"Hicimos saber que se trata de una visita de riesgo", se declaró en el entorno del ministro del ramo, Jean-Yves Le Drian.
Centenares de miles de cristianos acudirán desde los países vecinos (Camerún, Congo Brazzaville..) a través de rutas "no indicadas", subrayó.
La fuerza Sangaris -900 hombres- no tendrá "suficiente capacidad para comprometerse más allá de lo que hace habitualmente en apoyo a la MINUSCA (misión de la ONU, 12.000 hombres)", añadió la misma fuente.
La fuerza francesa garantizará "la seguridad del aeropuerto" y brindará eventualmente una "capacidad de evacuación médica de las autoridades en caso de accidente", pero "no podrá ir más lejos", precisó.
"Se trata de un país donde el ejército y la policía no han sido aún reconstituidos por completo", y por lo tanto no están en condiciones de controlar movimientos de muchedumbres, añadió.
El Vaticano mantiene la visita, prevista para los días 29 y 30 de noviembre, a pesar de las recientes violencias interreligiosas que provocaron 61 muertos, en tanto se aproximan las elecciones presidenciales y legislativas de diciembre.
Un casco azul murió el martes durante enfrentamientos entre facciones rivales, cristianas (antibalaka) y predominantemente musulmanas (exSeleka).
El papa argentino creó incertidumbre al declarar, el pasado 1 de noviembre, que "esperaba" viajar a este país marcado por la violencia cotidiana entre milicias armadas integradas por cristianos y musulmanes.
La MINUSCA, que prevé desplegar drones en Bangui antes de las elecciones, también discute con el Vaticano la seguridad de la visita papal.
Antes de República Centroafricana el pontífice visitará Kenia y Uganda, como parte de su gira africana.
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