Irlanda también teme perder a su águila imperial

  • Mientras en España la preocupación de los ornitólogos está centrada en el águila imperial en peligro de extinción, en Irlanda los ojos están puestos en la población de la majestuosa águila marina de cola blanca. La carne envenenada que ponen los granjeros como cebo para zorros y buitres -para evitar que acechen a su ganado- está matando a las pocas águilas que ha conseguido reintroducir la Isla de la Esmeralda después de su extinción un siglo atrás.
Águila marina en Greifswalder Bodden, Alemania
Águila marina en Greifswalder Bodden, Alemania
lainformacion.com
Conor O'Clery | GlobalPost

(Dublín, Irlanda). Conall fue hallado muerto recientemente en la montaña Truskmore, al noroeste de Irlanda, y el Dr. Poison [doctor Veneno], de Ballintrillick, es el principal sospechoso. Pero al asesino no parece preocuparle en absoluto, ya que permanece más o menos impune ante la ley.

La víctima era un polluelo de águila real criado en el parque nacional de Glenveagh, en Donegal, y Dr. Poison es el granjero desconocido que colocó el cebo de carne envenenada que lo mató. Él y un puñado de inconformistas pueden convertirse pronto en los responsables de la desaparición de águilas en la Isla Esmeralda, tan sólo unos pocos años después de que lograsen ser reintroducidas por primera vez en más de un siglo.

Conall era un macho joven que se ganó los corazones del país en 2009, cuando de convirtió en una de las primeras águilas reales nacidas en Irlanda en 100 años.

Se cree que otra víctima de envenenamiento podría ser un águila marina de cola blanca (también conocida como pigargo europeo) hallada muerta en mayo en una zona de granjas de ovejas en Beaufort, en el condado de Killarney, al suroeste de Irlanda.

"Es descorazonador", asegura Alan Mee, gerente de un proyecto iniciado hace tres años para devolver a los pigargos europeos de nuevo a Irlanda. Hasta la fecha se han importado desde Noruega 55 de estas aves, de las que han muerto 14, siete de ellas por envenenamiento.

"Siento que estamos en un momento crucial", asegura Mee. "La pérdida de aves ha puesto el proyecto en peligro. Si el envenenamiento continúa las autoridades noruegas puede plantear que las pérdidas son insostenibles".

Mientras en España la lucha por conservar al águila imperial ibérica centra los esfuerzos de los ecologistas y ornitólogos -de hecho es el ave rapaz más amenazada en el continente europeo, con 253 parejas censadas-, para Irlanda el águila blanca es todo un tesoro que guardar. Al igual que en España, en la isla verde los expertos apuntan al uso de cebos envenenados como una de las principales amenazas a las rapaces.

Mee viaja a Noruega cada año para transportar a Irlanda personalmente los polluelos de águila. Los primeros 15 los trasladó en 2007, y cada año posterior llevó otros 20. Para su alivio, las autoridades noruegas han dicho a Mee recientemente que las pérdidas de aves en Irlanda son aún aceptables. No obstante, el embajador en Irlanda, Oyvind Nordsletten, ha expresado su preocupación al respecto y ha pedido a los granjeros que dejen de colocar cebos de carne envenenada para matar a zorros y buitres.

La mayor parte de granjeros apoyan el proyecto para reintegrar en la zona la población de aves rapaces. Pero los responsables de las muertes de las aves no pueden ser perseguidos bajo las leyes irlandesas, a no ser que se les vea efectivamente colocando veneno para matar deliberadamente a los animales, se lamenta Eric Dempsey, un ornitólogo y divulgador científico que vive en Dublín.

Y es que "hay un vacío legal", dice Dempsey. "Está permitido colocar trampas con veneno para matar zorros y buitres, por lo que un granjero puede decir perfectamente que estaba poniendo cebos para zorros".

Estos granjeros rebeldes, que según Dempsey se podrían contar con los dedos de una mano, podrían estar haciendo un grave daño a la economía del país.

"El turismo relacionado con las águilas es la forma de turismo de mayor crecimiento en el mundo", afirma. Los ornitólogos han impulsado los ingresos del turismo en más de 1,6 millones de euros al año en la isla de Rum, en la costa occidental de Escocia, donde las águilas marinas han sido reintroducidas recientemente.

"¿Puedes imaginar el espectáculo de lanzar un pescado al aire y ver un águila volando en picado para atraparlo?", dice Dempsey, autor de varios libros sobre pájaros y guía profesional de rutas para ornitólogos en Irlanda.

Las águilas marinas, en su mayoría marrones, tienen los ojos, el pico y los talones de color amarillo brillante, y su poético nombre en gaélico (iolairesuilnagreine) significa "el águila con el ojo alumbrado por el sol". Pueden llegar a medir más de 90 centímetros de longitud y hasta 2,5 metros de envergadura con sus alas. Esta especie se extinguió en Irlanda y Gran Bretaña en el siglo XIX debido a la caza. Ahora son una preciada visión de los turistas que visitan el Parque Nacional de Killarney, en Kerry (al suroeste de la isla).

La reintroducción de las águilas en Donegal y Kerry se encontró al principio con la oposición de los criadores de ovejas locales, pero la mayor parte de ellos han terminado por aceptar que pueden cohabitar con las aves rapaces. Uno de los problemas es que los granjeros están cansados de las restricciones que se les han impuesto como medidas de protección, explica Lorcan O'Toole, gerente del proyecto de cría del águila real puesto en marcha en Glenveagh Park en 2001.

"Perciben la Agenda Verde como una nueva forma de propiedad de la tierra, y eso tiene emotivas connotaciones históricas en la Irlanda rural", asegura en la página web del Golden Eagle Trust. "A veces siento sin embargo que algunos propietarios todavía tienen una actitud de imperio feudal en sus propiedades: las poseen, y en sus tierras hacen lo que les apetezca".

BirdWatch Ireland, la mayor organización conservacionista independiente del país, ha pedido una prohibición total del uso de cebos envenenados. Dempsey asegura que la mayor parte de la gente sabe quién está poniendo el veneno en Kerry, pero esa persona ignora las peticiones para que deje de hacerlo.

*(Noticia editada por lainformacion.com para adaptarla al público español).

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