Tras la petición de rebajar las ratios

La insospechada ventaja de la España rural: colegios sin problemas de aforos

Las comunidades más despobladas destacan lo que hasta hace poco era una de sus deficiencias: sus centros no tendrán que lidiar con excesos de alumnos por cada aula y mejorará la atención personal. 

Fotografía colegio cerrado coronavirus / EFE
Fotografía de un colegio de ciudad grande cerrado durante la pandemia del coronavirus.
Efe

La irrupción en España de la pandemia provocada por la Covid-19 ha supuesto un verdadero cataclismo para la sanidad, la economía y, entre otros sectores, también para la educación en nuestro país. A principios de marzo, unos 8 millones de alumnos y 700.000 profesores de educación infantil, primaria y secundaria, también de la etapa universitaria, tuvieron que abandonar las clases y dar prácticamente el curso por finalizado. El virus cerró a cal y canto las aulas de todo el país.

Desde entonces, clases online, por wattsaap, entrega de trabajos y exámenes por correo electrónico... En ocasiones un auténtico suplico, sobre todo en zonas rurales y de pocos medios económicos donde, por lo general, la conexión a internet es mínima y no todo el mundo dispone de un ordenador. Pero el anuncio de la ministra de Educación, Isabel Celaá, de que el curso 2020-2021 se iniciará "con normalidad" y será "presencial", con una ratio de 15-20 alumnos por aula y las consiguientes medidas sanitarias y de distanciamiento, ha colocado a la escuela rural, por una vez y sin que sirva de precedente, en una situación inmejorable para encarar la nueva situación que ha creado esta emergencia sanitaria. 

Por ejemplo, según datos de la Consejería de Educación y Deportes de la Junta de Andalucía, que dirige Javier Imbroda (Ciudadanos), y según los ratios de alumnos por aula que ha fijado el Gobierno central, la región tendría que contratar a 30.000 profesores más, ya que en la comunidad hay 30.000 clases con 25 alumnos. Situación que es particularmente aguda en Málaga, Sevilla y Almería. Sin embargo, las mismas fuentes explican que la implantación de las medidas previstas para el nuevo curso 2020-2021 no acarrea "ningún problema" en las escuelas de las zonas rurales, donde hay una media de 13 alumnos por aula. 

Casi 500 kilómetros al norte de Despeñaperros, en Urueña (Valladiolid), un municipio amurallado de 170 habitantes, conocido por ser el pueblo que tiene más librerías que bares, su alcalde, el popular Francisco Rodríguez, cuenta a La Información que "hemos logrado salvar por los pelos la escuela del pueblo para el curso 2020-2021". Hay "tres niños, de entre 6 y 8 o 7 y 9 años" y "hemos logrado una excepción porque el mínimo que exige la Junta de Castilla y León para mantener abierta una escuela son cuatro niños, pero como hay posibilidades de que venga un cuarto niño al colegio para el año 2021-2022, la escuela seguirá abierta". Si no, los chavales deberían ir al Centro Rural Agrupado de Villabrágima, a 16 kilómetros de Urueña. "Estaba hablando ahora mismo con los padres de uno de los niños y cuando vemos que están poniendo distancia en las aulas de metro y medio, pues aquí en Urueña tenemos dos aulas para tres niños... o sea, que van a estar bastante mejor que en otros sitios". 

Y es que "van a ser casi como clases particulares. Con un maestro, más los profesores de apoyo de Educación Física o de Inglés, que vienen a dar las clases también... Creemos que con esto que está pasando va a ser mucho mejor para los niños, eso de poder estudiar en una escuela con tan pocos alumnos. Alguna ventaja tendríamos que tener en algún momento los pueblos", sentencia el aclcalde de Urueña. 

