Inmigrantes del este de Europa en la capital del Brexit

Los inmigrantes del este de Europa que viven en Boston, la localidad inglesa donde el 75% de los electores votaron a favor de abandonar la Unión Europea, aseguran no temer por su futuro.

"¿Van a ir los británicos a trabajar en la fábrica? Lo dudo", dijo Aurelia, una lituana que trabaja en una fábrica en esta ciudad cercana a la costa del este de Inglaterra.

"No estoy asustada. Para mí, este referéndum no es un problema", dijo esta mujer de 28 años sobre la decisión de la mayoría de los británicos de apoyar la salida de la UE.

Esta ciudad histórica del condado de Lincolnshire ha cambiado mucho desde que ocho países excomunistas entraron en la UE en 2004 y miles de ciudadanos de Polonia, Letonia o Lituania se instalaron en ella para trabajar en las fábricas de alimentación de la zona.

Desde entonces, Boston se ha convertido en la localidad más este-europea del Reino Unido, con un 10,6% de la población viniendo de esa región, según el censo de 2011.

Pese al rechazo de la ciudad a la UE, motivado sin duda en parte por la inmigración, los inmigrantes como Aurelia están convencidos de que su futuro sigue estando en Boston.

Piotr Untermann, de 35 años, el taxista polaco que lleva más tiempo ejerciendo en Boston, dijo que "los polacos no están asustados".

Los británicos "no pueden hacerme nada porque llevo 11 años viviendo aquí. Mi hija tiene el pasaporte británico, pago mis impuestos, tengo mi vida aquí, tengo una hipoteca".

"Si quieren que me vaya, de acuerdo, que me den el dinero de mi casa y me largo inmediatamente", aseguró, entre risas.

Una mujer joven que se dirigía a una carnicería polaca, y que no quiso dar su nombre, tampoco parecía particularmente inquieta.

"A mi no me importa. Mi novio es inglés y no nos importa. Además, voy a tener un bebé inglés", dijo, acariciándose la barriga.

Y Jeff, un lituano de 28 años que conduce una carretilla elevadora, también se siente seguro. "Si todos vuelven a casa, ¿quién trabajará aquí?", se preguntó.

"Llevo 9 años viviendo aquí, gasto mi dinero aquí. Pago impuestos, todo lo pago aquí. No me voy a ningún lado", añadió.

Las calles de Boston están llenas de panaderías polacas, restaurantes lituanos y todo tipo de negocios para la población este-europea.

Los nativos y los europeos viven vidas separadas. Un estudio realizado en enero por el instituto de análisis Policy Exchange concluía que Boston es la ciudad menos integrada del país.

"Conozco a muchos ingleses, pero también conozco a mucha gente que no quiere relacionarse con ellos", dijo Untermann.

"Trabajamos duro, ¡no tenemos tiempo para hacer vida social!", bromeó.

Entre 2001 y 2011, la población extranjera de la ciudad creció un 467%, según el observatorio de la migración de la universidad de Oxford.

"Parece que se han quedado con todo", dijo Woody, 45 años, un antiguo soldado. "No hay comunicación, todo el mundo que pasa a tu lado habla lenguas extranjeras. Y piensas, ¿estoy realmente en Boston?'".

"Ha empeorado con los años. Trabajan duro, lo admito, pero yo hace años que no tengo trabajo. Están todos tomados", asegura Woody, que cree que el referéndum no cambiará nada. "Ya están aquí, tienen raíces, y en cuanto tienen niños se les clasifica como británicos. No hay nada que hacer".

Lewis Coles, de 19 años, que llevaba una camiseta ciclista con la bandera británica, dijo que mucha gente votó a favor de salir de la UE "por la inmigración".

"Lo que es absurdo, porque en vez de pensar en tu futuro, estás pensando en otra gente", añadió.

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