"La sangre injustamente derramada de este mártir tendrá pronto consecuencias", dijo Jamenei a unos clérigos en la capital iraní, refiriéndose a Nimr Baqer al Nimr, ejecutado el sábado junto con otras 46 personas, acusadas todas de "terrorismo".
Por esa ejecución, "la mano divina lo vengará de los dirigentes saudíes", declaró el ayatolá Jamenei, según unas declaraciones recogidas por su sitio web oficial.
"Ese erudito oprimido no alentó a la gente a tomar las armas ni conspiró, solamente expresó críticas de forma abierta", añadió el guía supremo.
"Dios no perdonará la sangre vertida de este inocente", insistió.
Irán ya condenó enérgicamente el sábado la ejecución de este líder chiita saudí, y afirmó que Riad iba a pagar un "precio alto" por ese acto.
La noche del sábado, unos manifestantes atacaron e incendiaron la embajada saudí en Teherán y el consulado del reino en la ciudad de Machhad.
Los manifestantes lanzaron cócteles molotov contra la embajada y lograron entrar en el recinto, hasta que más tarde fueron evacuados por la policía.
La mañana del domingo, el fiscal de Teherán anunció que 40 personas fueron detenidas por los incidentes en la capital.
"Hasta ahora, 40 personas que entraron en la embajada han sido identificadas y detenidas. La investigación sigue su curso para identificar a los demás responsables de este incidente", declaró el fiscal, Abas Jafari Dolatabadi, citado por la agencia ISNA.
A las 11H30 GMT está prevista en Teherán una manifestación de protesta contra la ejecución de Nimr Baqer al Nimr.
Los condenados -45 saudíes, un egipcio y un chadiano-, juzgados por diferentes motivos, fueron decapitados con un sable o fusilados en doce ciudades de Arabia Saudita. La mayoría eran yihadistas de Al Qaida.
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