"Con este movimiento que está surgiendo de vuelta a los pueblos y al campo... Es importante mantener las escuelas en el mundo rural". La portavoz del Ejecutivo de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández, anunció este viernes tras el consejo de gobierno que en la región habrá un nuevo centro escolar. El Colegio Público de Educación Infantil y Primaria (CEIP) nº 1 de Cabañas de Yepes (Toledo), "dentro de nuestra apuesta y trabajo por mejorar de la vida en las zonas rurales. Es la mejor ‘vacuna’ contra el despoblamiento, una de esas noticias que merecen ser destacadas en grandes titulares pues supone dar vida a nuestros pueblos. Que los niños y las niñas puedan educarse en su pueblo y que las familias no tengan que desplazar a sus hijos e hijas para que tengan una educación de calidad", dijo la consejera.

La reapertura de este colegio se produce 41 años después de que cerrara sus puertas por falta de alumnado, una circunstancia superada ahora tras la petición realizada por el Ayuntamiento de Cabañas de Yepes, Ángel de Vega, y con el compromiso de ocho familias de la localidad de escolarizar a sus hijas e hijos. La escuela se ubicará en un inmbueble cedido por el ayuntamiento y constará de una unidad de Primaria que dará servicio a 8 alumnos y alumnas del municipio que durante el presente curso escolar han asistido a los colegios e institutos de Ocaña, haciendo uso del transporte escolar. Y ello implicará, a su vez, la contratación de dos profesores. 

"Me alegro mucho de haber tomado esta decisión", cuenta la madre de uno de los niños que volverá a estudiar al pueblo. Su pueblo cuenta con apenas 230 habitantes. "Estarán ellos solos, vendrán a comer a casa, se puede guardar el distanciamiento necesario, son una familia como dice la ministra de Educación. Me daba miedo el traslado en autobús hasta Ocaña, en aulas con mucha más gente, todos los días yendo y viniendo del colegio, en contacto con muchos más chavales... En la escuela del pueblo los niños están más seguros y la calidad de la educación también está garantizada, ya que con tan pocos niños, son prácticamente como clases particulares. Es casi un aprendizaje individual". 

En Extremadura, otra comunidad con una acentuada población rural, los Colegios Rurales Agrupados (CRA) tampoco tendrán problemas para cumplir la norma de 15-20 alumnos por aula, ya que la ratio en las escuelas rurales es de apenas 8,5 alumnos en las 450 clases de los 45 colegios rurales existentes en la región, donde cursan estudios de Infantil y Primaria unos 3.500 niños extremeños. Son centros en los que el número total de niños suele oscilar entre los 50 y los 100. 

Igualmente, como en el resto de la España vaciada, en pequeños pueblos hay escuelas individuales adscritas a CRAs de otros núcleos de población mayores. En estas escuelas ‘individuales’, el número de alumnos, que suelen estar mezclados por cursos y edades, suele rondar la decena. Eva Calderón es una maestra que en este curso 2019-2020 ha dado clases en el colegio de Moraleja, y en las escuelas de Huélaga y la Moheda, en Cáceres. En este último apenas había cuatro alumnos y en el de Huélaga, 11, repartidos en dos clases. "Con estos números, en la España rural no habrá problemas para la vuelta a clase en septiembre. El distanciamiento está asegurado y la atención personalizada al alumno también. Además, las escuelas rurales suelen ser, normalmente, amplias, porque se hicieron hace ya años, cuando había más habitantes en los pueblos, hay patios extensos... En fin, libertad y seguridad para los niños pese a las medidas que tendremos que adoptar". 

Como vemos la despoblación que ha venido sufriendo el mundo rural en los últimos decenios parece tener sus ventajas en estos tiempos de pandemia. Al menos en cuanto al sistema educativo que nos encontraremos en la ‘nueva normalidad’. Una ‘nueva normalidad’ que esperan en el mundo rural que lleve también a los pueblos conexiones a internet "digna" del siglo XXI. "Es nuestra gran carencia", nos cuentan desde Cabañas de Yepes. "En Castilla-La Mancha todavía hay zonas donde la ADSL es de 3 megas", se quejan.

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