Izquierda Unida no puede renunciar a sus siglas en las elecciones porque perdería 500.000 euros

    • Sería dinero destinado al "mailing" electoral en función de un documento interno recogido por Servimedia.
    • Alertan, por ejemplo, de que la presentación de candidaturas bajo un nuevo partido significa que no se recibe el anticipo electoral al que Izquierda Unida tiene derecho por la representación que obtuvo en el Ayuntamiento de Madrid en las anteriores elecciones municipales.
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Izquierda Unida perdería 580.000 euros destinados a 'mailing' electoral si renunciara a presentarse con sus siglas en la ciudad de Madrid en las próximas elecciones municipales, según advierten los dirigentes regionales de la coalición en un documento interno al que tuvo acceso Servimedia.

Se trata de un análisis sobre la repercusión que tendría, desde el punto de vista jurídico, político y económico, concurrir a las elecciones bajo la fórmula de un partido "instrumental" como sería Ganemos Madrid.

Ha sido redactado por un grupo de trabajo dentro del Consejo Político Regional y se está debatiendo en las asambleas locales donde los militantes tendrán que pronunciarse, previsiblemente, sobre ese proceso de convergencia.

Sus autores defienden la fórmula de la coalición electoral y quieren combatir a quienes dentro de Izquierda Unida en Madrid defienden que los inconvenientes jurídicos del partido instrumental deben subordinarse a sus ventajas políticas, minimizando así las repercusiones de renunciar a las siglas de la coalición en la papeleta electoral.

Alertan, por ejemplo, de que la presentación de candidaturas bajo un nuevo partido significa que no se recibe el anticipo electoral al que Izquierda Unida tiene derecho por la representación que obtuvo en el Ayuntamiento de Madrid en las anteriores elecciones municipales. Sería una pérdida de 580.000 euros que afectaría al 'mailing' de la capital y de "otras muchas candidaturas".Un pulmón para las finanzas de la organización

Tampoco tendría espacio institucional en las fiestas de distrito o de barrio, con la consiguiente pérdida de presencia política y económica, ya que esas casetas, aseguran quienes han hecho el documento, son "un pulmón" para las finanzas de la organización. Además, no podrían aprovechar los espacios electorales en medios de comunicación públicos.

Creen, además, que la forma en la que Ganemos pretende elegir a sus candidatos permite a la opción mayoritaria tener la mayoría de los puestos y determinar el número y la posición de los pertenecientes a otras fuerzas.

Recuerdan que el caso de Madrid no es comparable a otras ciudades donde también se ha planteado la opción de un partido instrumental, en primer lugar porque en este caso IU tiene 6 concejales, 21 técnicos asesores y 69 vocales de distrito, así como representación en todas las empresas y organismos municipales. En segundo lugar, porque es la capital política, económica y financiera del Estado, y "dejar de tener una referencia explícita en su Ayuntamiento es un dislate político".

No tiene tampoco comparación posible con Guanyem Barcelona, aseguran, porque en ese caso solo se somete a primarias la cabeza de candidatura, y el resto está previamente pactada por las organizaciones mediante una coalición de partidos que forman Guanyem, ICV, EUiA, Procés Constituyent y Podem. ICV e EUiA tendrán 3 representantes garantizados entre los diez primeros, los de salida, y cada organización decide quiénes son sus representantes en la candidatura.

Desde el punto de vista político, creen que concurrir como partido instrumental genera imagen de "utilitarismo y banalidad", lo cual ofrece un "flanco muy débil ante los ataques de nuestros adversarios", sobre todo teniendo en cuenta que se trata de la tercera fuerza política del Estado.

Recuerdan, además, que la Ley de Partidos Políticos obliga a registrarse a toda formación que quiera concurrir a las elecciones, y eso exige un acta fundacional en la que deben constar los promotores, la denominación, los órganos directivos, el domicilio, y los estatutos, que a su vez tienen que contener una serie de requisitos.

Si todo eso se hace mediante "ingeniería jurídica" solo para cumplir el trámite, alertan, se genera gran inseguridad política. Ya que legalmente no existen los partidos "instrumentales", solo hay dos opciones tras las elecciones: o se disuelve inmediatamente después, o se crea una nueva organización.

En el caso de optar por la disolución, las consecuencias serían las mismas que con una agrupación de electores, entre ellas la desaparición de exigencia de cualquier acuerdo programático o de responsabilidad política alguna. En el caso contrario, habría una nueva formación "estable y duradera" que necesariamente tendría que ser discutida internamente por Izquierda Unida y por el PCE.

Denuncian que el acuerdo de entendimiento entre Ganemos y Podemos en la ciudad de Madrid se está desarrollando "sin información y debate, de forma que los elementos concretos se desconocen públicamente", y que Izquierda Unida "ha ido diluida" entre la representación de Ganemos, sin que lo negociado se haya debatido en los órganos correspondientes, porque además quienes han participado en la discusión en nombre de la coalición no tienen representación en esos órganos.

Creen que la "hoja de ruta" marcada por esos negociadores establece mecanismos para crear un partido permanente distinto de Izquierda Unida y del PCE y que Podemos pretende "aterrizar" en las Juntas de Distrito para utilizar a los vocales y sus remuneraciones para construir su propia organización en la ciudad de Madrid.

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