
El inspector retirado Antonio Bonilla ha reconocido ante el juez del caso Tándem que realizó trabajos para Cenyt, la agencia de espionaje de José Manuel Villarejo, aunque ha negado cualquier vínculo con los abogados de Herrero y Asociados, investigados en esta parte de la causa por encargar al comisario jubilado que espiara a un bufete de la competencia, según fuentes de la investigación consultadas por este diario.
Bonilla, que fue detenido el pasado mes de julio junto con Enrique García Castaño, alias 'El Gordo', por facilitar, presuntamente, información confidencial de bases de datos policiales a la red del principal acusado en la trama, ha respondido únicamente a las preguntas de su letrado y del juez del caso Tándem, Manuel García Castellón, quien le imputa los delitos de revelación de secretos y cohecho en el marco de las piezas bautizadas como 'Iron' y 'Pintor'.
En su declaración, el inspector retirado ha confirmado que Cenyt era un cliente suyo en trabajos de seguridad pero siempre de análisis de información de fuentes abiertas (tales como registro mercantil o noticias de Internet) y que nunca recurrió a ninguna base de datos de la Policía Nacional, por lo que tampoco cobró por estos encargos que se le imputan. Igualmente ha especificado que realizó estas gestiones estando en situación de segunda actividad.
Con todo, ha dicho que no guarda ningún vínculo con los letrados del bufete que encargaron a Villarejo que investigara al despacho Balder. De hecho, ha asegurado que él tenía contacto directo con el también imputado Rafael Redondo, en calidad de socio de Villarejo, pero no con éste directamente, del que ha asegurado que únicamente lo vio un par de veces. Preguntado por un documento que los agentes requisaron durante el registro en uno de los domicilios de Villarejo bautizado 'Gestiones Boni', el inspector ha dicho que estaba relacionado con un negocio de su hijo relacionado con un préstamo hipotecario, pero de nuevo ha rechazado irregularidades.
De hecho, en una de sus últimas diligencias, el magistrado instructor destacó la existencia de indicios de colaboración "de carácter estable" entre Villarejo, Redondo y García Castaño en estas labores de espionaje que el principal acusado gestionaba a través de su mercantil. Esa colaboración en cuestión se puso de manifiesto tras el hallazgo de los agentes de determinada documentación que obra en la causa en la que queda evidenciado que 'El Gordo' (que aparece reflejado con el pseudónimo de 'Big') fue usuario de vehículos propiedad de la estructura empresarial de Villarejo.
Espionaje de datos bancarios y tributarios
El juez imputó a Bonilla en la pieza bautizada como 'Iron' al considerar que accedió "sin justificación alguna" a información bancaria y tributaria del despacho Balder. Los informes que entregaron a Villarejo recogían datos personales de personas relacionadas con este bufete que fueron obtenidos "de forma espuria de bases de datos policiales por personas cercanas al entramado empresarial de Cenyt". De hecho, los investigadores, ante las sospechas de que se estaban produciendo filtraciones, consultaron las bases de datos policiales donde comprobaron que Bonilla y otros imputados accedieron a la información contenida sobre estas personas en bases de datos privadas.
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