La inmigración se cuela como problema prioritario con el paro todavía a la cabeza

  • Los tres principales problemas para los españoles siguen siendo el desempleo, los políticos y la corrupción o el fraude. 
Inmigrantes en aguas del Estrecho
Inmigrantes en aguas del Estrecho

El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), primero del año, ha elevado a la inmigración como uno de los principales motivos de preocupación para los españoles. No es casualidad que esta última encuesta se celebrara justo antes de las elecciones andaluzas. Durante la campaña, con un marcado carácter nacional pese a tratarse de unos comicios para una comunidad autónoma, la inmigración tuvo un papel central, lo que ha devuelto la llegada de inmigrantes ilegales a nuestro país al centro del debate nacional.

El otro tema que se mantiene como principal inquietud para los españoles es el paro, que pese a la mejora de los datos se mantiene como motivo de desvelo. Hay menos paro, sí, pero la nueva contratación sigue siendo en gran parte de carácter temporal. Así, la preocupación de los españoles por la inmigración se ha disparado cuatro puntos en diciembre hasta convertirse en el sexto problema, con el paro a la cabeza.

Los tres principales problemas se mantienen inalterables: el desempleo es citado por el 59,2 % de los encuestados, siete décimas más que el mes anterior; seguido de los políticos y la clase política, que baja dos puntos respecto a noviembre hasta el 29,8%, y la corrupción y el fraude, que cae casi cinco puntos y se sitúa en el 24,7 %. En cuarto lugar están los problemas de índole económica, que son una inquietud para el 22,6 %, dos décimas más que el mes anterior; la sanidad, con el 12,9 %, que repunta más de dos puntos; y la inmigración, mencionada por el 12,5%.

Bajan sin embargo, la preocupación por la independencia de Cataluña, que pasa del 9,7 al 7,8 %; la incertidumbre sobre la calidad en el empleo, que ahora es citada por el 8,3% (9,4% en noviembre); o las pensiones, que preocupa al 5,9 %, un punto menos que un mes antes. En cambio, aumenta el desasosiego por los problemas de índole social, que pasan del 9,2 al 10,1%; por la educación, del 8,6 al 9,0%; por la violencia contra la mujer, del 2,1 al 2,4 %, o por los nacionalismos, del 1,1 al 1,9 %.

Como es habitual, el CIS pregunta también a los encuestados su opinión sobre la situación económica, que es considerada buena o muy buena por el 4,5% (el porcentaje era del 5,6% en noviembre); regular por el 44,3% (antes 42,2%), y mala o muy mala por el 50,6%, frente al 51,6% de 30 días antes. El 54,4% de los españoles ve la situación económica igual que hace un año, el 27,8 % es más pesimista y opina que ha empeorado y un 16% asegura que está mejor. Para el futuro, apenas han variado los porcentajes: el 41,6% cree que estará igual; el 26% teme que vaya a peor, y el 15,2% confía en que mejore.

Además, el CIS cuestiona sobre la situación política, ante la cual ha aumentado el pesimismo de la ciudadanía: es calificada de buena o muy buena por el 2,5%, cuando en noviembre la cifra llegaba al 4%; es vista como regular por el 20,8% (el 22,3 % hace un mes), y es mala o muy mala para el 74%, frente al 70,7% anterior. Son el 39,6% los que dicen que las cosas están peor que un año antes y sólo el 8,5 % las ve mejor.

Con la mirada puesta en el próximo año, los españoles desconfían de que la situación política evolucione favorablemente, ya que el 27,9% está seguro de que irá a peor (27% en noviembre); el 39,2% sospecha que seguirá igual (39,4% antes), y el 12,4% espera una mejoría (15% un mes antes).

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