiputado de Oriol Junqueras. El expresident catalán se movió lo más rápido posible para conseguir su acta en la Eurocámara gracias a que le beneficiaba el dictamen sobre su exvicepresident, que no ha abandonado la cárcel en ningún momento. Aunque Puigdemont pidió en todo momento que se pusiera en libertad a Junqueras tras el fallo del TJUE, no hubo consultas con el entorno del líder independentista encarcelado para avisar de cuáles iban a ser sus pasos.

Todos esperaban las elecciones

La previsión de volver a las urnas apenas dos años después de los últimos comicios en Cataluña ya llevaba tiempo sobre la mesa. Entre los partidos catalanes se pensaba que el pacto de Esquerra y los socialistas para permitir a Sánchez gobernar sería la gota que colmaría el vaso de Torra y de Puigdemont, que ya habían deslizado que estarían listos para apretar el 'botón rojo' de las elecciones. La idea de JxCat era aprovechar el descontento que generaría en el electorado más radical la decisión de ERC de pactar con el partido de gobierno apenas cuatro meses después de la sentencia del procés. Un temor que también existía entre los republicanos, que veían amenazada su solidez por el auge de la CUP, que ya les arrebató dos escaños en las generales del 10 de noviembre del pasado año. 

Pero en las filas que lidera Oriol Junqueras no temen que esto les pase factura. De hecho, las fuentes consultadas señalan que haber conseguido una mesa de diálogo entre gobiernos les va a beneficiar. Todo porque el paso inicial que se quería alcanzar tras toda la resaca del referéndum del 1 de octubre era precisamente el de sentar a negociar a todas las partes en igualdad de condiciones. A esto se suma una apuesta por las políticas de izquierdas y progresistas, que quedaron recogidas en la ponencia política que acordó la dirección del partido el pasado diciembre. Una línea programática muy alejada de la de JxCat, con la que se aspira a motivar a los indecisos del independentismo por ser la opción más clara para gobernar.

JxCat, sin candidato

La inhabilitación de Torra y la complicada situación de Puigdemont con la justicia española provocan que Junts per Catalunya aún no tenga un candidato claro. El elegido tendrá que ser un perfil contrastado y ser capaz de detener una posible sangría de votos por haber perdido peso institucional en favor de Esquerra. La opción que cuenta con más posibilidades es la de Elsa Artadi, que ahora está centrada en el Ayuntamiento de Barcelona. Un nombre que surge tras el descarte de la portavoz en el Congreso, Laura Borràs, cuya imputación en el Tribunal Supremo por malversación, prevaricación y fraude hace inviable su candidatura. 

En el resto de formaciones sí tienen claras sus apuestas. Al frente de ERC en la lista electoral estará Pere Aragonès, que se ha confirmado como un gran valor interno, favorecido sobre todo por su condición de 'delfín' de Junqueras. Por el PSC competirá Miquel Iceta, que decidió quedarse en Cataluña rechazando las ofertas de Sánchez, como ya publicó este diario. En el caso de Ciutadans será Lorena Roldán la encargada de intentar poner fin a la debacle electoral que comenzó el 10-N, mientras que en la CUP no está claro que repita Carles Riera. La duda está en si Manuel Valls competirá como ya hizo en las elecciones municipales. Lo que le permitiría tener una mayor visibilidad que allanaría su camino hacia unas generales.

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